Efímero

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***

No era la primera vez en la que se encontraba cuestionando su estúpida existencia. El cansancio permanente en el que se encontraba desde hacía ya varias semanas era evidente en su rostro.

Sin embargo, ahí estaba, acostado sobre su cama viendo fijamente a la nada. Arrojaba la pequeña pelota por inercia hacia el cielo falso de la habitación para atraparla cuando la gravedad y la fuerza con la que golpeaba contra el techo la hacían regresar a él.

No sabía con exactitud cuánto tiempo llevaba realizando una y otra vez la misma acción, pero tenía seguro que ya era una considerable fracción de tiempo. Tanto, que su compañero de habitación terminó por atrapar a la pequeña víctima de sus dudas para proceder a arrojarla sobre su rostro provocándole un aturdido viaje de regreso a la realidad.

—¿Qué coño te pasa, Jongdae? —exclamó furioso el mayor mientras se levantaba de un solo tirón de la cama.

—¿Qué me pasa a mí? ¡¿Qué es lo que pasa contigo?! —gritó alterado. —llevas más de una hora arrojando la pelota hacia el techo... ¿Qué te ha hecho la pobre?

—No jodas —protestó molesto. Tomó con una de sus manos la chaqueta que se encontraba en una esquina de la cama mientras que la otra la posó en el viejo pomo de la puerta —no sé a qué hora regrese. —inmediatamente abrió la puerta y la cerró de un solo golpe sin dejar que Jongdae tuviera siquiera la oportunidad de objetar al dejarle salir en esa condición.

Baekhyun caminaba por entre los pasillos de su complejo de dormitorios, lugar donde residía en sus lamentables días de universidad. Estaba irritado, por supuesto, y Jongdae con su maldita cara felina no eran de mucha ayuda. El castaño cursaba el tercer año en su carrera con calificaciones sobresalientes debido a su dedicación al estudio y sin olvidar su talento natural que lo hacía sobresalir aún más. Estudiar composición musical era algo que había anhelado desde la secundaria y había logrado matricularse en una de las universidades más prestigiosas de Corea.

A pesar de ser considerado como un soñador, carismático y alguien sumamente divertido con quien podrías pasar siempre un buen momento, su humor había caído en picada desde hacía poco más de un mes. Había tenido una semana de mierda, y la anterior no había sido diferente, ni la anterior y la anterior a ésta tampoco.

Su radical cambio, a pesar de ser drástico para todo el mundo a su alrededor, no era para nada nuevo en el pequeño universo dentro de la cabeza de Baekhyun; la diferencia radicaba en el hecho de que estaba a punto de explotar, y lo había hecho. Sus problemas internos empezaban a reflejarse en su exterior y como consecuencia, empezaban a causarle muchos problemas más.

El castaño bajaba las gradas del complejo sin importarle qué o a quién golpeara en su misión, necesitaba huir de ese lugar. Sus salidas habían disminuido con el paso de los días hasta el punto de ser inexistentes. Simplemente no le apetecía salir por unos tragos, encontrar una casual compañía para el día siguiente aplicar el famoso "Si te vi, ni me acuerdo", como solía hacerlo anteriormente cada fin de semana.

Al momento de atravesar la puerta de madera del imponente edificio, se puso la chaqueta de cuero negro que llevaba en su mano para luego emprender su camino a quien-sabe-dónde, pues solamente dejó que sus pies lo llevaran al primer lugar dónde les apeteciera ir.

La vida de Baekhyun siempre se había basado en los momentos fugaces, rápidos y momentáneos, muy lejos de la estabilidad, en todo sentido. Desde que tenía memoria, siempre había estado mudándose de una ciudad a otra, cambiando de escuelas, maestros, compañeros, amistades con las cuales nunca había logrado mantener un contacto, niñeras, vecinos, etc. Era frustrante, pero había logrado acoplarse a esa clase de vida tan inestable. Y quizá, esa era la raíz de todos sus problemas.

Efímero [ChanBaek / BaekYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora