One Shot, Gumlee/GumShall.

El es lo único que necesito.

Mi vida no siempre fue sencilla ni tan divertida, ser príncipe requiere esfuerzo y mucha responsabilidad. A pesar toda la ayuda que recibo de mi dulce gente o otras personas, no tengo tiempo de andar con amigos como otras personas, sin mencionar en el ámbito amoroso. Mi vida es un poco desastrosa. Pero todo cambió cuando el llegó a mi vida...
Es por eso que el significa tanto para mí, pues me ayudo como nadie lo habia hecho antes. Extrañamente, el me mantiene cuerdo. Simplemente le doy gracias a ese tonto vampiro rockero que me ama tanto como yo lo amo a el...

- Principe, ven a la cama de una vez.- dijo el inmortal sin remera desde la habitación.
-¿Que no te dije que este experimento es serio? No creo poder dejarlo a medio hacer para descansar, no.- exclamó un poco enojado el Dulce chico, que llevaba dias en una investigación para la generación de una nueva bio-masa.
Marshall, ya cansado de esperar a su amado, se levantó de la cama y fue directo al laboratorio, en donde el pelirosado mezclaba y observaba sustancias en tubos de ensayo.
-No puedes trabajar toda la noche de nuevo, necesitas dormir amor.- decía mientras se acercaba cada vez mas.
El rosado no se percató, y cuando se dio cuenta tenía a su novio detras de el, abrazándolo.
-Si no vienes a la cama ahora, tendremos que dormir aquí, o no dormir...- el vampiro empezó a lamer el cuello del ocupado científico, el cual respondió a esta acción con un leve gemido. Se dio vuelta, para que ambos quedaran frente a frente.
- Supongo que puedo suspender esto, por una noche.- apenas el Príncipe terminó esta frase, el vampiro comenzó a besar apasionadamente a su querido, y el respondía con la misma pasión y energia.
Entre besos, llegaron a la habitación, en donde, estando abrazados, se tiraron a la cama. El príncipe estaba arriba de Marshall.
-Ya te necesitaba, hermoso.- dijo el vampiro algo sonrojado.
El Príncipe lo vio y lo besó tiernamente en la nariz.
-Entiende que aveces el trabajo es mas importante, te amo tanto.- el príncipe, entre besos y caricias, despojo al vampiro de su ropa, una por una, hasta que quedó solo en boxer. Marshall sabia que iba a pasar, asi que continuó sacándole ropa a su novio, empezando por la remera, para terminar desnudandolo completo.
Los besos se volvían cada vez mas profundos, y a ninguno le importaba el hecho de lo mucho que les costaba respirar, en un acto de rebeldía el vampiro tomó el miembro erecto del príncipe, a lo que reaccionó muy bien.
-¿Que vas a hacer? Tu puedes hacer lo que quieras conmigo, y lo sabes.- dijo el príncipe, mientras que Marshall, le tomaba la palabra, y introducia ese pene en su boca, dando pequeños mordiscos, lamiendo y chupando, al ver la expresión de satisfacción de su novio ante su acción, siguió haciendo ese tipo de movimientos.
-Quiero entrar en ti, por favor amor, ahora.- el príncipe deseaba mas que nunca a su querido.
El vampiro era de sonrojarse mucho, y mas en la intimidad, al oír esta frase, su cara tornó un color tan rojo, que al Dulce Príncipe le causó risa, y mucha ternura.
Ambos se quitaron la ropa interior y Príncipe empezó a penetrar lentamente a Marshall, es ese momento lanzó un gran gemido, y exclamó el nombre de su amado. Continuaron hasta caer dormidos, uno sobre otro, después de una gran noche de amor entre una pareja, que a pesar de tener sus diferencias, se amaban con locura. Y eso, no cambiaria jamás.

Si bien, sigo con la misma cantidad de trabajo y todo, el me ayuda a no estresarme, no desesperar en los momentos difíciles. Aveces uno necesita eso, y yo lo tengo a el para eso, el me ayuda, me controla y me apoya.
Estoy agradecido, encontré el hombre para mi, y es todo mio, al igual que yo soy suyo.