Psicoanálisis de una mente deprimida.

Frase #40.

¿Qué porque soy así? ¿Tan cerrada, hija de puta y egoísta?

No, no te diré que es porque hirieron mi confianza demasiado en el pasado (lo hicieron, pero ellos no me importaban lo suficiente para dejar huellas permanentes) tampoco diré que es un escudo al mundo, porque yo no necesito escudarme, yo soy mi propia armadura. No inventaré una historia totalmente dramática, tipo diálogo de fan fiction.

Yo te contaré una historia real, no ficciones.

Mi mundo era un arcoíris. Vivía bajo un arco pintado con siete colores, brillando en un hermoso cielo azul, bailando a diario con un duende, que llegaba hasta mi casa de fresas en un poni que me regalaba caramelos danzantes. Yo era feliz.

Y no siempre fui una hija de puta a quien no le preocupa en lo absoluto el mundo, es que, el duende encontró una nueva princesa, y mi arcoirirs se fue, y mi dulce hogar se derrumbó, y entonces comencé a amar la oscuridad, comencé a pensar en lo mucho que amo herir a los demás. Comencé a entender porque mi duende, y mi poni, y mi caramelo danzante, y mi cielo azul se fueron, porque la vida es sobre eso; sobre dejar huellas, y las que se hacen con maldad, son siempre las más profundas, son las más dolorosas.

Porque, apuesto mis pies, a que un 100% de la población mundial sabe quién es Hitler, pero el 70% cree que Gandhi es simplemente una librería. Porque Hitler dejó huella matando, Gandhi lo hizo ayudando. Y hay mil kilómetros de diferencia es sus profundidades.

Yo quiero dejar huella. Yo quiero ser recordada y reconocida por todos. Yo quiero ser la chica de la que todos hablan con miedo e inseguridad, pero que puede ser la mejor persona del mundo cuando te atreves a conocerla. Quiero ser el libro de sorpresas.

Probablemente lo soy, probablemente no. De cualquier forma, esto es lo que soy, y si quieres llegar a ver mi lado humano, debes atravesar mi lado real.