Solo hay oscuridad, como si estuviera observando mi interior, mis pensamientos. Lo que no entendía era porque me estaba pasando eso, ¿ dónde estaba?
De un momento a otro, se abre una puerta a un lado de la habitación dejando entrar la luz, quebrando la oscuridad que me invadía. No necesité más que verla a ella para saberlo todo, sus ojos aguamarina empapados en tristeza me mostraron donde estaba; en el hospital. No sabía que había pasado, ni en qué estado me encontraba, solo sabía que era tan malo que su cara no mostraba más que preocupación.
Ella no hacía más que llorar sus ojos al lado mío, no lo aguantaba más, así que pregunte- Anna ¿Qué es lo que pasa?- pero no hubo respuesta.
La puerta se abrió nuevamente y a la vez se ve entrar al médico que operó a mi padre un par de años antes.
-la operación fue exitosa- dijo el doctor- solo tomara un tiempo en recuperarse-
-¿Cuánto es un tiempo?-dijo Anna con la voz débil- ¿en cuánto tiempo podrá mi hermano recordar?
El miedo se convirtió en una parte de mí mismo, ¿de quién estaban hablando, era yo el que no podía recordar?, ¿Qué me había pasado? No sabía nada, a duras penas sabía quién era yo y mi hermana que estaba sentada junto a mío.
-los recuerdos llegaran poco a poco a través de los sueños, volviendo a sí cada momento vivido-dijo el doctor un poco dudoso.
-¿porque no recuerdo nada?- pregunte con voz un poco temblorosa-Stuart ¿Qué es lo que tengo?
El solo me miro mostrando el pesar de alguien que ve a una persona que no hace más que sufrir por una enfermedad y dijo- Thomas, tenías un severo trastorno mental, por eso tuvimos que realizarte una operación lo más rápido posible; la lobotomía-
El miedo se apodero de mi de tal forma que creí que no resistiría más y me dejaría ir, pero no fue así, lo único que pude hacer fue preguntar lo que más me asustaba en ese instante -¿cómo se dieron cuenta de mi trastorno?-
-un día saliste a caminar al parque como todos a la hora habitual y volviste gritando y agitado, cuando te pregunte que pasaba me dijiste que alguien te estaba persiguiendo y que veías a alguien con capucha negra a donde quiera que ibas- dijo Anna un poco triste y deseosa de que todo fuera un sueño, pero no lo era – lo primero que hicimos fue llevarte a un psicólogo después de que esto se repitiera varias veces, creo que fue lo mejor que pudimos hacer pues la psicóloga te diagnostico esquizofrenia y la única forma de curarla es con la operación que te acaban de hacer-
Esa misma noche los recuerdos empezaron a llegar en cascada. Parecía una pesadilla, el ver como alguien que nadie ve me persigue a donde quiera que voy, no importaba si estaba solo o acompañado, esa capucha negra me seguía a donde quiera que iba. El ver como nadie me creía lo que decía y me tomaban por loco me hacía sentir realmente solo, hasta que me vi siguiendo a la capucha, entrar en su oficina y...
Me desperté sudando y gritando, no podía creer lo que acababa de ver, tenía que salir de allí en ese instante, lo más rápido posible, no estaba seguro en ese lugar y mucho menos mi hermana. Así que me desconecte de todas las maquinas que en ese instante se suponía que me mantenían vivo, me levante y fui a buscarla.
La vi con ese pelo largo hasta la cintura sentada en la cafetería comiéndose un yogurt de fresa con una cuchara, nada me podía tranquilizar más que verla a ella sentada disfrutando algo tan simple y verla "feliz" haciéndolo.
De un momento a otro todo fue oscuridad otra vez, lo que más temía estaba a punto de suceder, me iban a matar.
En el momento en que me quitaron lo que me impedía ver el poco resplandor de luz que quedaba en el hospital pude ver donde estaba, en un cuarto lleno de repisas con de frascos, cada uno relleno de cosas distintas y ahí estaba el con una cara de satisfacción que no podía ocultar.
-¿Por qué? ¿Por qué yo?-dije con un miedo tan inmenso que no podía ocultar, ya era parte de mi-¿Qué fue lo que te hice?
Stuart se acercó al asiento en el que me tenía amarrado, tan cerca que podía escuchar su respiración y dijo –no hizo falta que me hicieras nada, entendía tu mensaje a gritos, tu necesidad se ser salvado de tu miseria-
-¿Qué miseria? De que me estás hablando-
- cada día te despertabas, te bañabas e ibas a trotar, volvías y te bañabas y te ibas a trabajar. Nunca había visto a alguien tan infeliz con su vida hasta que te vi sentado haciendo lo que tu jefe hacía llamar trabajo. Lo veía en tu rostro, la necesidad de formar parte de algo, algo grande y ese fue el favor que te hice, inserte en tu cerebro una parte del cerebro de un perro para que pudieras empezar a desarrollar las habilidades caninas a tal punto que pudieras ser tan leal, confiable y amistoso como un perro-
-pero ¿Por qué yo? Si yo no soy importante, no hago nada especial ni necesitaba hacerlo.
Él se acercó a mí un poco más dejando solo unos pocos centímetros de distancia entre su boca y mi oído y dijo- Thomas todos somos importantes, solo que no para todo el mundo-
En ese instante me di cuenta de contra quien me estaba enfrentando, alguien que no pensaba más que en perfeccionar a los demás para buscar afecto así que entendí que debía hacer.
Comencé a moverme y a imitar todos los sonidos de un perro como pude y al verle la cara de ilusión y de orgullo de Stuart ante su descubrimiento le dije- suéltame para poder mostrarte quien soy ahora-
Él se acercó lo suficiente y me desato, vi la oportunidad y lo hice, lo deznuque. En el momento en que lo vi caer al suelo entendí que no me había convertido en el experimento perfecto que él esperaba, me había transformado en una copia imperfecta de mí mismo; un monstruo.
Fin.
Carolina Tascón Velasquez
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N/A
Muchas gracias por leer mi texto, disfrute mucho escribiéndolo y espero que ustedes también mientras lo leían. Por favor si te gusto vota.
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A MONSTER
Short StoryThomas era una persona común y corriente, con una vida un poco aburrida y simple.Pero esto no durara mucho, pues conocerá a la persona equivocada.