+Acuario+
Una joven de cabello rubio se encontraba contemplando el paisaje desde la parte posterior del auto en el cual iba hacia su destino
- Me pregunto... - habló en voz baja, para que el conductor no la escuchase - ¿Por qué está tan alejado de la ciudad? – agregó soltando un suspiro
Estaba tan inmersa en sus pensamientos, que dio un suave respingón cuando escuchó la voz del mayor diciéndole que se bajase. Obedeció, saliendo junto a la pequeña maleta de ruedas que había llevado con ella
Agradeció al señor con una cálida sonrisa, para después ver como el auto se iba; se volteó hacia el edificio que había ignorado segundo antes, sorprendiéndose al ver un gran castillo. No quitó su vista de aquella gran estructura, hasta que sintió como el frío viento rozaba sus descubiertos brazos, y una gota impactaba sobre su rostro
Se apresuró a adentrarse en aquel lúgubre lugar, abriendo las rejas y cerrándolas tras de sí, notando un lindo jardín que rodeaba el camino, el cual llamó su atención, así que se acercó a una de ellas oliendo su aroma
- Qué raro, parece ... bañada en sangre – comentó para sí misma, tocando sin pensar el tallo de la planta, pinchándose el dedo índice y empezando a sangrar, al tiempo que se quejaba por el dolor
- Debe tener más cuidado – comentó una voz a su espalda, haciendo que se volteara, encontrándose con una señora de cabellos pálidos, al igual que su vestimenta – no sabe lo peligroso que puede ser
- No se preocupe – respondió dándole una tenue sonrisa – no es como si me fuera a desangrar por una pequeña herida – agregó, acomodándose por el ceño fruncido de la contraria
- Nadie sabe – habló con cierta indiferencia – acompáñeme por favor, el director de la institución la espera junto a otros jóvenes más
La de cabello rubio brillante asintió por inercia, aplastando suavemente su dedo para que dejase de sangrar y agarrando nuevamente su maleta.
Entraron en aquel gran castillo, siendo rodeadas de un incómodo silencio. La menor observaba todo atentamente, preguntándose la razón de aquella tranquilidad, pero no quiso decir nada por la extrañeza que le causaba su acompañante
Subieron por las escaleras, ignorando el hecho de que había un ascensor. Al llegar al quinto y penúltimo piso de la universidad, se dirigieron hacia el final del pasillo, deteniéndose frente a una puerta de madera oscura
- Entre – ordenó la mayor, la menor obedeció pero fue detenida – deje sus cosas, haré que uno de los encargados la lleve a vuestra habitación
Volvió a asentir por inercia y a obedecer, para después entrar, encontrándose con dos jóvenes, uno de cabello castaño claro y otro de un plateado claro
- Por favor, siéntate – habló un señor de cabellos negros, parándose y dándole una cálida sonrisa, ofreciéndole asiento en la tercera silla frente al escritorio – es un gusto tenerlos aquí
- Disculpe, pero estaba explicándonos acerca de nuestras habitaciones – habló el de cabellos plateados
- Si, lo recuerdo – respondió, sacando dos llaves del segundo cajón del mueble – esta es la llave de su habitación, una para cada uno. Tendrán otro compañero, espero que se lleven bien
- Gracias – agregó el de cabellos castaños agarrando una llave, y parándose, al igual que su compañero
- Por favor – respondió el mayor con la misma animada expresión – uno de los encargados los guiará a su habitación, déjenme conversar con ella
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Creatures [Editando]
RandomProblemas en la ciudad que provocan preocupación en todos los habitantes, la desesperación se apoderaba de ellos, y la única solución que vieron para salvar a sus hijos, era mandarlos a ese lugar entre las montañas, alejados de la ciudad. Aquellos...