Amor poco saludable... //V x Grachi [TaeChi]//

primer día de clases: capítulo uno.

// narra Grachi.

  — ¡Graciela Araya! — Gritó el profesor de Lenguaje, Tomás Loyola, mientras pasaba la lista diaria, pero por primera vez éste año, ya que acabamos de entrar a un nuevo año escolar.

  — ¡Presente! — Respondí a su llamado de la misma forma. Estaba muy ansiosa hoy día, ¡era mi primer día en la secundaria! Sí, había estado desde mucho antes en ésta escuela pero... ¡Eso no le quita la emoción!

Si las vacaciones habían sido una maravilla, ¡éste año escolar también tendrá que ser así! Haré muchos más amigos, seré más sociable que en años anteriores, sacaré las mejores notas del curso, saldré con honores de éste primer año y... ¡Conoceré a mi primer amor!

— ¡Kim TaeHyung! — Gritó nuevamente el profe Tomás, pero ésta vez con un nombre que nunca antes había escuchado... Un nuevo alumno debe ser. Aunque tenía un nombre muy raro, no le entendí bien... ¿Dijo Kim Kardashian?

—  ¡Presente! — Dijo el anteriormente nombrado mientras se levantaba de su silla. Era un chico alto, de ojos y pelo cafés. Era asiático. Su piel era extremadamente blanca, pero no de un modo enfermizo, pues no demostraba mala salud...

— ¡AH! ¡Gracho, qué tanto lo miras! ¿Acaso te enamoraste? — Me gritó prácticamente en el oído, mi compañera de puesto, Fernanda Flores... ¡¿Cómo se le ocurría decir algo así tan alto?! El alumno nuevo la escuchó y nos quedó mirando... ¡Maldita Fernanda!

— Entraste bien pendeja al colegio éste año, Fernanda... — Dije mirándola con mala cara. ¡Era una sinvergüenza! Realmente, le da igual dejar mal a los demás...

— ¡Pero qué dices Gracho! ¿Y por qué me dices ''pendeja''? Ni que tú fueras tan grande, ¡jajaja! — Se burló en mi cara para luego pegarme un manotazo en la cabeza... Yo debería burlarme de ella, ¡era tan estúpida! Maldita gorda...

— Ni entiendes a lo que me refiero, pero ya da lo mismo. — Me sobé bruscamente la cara y mire al tal Kardashian ese. ¡Realmente estaba guapísimo! 

— ¡Fernanda Flores! — Volvió a gritar el Tomaso. Entiendo que la sala sea un desastre por culpa de mis compañeros pero... ¡No era necesario gritar! ¡Ash, qué me deja sorda!

— ¡¡¡Presente!!! — Hablando de quedar sorda... — ¡¡¡Profe, presente dije!!! — ¡Y ésta gritaba aún más fuerte! Después de gritar se levantó de la silla y por culpa de toda su grasa, empujó la mesa hacia adelante y corrió donde el profe... Mientras corría, ¡seguro que el curso que está en el piso de abajo sintió sus pasos! 

— Ya, ya, Fernanda... Ya te escuché, no es necesario que grites así. — Dijo, moviendo las manos exageradamente hacia los lados, el profesor.

— ¡Tenía miedo de que me pusiera ausente si no me escuchaba! Es el primer día, ¡nunca faltaría!

— Igualmente me daría cuenta de tu presencia en la sala, Fernanda. No es como si con esa personalidad pasaras desapercibida.

— ¡No entiendo lo que dice, profe, pero igual bacán! — Chilló como la perra que es y volvió a su puesto, al lado mío, y sin querer me empujo al tirarse contra la silla. — Uy, perdón, Gracho.

— Ten más cuidado, Fernanda. — Dije empujándola para que se dejara de apoyar contra mí.

— ¡¡¡AHHH, QUÉ MOLESTA QUE ERES, GRACHO!!! — Y se fue, por fin. Me pregunto donde estarán mis dos únicas amigas, la Fran y la Cony...

Como ellas todavía no llegaban, o tal vez ni pensaban llegar, decidí escribir sobre mis experiencias en las vacaciones. ¡Había hecho muchas cosas, las cuales tenían que ser contadas! Saqué un cuaderno de mi mochila y empecé a escribir...

— Gracielita, ¿qué andas haciendo? — Me pregunto el profe Tomás poniéndose a mi lado para leer lo que había escrito recién, ¡qué intruso! 

 — Estoy escribiendo sobre lo que hice en las vacaciones. 

— ¡Ah, pero qué buena idea! Daré eso como actividad para todo el curso. — Dijo acercándose a la pizarra. — ¡Chiquillos, atención! Haré una actividad...

  —  ¡¡No, profeee!! ¡Qué lata! — Gritó, como siempre, la Fernanda.

  — Fernanda, ni siquiera me dejaste terminar de hablar... Está bien, la actividad tratará de escribir lo que hicieron durante las vacaciones. Es nota acumulativa, tienen que usar todo lo que les he enseñado en las clases de Lenguaje, así que empiecen ahora. Tienen 40 minutos para terminarlo.

Decidí seguir con lo de escribir mis experiencias, y más ahora que es con nota. 

Escribí al menos unas 10 líneas, aunque seguro que el profe encontrará ésto poco... Pero no importa. Miré hacia la izquierda, donde se ubicaba el puesto del nuevo alumno, y lo encontré mirándome. Por alguna razón, la cual no sé, me sonrojé y evité su mirada por completo. ¿Pero qué me sucede? Argh...

Sentí una molestia en mi parte íntima... ¿Será que me vino la regla? No, no... No puede ser eso, nunca antes había sentido ésto. ¡Maldición! Necesito ir al baño para saber qué me está pasando, pero el profe no me dejará hasta que termine ésto bien...

Empecé a tocarme ahí abajo, para ver si se me pasaba el dolor que sentía pero... Me di cuenta de que pasaba. A través de la tela de la falda masajeaba lentamente, hasta calmarme... Yo...

  — ¡Ahhh! — Un gemido salió de mi boca sin mi permiso. Todo el curso dejó de hacer lo que estaban haciendo para mirarme, hasta el profesor lo hizo. Me miraban con la media cara de impactados, joder... ¡La he cagado!

Miré al tipo nuevo y también me miraba... Pero qué mala imagen debe tener ahora de mí, ugh.