Me parecía que la vida no tenía sentido. Hasta que la vi.
Todo empezó, en ese día lluvioso. Cuando mi madre me enseñaba hacer pan, escuchamos ruidos afuera. Miró por la ventana e hizo un gesto de enojo. Y vaya que cuando se enojaba, en serio que nadie la conocía. En seguida salió, demasiado rápido.
Escuché que empezó a gritarle a una niña, no podía verla bien desde adentro, así que, corrí afuera y me coloqué atrás de mi mamá, agarrando sus brazos cruzados. Tenía tanta curiosidad y pena que sólo asomé la cabeza.
Y ahí estaba ella, pelo oscuro, ojos grises, piel demasiado pálida, a excepción por él frío. Ella estaba buscando sobras en él bote de basura, donde no había nada.
Por un momento sentí demasiada lástima, pero mi madre me hizo volver a la realidad, con sus gritos.
"Si quemo algunos panes, tal vez y se los pueda dar" Pensé.
Cuando ella se alejó, mi madre histérica y yo volvimos a lo que hacíamos hace unos minutos.
Quemé algunos panes, tal como pensé, pero en mis planes no estaba recibir una paliza, de nuevo comenzó a gritar, pero esta vez sus gritos eran para mi.Me ordenó darle él pan a los cerdos que estaban afuera. Cuando salí, ahí seguía ella, recostada en un árbol, parecía apunto de morir.
"¡Dios!, pobre chica, no me imagino cuanta hambre tendrá".
Llamaron a la panadería, y mi madre fue atender. Corté la parte quemada de un pan y, lo quemado, se lo aventé al cerdo. Sentí que los bellos ojos grises me observaban, y era cierto. Estaban llenos de tristeza y tan vacíos, fue cuando me llené de valor y aventé los panes hacia ella, deprisa entre, cerré la puerta, cuando me volví, ella ya no estaba.
Mi corazón latió fuerte que casi se me salía, no por temor, si no porque esa chica, me había robado el corazón.
Hola hola.
Hace tiempo que escribí este fic teniendo la idea de hacer "Los juegos del hambre" desde el punto de vista de Peeta. Pero por algunos motivos ya no lo hice.
Si así lo quieren les agradecería que comentaran :3.
GRACIAAAS.
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Diente De León
Fanfiction«Sentí que los bellos ojos grises me observaban, y era cierto. Estaban llenos de tristeza y tan vacíos, fue cuando me llené de valor y aventé los panes hacia ella, deprisa entre, cerré la puerta, cuando me volví, ella ya no estaba. Mi corazón latió...