—Aaron, esto no está funcionando—Lo aparto de mi oído, con el fastidio en mi voz.
—Después de tanto. Solo vienes y me dices que no—Eleva su voz, intento no entrar en pánico —Coloca ambas manos sobre mi cintura—¿Qué diablos te sucede?—Agita mi cuerpo duramente.
—Tienes que entenderme. Para ninguno de los dos es fácil, pero te imploro que al menos lo pienses—Levanto su barbilla él me aparta para luego depositar un beso en mi mejilla. Un tanto incrédula lo ignoro y lo aparto rápidamente de mi campo de visión. Giro hacia cualquier otro camino, cualquiera que no me dirija a él, sin tomarle la mínima importancia camino, topándome con otro cuerpo.
—Fíjate por el camino en el que te diriges— Gruñí fastidiada haciendo el esfuerzo por pararme, intentando alcanzar a mi bolso.—Lo lamento—En su tono se puede distinguir tristeza y vergüenza, sin dificultad logra levantarse y dirige su mano en mi dirección. Dudo un instante para luego recibir el gesto, algo más calmada, sonriendo ahora.
—¿Estás bien?—Interrogo terminando de guardar mis pertenencias.
—Sí—Sonríe dejando notar sus marcados hoyuelos—Se supone que yo debía preguntar eso—A unos metros puedo distinguir que aún queda un libro, estiro mis piernas tratando de alcanzarlo. Él logra notarlo, y ríe sarcásticamente, pero no exagerado.
—¿Qué es tan gracioso?— Levanté ambas cejas, con expresión seria.
—Disculpame—Volvió a reír—Pero es muy gracioso, si existiera una reacción cuando veo algo tierno, lo pondría en práctica. Olvídalo ¿te ayudo?
—Si serías tan amable—Respondí con sarcasmo en mi tono. Inunda un silencio, no uno incómodo por lo contrario uno acogedor.
—Me llamo Damián, soy el gran amor de tu vida, y llegué para cambiarte la vida— Lo miré algo confundida, sin borrar la sonrisa de mi rostro— Solo bromeaba, linda— Me alcanzó el último libro y finalmente se levantó.
—Está bien— Reí, sin dejar de observar sus ojos. Creo que tengo una cierta obsesión con ellos, y él lo ha notado.
—¿Cómo te llamas?—Rompió con nuestras miradas, tomando una parte de su mochila un poco incómodo.
—Lauren—Respondí cortante, con una sonrisa forzada— Pero puedes decirme Lau.
—Perfecto. Si deseas podríamos ir, no sé—Es interrumpido por un rubio que se encontraba observando la escena hace ya unos instantes.
—No. A ningún lado niño—Cogió mi brazo duramente, hice un gesto de dolor.
—Sueltamente en este instante, me estás lastimando—-Regañé soltándome dificultosamente de su agarre.
—Disculpen, yo no quería
—Pausa—Lo siento, ya me voy—Finge sonreír,pero es tomado del brazo.—Escúchame con atención— Advierte —La señorita acá presente cuenta con una pareja
—Lo suelta de golpe, haciendo que el ruloso no establezca su cuerpo—¿Te quedo claro o te lo explico de otra forma?
—Muy claro—Lanzó una mirada en mi dirección—Adiós—Se alejó caminando sin rumbo hasta desaparecer por una esquina.—Eres muy grosero, él no dijo nada malo —Negué con la cabeza, tanto él y yo sabíamos que sus actos no nos llevarían a nada bueno.
—Lau, lo lamento—Tomó mi brazo obligándome a mirarlo.
—Cállate si no quieres que mi odio aumente—Escupí enfadada.
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The opportunity
Teen Fiction-Bien sabemos que junto a él no tendrás un buen futuro. -Junto a ti, menos. -Puedo ofrecerte en un día todo lo que él gana en un mes. -El dinero no me importa.