Keep you ; kellin quinn [iych #1.5]

XI

No sé por qué, pero cada vez que escucho "The strays" me acuerdo de mi fanfic, así que ahí lo dejo en multimedia :)

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"No puedo prometer que las cosas no se romperán, pero te juro que jamás me iré. Por favor, quédate para siempre conmigo".

: : C A P Í T U L O O N C E | Come mocos

Mis ojos quedaron fijos en la manta que envolvía desde mis hombros y todo el recorrido de mi espalda hasta cortar abruptamente en mis pequeños brazos tan delgados como palos sin carne. Odio la sensación de fragilidad que mi cuerpo tiene. Lo odio mucho. Si soy sincero odio muchas cosas, ni siquiera puedo empezar a enumerarlas porque es perder la poca alegría que aún hay en mí.

Hay veces en que tengo que cerrar los ojos para que mi hostilidad no salga a la luz como una gran explosión destrozando todo lo bueno que todavía me queda a su paso. Y duele.

Un aroma dulce entra por mis fosas nasales y envuelve mi corazón con una cálida ráfaga de amor. Alzo mi mirada vacilante hasta posarla en ella. Sus cálidos ojos oscuros sonríen al devolverme ese robo ocular. Sus sonrojadas mejillas refuerzan la realidad trabajadora bajo el incesante calor del sol.

Una mano acaricia mi mejilla con ternura y delicadeza justo en el lugar donde tengo un hematoma de color púrpura que está comenzando a aparecer. Una pizca de decepción y tristeza se mezcla en sus ojos.

- Lo siento - susurro escapando de su vista y de mi consciencia -. Lo siento - repetí cuando la rabia sustituyó al malestar. Esa era la única forma de huir. La única forma de sentir.

Las marcas físicas sólo eran la consecuencia a la manera de liberar todos los demonios que se guardaban en mi pecho. Buscar pelea con quien sea puede tener algo de interesante cuando quieres sentir que todavía estás vivo y puedes sacar tu ira sin culpas.

Aprieto la mandíbula para no estallar frente a ella. Porque ella no es la culpable de nada.

Un segundo después sus brazos delgados pero amorosos me acogen en su pecho. Mi estúpido corazón se salta un latido para luego salir en picada hasta su línea de meta. Cierro los ojos porque su constante y tranquila respiración calma algo dentro de mí que se encontraba deshecho.

- No importa - responde con suave voz -. Estoy aquí para curarte.

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Habitación 19-s, complejo masculino. Actualmente.

(Kellin)

Un destello de anhelo se reflejó en su mirada mientras sus manos reforzaron su agarre en la parte superior de mis brazos y luego su dulce, encantadora boca se abrió en una exclamación ahogada.

Diablos.

Eso es.

Amo ver a mi princesa disfrutar gracias a lo que yo provoco en su suave cuerpo receptivo. Es como tener toda una vida de maravillas y opulencia frente a mis ojos justo para mi deleite personal.

Sus dedos se fueron a mis mejillas y la mandíbula. Trató de guiar mi boca a la suya de vuelta, y me reí en voz baja. Al parecer ella perdió todo rastro de cordura-racional-anti-Kellin que antaño nos mantenía en un repetitivo tira y afloja, pues comenzó a dejarse llevar y no protestó por ello. Seguí bajando mis besos por su cuello, mordisqueé su delicada piel con cuidado de no dejar una marca que podría reprocharme mañana. Estaba tentado a morder la zona sólo para llevarle la contraria pero la razón fue más fuerte.