En un lugar muy lejano.

Capítulo 2

Muchos gritos se escuchaban fuera de mi pequeña casa, principalmente gritos de mujeres. Eran gritos desesperados, de sufrimiento y una gota de dolor. ¿Por qué tanto alboroto? ¿Por qué gritaban tanto y con tanta desesperación? ¿Era un nuevo ataque de los militares por no pagar los altos impuestos?.

Sobresaltada me apresuré a buscar a Amelia para ver si estaba bien. Al llegar al cuarto me encontré con ella llorando y mi madre abrazándola.

-¿Qué pasa porque tantos gritos y llantos a fuera?-pregnté desesperada.

-Es 21 de Noviembre.-dijo Amelia

Corriendo fui a fuera. Estaba lleno de militares recogiendo bebés es camiones para llevarlos al internado al otro lado de la isla.

Estaba lloviendo y las calles estaban llenas de barro con mujeres arrodilladas en él ensuciándose la pate de abajo de los pantalones con barro, llorando pedian que porfavor no se llevaran a su hijo. Es esenario era devastador y obviamente triste ¿Por qué se los tenian que llevas siendo tan pequeños?. Esos niños no sabrán quien es su madre hasta cumplr los 10 años, siesque no los mata antes; no muchos niños logran vivir ya que tienes que ser bueno en todo sino, estas condenado a la muerte.

Mi hermana vino corriendo con su pijama de camisón; era largo y blanco aunque se veía gris por lo manchado que estaba. Su pelo estaba mas rubio que nunca pero despinado por todos los meses que lleva en cama gracias a su enfermedad, iba descalsa, tenía unos pies muy pequeños muy blancos con la punta de los dedos roja por el frío. Sonrriendo me tomó la pierna y preocupada dijo.

-No quiero verte sufrir cuando te pase eso- dijo mirándome directo a los ojos.

-No pasará, te lo prometo- le respondí acariciándole es cabello.- Anda a acostarte no quiero que veas esto.

Salió corriendo en busca de su cama y mi madre.

Como estaban los militares en la cuidad no sabía si podía ir de pesca, o no; era un riesgo que debía tomar para darle de comer a mi hermana y a mi mamá. 

Fui a la casa de Raimundo, como le había prometido iría con de pesca con él. Su casa era mucho mas grande que la mía ya que en su familia como eran puros hombres ganaban más; aunque no eran de mucho dinero por lo menos tenían un calentador para los días mas helados. Generalmente esos dias de nieve y escarcha mi hermana, mi madre y yo nos vamos para la casa de Raimundo para pasar los dias. Raimundo no tiene madre ya que murío cuando estaba dando a luz a su último hijo el cual todabía no vuelde del internado militar, tiene 4 hermanos mayores que ya no viven su padre y Raimundo. Uno de los hermanos se llama Felipe el cual se lleva muy mal con Raimundo y su padre por estas aliado con los Slim. Aunque no lo paresca Raimundo sufre demasiado pero no lo demuestra, siempre trata de ayudar al resto pero no se ayuda a sì mismo dejando todas sus penas atrapadas en su interior. 

-Bueno dias señor ¿Está Raimundo en casa?- pregunté educadamente.

-¡Si estoy pero espera un poco que me estoy cambiando!-grito desde el otro lado de la casa- ¡esperame afuera voy enseguida!

Salí de la casa y me dirigí a la puerta de entrada pero antes de poder salir Raimundo me tomó por la cintura y me besó la mejilla lo cual no era propio de él. Siempre me saludaba como saluda a sus amigos ¿Por qué hizo eso?. Lo aparté rápidamente pero él se resistió y preguntó.

-¿Que pasa? ¿Acaso nunca has tenido un novio?-Preguntó riéndose

-Já, no...-dije con obviedad. El sabe que jamás he tenido un novio, que es mi único amigo y, al parecer el único que voy a tener.

-Lo sé, eres muy fea para alguien tan guapo como yo, es por eso que espantas a los peces y a los hombres, pero ¿sabes lo que es mas raro? que tu mamá es tan pero tan linda al igual que tu hermana, hay veces que pienso en que eres adoptada ¿No lo has pensado?-dijo riéndose y sin soltarme de la cintura lo cual ya era extraño, incómodo y me estaba enojando ¿Cómo se atrevía a decirme eso? ¿Por qué tiene que ser tan egocéntrico y malvado? ¿Qué le había hecho para que me tratara así?.