Taemin se levantó de su cama, corriendo entró en el uniforme y bajó a la cocina, donde vio a su madre preparar el desayuno...Ella seguía en casa...Eso significaba que...Se giró sobre sus talones, para encontrarse con la imagen de su primo en el marco de la puerta, con brazos cruzados y sonrisa socarrona. Lo había hecho, le había cambiado el horario al despertador.
—Buenos días, pajarito—. Donghae le saludó, revolviéndole el cabello. Entró a la cocina, dándole un beso en la mejilla a Chaerin, y poniéndose a ayudarla con el desayuno. —Chaerin, ¿a qué hora sales hoy? Estaba pensando en que fuéramos a ver esa película sobre ardillas.
—Oh, Hae...No lo sé...— Chaerin revisó su celular. —Supongo que si podré salir temprano,— suspiró. Como extrañaba estar con su hijo, y con su sobrino. Ambos eran los hombres de su vida, vivían juntos desde que Taemin tenía tres años, y tener que trabajar todo el día era lo único que podía mantenerla alejada de su familia.
—Yo no quiero ver esa película—. Taemin refunfuñó desde su lugar en la mesa. —Quiero ver la película de terror que salió hace poco.
—¿Estas loco? No dejaré que veas eso, después no podrás dormir, ergo, no te levantarás—. Donghae le regañó. —Yo quiero ver la película que ya escogimos, iremos a ver la que yo quiera ver.
—¿Quién es el adulto aquí?— Se quejó Taemin. —¡Mamá! Dile a Donghae que no puede ser egoísta.
Chaerin puso los ojos en blanco, no, ninguno de los dos era el adulto.
—Taeminnie, deja que Donghae escoja la película esta vez, ¿si? Él, después de todo, nunca escoge las películas—. Le sonrió tiernamente, para convencer a su hijo. —Mira como vas, ¿quieres arreglarte la camisa? Y por favor, recógete el cabello.
—Si mamá...— Taemin se acomodó el cuello y terminó de cerrar su corbata, gracias a Donghae, tenía tiempo de sobra para acomodar todo en su lugar.
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Clase tras clase, era lo mismo, Minho terminó de anotar en la pizarra lo que sería su primer proyecto. Afuera había un sol imperioso, que hacía que la mayor parte de sus alumnos se distrajeran. Eran como hormigas, el clima cambiaba y ellos empezaban a comportarse de diferente manera. Dejó la tiza en su lugar, la campana había sonado y los alumnos empezaban a retirarse. El cambio de clases no duraba más que unos minutos, cortos minutos en los que los alumnos cambiaban de aula.
—Buenos días maestro—. Le saludó el primer alumno en llegar. Era Taemin. Ese niño, siempre parecía aparecer en los momentos correctos. Le sonrió, porque Taemin había llegado sonriendo, parecía estar de buen humor.
—Buenos días, Taemin ah. Hoy no vienes con tus amigos...— No, usualmente eran de los últimos en llegar, ese trío de alumnos que fuera de clases lo único que hacían era molestar gente. De cierto modo, Taemin era el único que realmente resaltaba entre ellos. —Te ves de buen humor.
—Estoy de buen humor...Por eso no quise perder tiempo con Jongin y Moonkyu. Debo de portarme bien—. Sonrió en lo que se acercaba a su lugar. —No haré enojar a Donghae el día de hoy.
—Vaya, eso si que es una sorpresa—. Y entonces, el único día en que sus alumnos se encontraban alborotados, Taemin, él estaba tranquilo, con esa bonita sonrisa que le hacía verse totalmente adorable. —¿Recompensa y castigo?— Colocó sobre la mesa aquella duda.
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Ojos Bonitos
General FictionTodos sabemos que la relación entre maestro-estudiante no debe pasar de eso, pero ¿qué pasa cuando te enamoras de tu estudiante? Choi Minho se ha enamorado de Lee Taemin, a quien le da clases de historia. ¿Qué tendrá que hacer para que el chico le c...