-Estás loca- fue lo primero que se me ocurrió.Pero... ¿y si fuera verdad? ¿Qué pasaría si yo me llegaba a enamorar ahora? y más que nada, ¿qué pasaría si me llegaba a enamorar de Sean?
De repente recordé que antes de haber quedado inconsciente me había distraído, me había distraído por ver a Sean.
< Esos ojos... >
No estaba lista para eso. No estaba lista para aceptar o si quiera plantearme la posibilidad de que me gustara alguien. Nunca nadie me había gustado y ahora no era el mejor momento. Ahora debía concentrarme en sólo una cosa: entrenar. Una guerra estaba por venir y si no encontrábamos al fénix deberíamos estar listos para enfrentarla. Solos. No había otra opción y el tiempo se nos estaba agotando.
-Sabes que no te creo ¿verdad?- Despegué la vista de la pared y miré a Joanna.
-¿Qué hora es?- Necesitaba distraerme y rápido, de un momento a otro la ansiedad por salir de aquí se estaba apoderando de mí.
-Es medio día. Si nos apresuramos podremos llegar a tiempo al almuerzo.- Internamente le agradecí a mi amiga que no siguiera con el tema y me diera un respiro.
-Llama a los chicos y diles que los veremos en la cafetería.-
-Eso no será necesario.- < Esa voz...>
-¡Aidan!- mi mejor amigo apareció por el umbral de la puerta. Tras él, Jonathan reía y traía consigo un papel en la mano.
-Joanna predijo que te querrías ir cuanto antes así que nos tomamos la libertad de pedir que te dieran de alta.- Me extendió el papel para que pudiera tomarlo.- La doctora dice que tengas más cuidado la próxima vez y que si tienes alguna molestia no dudes en volver.
-Gracias.- les sonreí.
-Bueno que les parece si vamos a comer algo. Muero de hambre.- Joanna fue la primera en salir de la habitación y Jonathan fue tras ella. Aidan se quedó atrás y me ayudo a ponerme de pie.
-¿Cómo te sientes?- Poco a poco me puse de pie e ignore el dolor que me producía el moverme.
-Eh estado mejor.- Me reí. – Pero creo que para mañana estaré como nueva.
-Me diste un gran susto.- y me envolvió en sus brazos.
-Perdona.- susurré.
Nos separamos y alcanzamos a los chicos quienes esperaban en la salida del gran edificio.
-¡Apresúrense que no vamos a alcanzar comida!- mi amiga chillaba y brincaba junto a Jonathan.
La verdad es que estaba hambrienta y no veía la hora de comer algo.
Caminamos por todo el sendero hasta llegar a la cafetería, subimos las escaleras y nos sentamos en nuestra mesa preferida. En ella, se podía tener una vista perfecta a la bahía.
Como era un buffet, todos nos servimos nuestra propia comida y nos sentamos a comer.
-¿Alguien cree que no hay nada mejor que la pasta?, claro, alguien que no sea yo.- Jonathan tenía un plato de pasta frente a él y se veía saboreaba cada bocado.
-Tienes que ir a Italia, eso sí que es pasta.- Joanna se empezó a reír. Para nadie era un secreto que mi amiga era italiana y si alguien sabía de pastas, era ella.- ¿Quién es ese?-
Todos volteamos hacía donde se encontraba la mesa de los egresados, que se encontraba a un par de mesas de nosotros, y notamos que algunos se hallaban de pie. Entre ellos, un chico alto se encontraba de espaldas, Kol hablaba con él y le daba una de esas palmadas en la espalda que se dan los hombres.
Y de repente el chico se volteó.
Tenía el cabello castaño claro ligeramente largo y era delgado pero musculoso. Sus facciones estaban bastante marcadas y yo noté al instante que me recordaba a alguien.
-No puede ser...- Joanna se quedó con la boca abierta. Parecía confundida y alegre a la vez. Se levantó de su asiento y caminó hacía el desconocido.
-Joanna espera.- Corrí tras mi amiga quién ya se hallaba a unos pasos de distancia.
Tocó el hombro del chico y este se volteó mostrando una gran sonrisa. Mi amiga soltó un gritito y se abalanzó sobre el desconocido, bueno, para ella no tan "desconocido" al parecer.
Oí unos pasos que se acercaban y noté que los chicos ya se hallaban a mi lado. Todos mirábamos la escena confundidos.
-¿Qué está pasando aquí?- me preguntó Aidan bajo para que sólo yo pudiera escucharlo.
-La verdad no tengo idea.- le contesté.
Joanna dejó de abrazar al extraño y se volteó hacía nosotros.
-Chicos, él es Ethan.- este nos ofreció una amigable sonrisa.-Mi hermano.-
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~Los elegidos~
FantasíaMi vida nunca ha sido normal. Siempre supe que era ...diferente. Incluso antes de que mis padres me enviaran al campamento. Me llamo Dahlia Olsen, y soy una elegida.