2. De amistad y abandono

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Con el paso del tiempo el pasarse notas de papel en forma de aviones, se volvió una costumbre entre Charlie y Eileen quienes decidían hacerlo especialmente cuando no podían verse por algún motivo, como aquella semana donde castigaron a Eileen por no querer hacer su tarea y pasaron toda la noche en el jardín enviándose mensajes.
"¿Cómo estás?"
"Bien, supongo y tú?"
"Mmm algo intoxicado.."
"¿Por qué?"
"En la cena me dieron pasta,
pero a mí no me engañan era recalentado :( "
"¡¡Iuuuu!! Y te lo comiste? "
" Claro, no me quedaba de otra :( "
"Jajaja eso te pasa por no quererme prestar
tu bicicleta :b "
" jaja Eres mala :v "
............
Nadie de los dos dijo nada pero sabían que desde aquel día en que Eileen había rescatado a Box de una muerte segura, la amistad entre ellos había crecido hasta el grado de contarse absolutamente todo. Este fue el pacto que firmaron, tenerse siempre la sinceridad y la confianza para apoyarse mutuamente.

Una tarde de verano en que los dos estaban paseando en sus bicicletas, Charlie se atrevió por fin a preguntarle a Eileen algo que le inquietaba. Aprovecho justo el momento en que los dos se detuvieron para tomar aire.
- ¿Oye te puedo hacer una pregunta?- dijo Charlie.
- Si claro.
- ¿Porque tu cabello es tan raro?
Eileen solo lo miro un momento para después contestar un poco humillada.
- ¿Por qué? ¿Tiene algo de malo mi cabello?
- ¡No nada! Es solo que jamás había visto un cabello tan naranja-rojo...- dijo rápidamente Charlie.
- Bueno, pues a mí me gusta.- puntualizó Eileen, un poco más calmada.
- Yo en lo personal prefiero el cabello negro, me resulta más agradable...
- ¡El último que llegue al parque compra todos los dulces! - gritó Eileen casi al mismo tiempo que ponía andar su bicicleta.

Con el paso de las estaciones llego el invierno y con ella año nuevo, una época que con el tiempo se volvió una costumbre pasar junto con la familia de Eileen.
Cuando el tan esperado día llegó, la mamá de Charlie tocó a la puerta de sus vecinos luciendo su mejor vestido y acompañada de su esposo y sus dos hijos.
En la puerta los recibió la mamá de Eileen, dando inicio al festejo.
Ya pasadas unas horas y con la cena concluida, los dos jóvenes se fueron a uno de los pasillos para conversar, Charlie tenía en la boca un bastón de caramelo que por alguna razón no paraba de morder y Eileen no paraba de mirar de un lado a otro buscando a alguien que los observará. Fue Charlie quien habló primero.
- ¿Porque me has traído aquí?
- Hay algo importante que tengo que decirte.- dijo Eileen mientras movía la orilla de su vestido, (solía hacer eso cuando estaba nerviosa).
- Bueno ya dímelo, no me pongas en tensión.
Eileen miró al piso y casi en un susurro pronunció las palabras que atormentarían al joven toda la noche.
- Me iré.
- ¿Qué?
- Mi papá consiguió un nuevo empleo, no estoy muy segura pero puede que pase un mes o un año hasta que lo llamen, y cuando eso ocurra tendremos que mudarnos.

Eileen se veía desgastada, casi como si hubiera planeado esas palabras todo el día. Comprendiendo esto Charlie dejo el bastón de dulce a un lado y tomo las manos de la chica sin separar sus ojos de ella.
- No importa, aprovecharemos todo el tiempo que nos quede, haremos todo lo que deseemos, incluso podemos secuestrar el gato de la vecina y hacer enojar a nuestro amigo Pako ¡Dime que no te mueres por verlo enojado!
Eileen sonrió.

Y como lo habían prometido ese fue su mejor año juntos.
Pasaban casi todas las noches viendo una película o jugando algún juego de mesa, los fines de semana salían junto con sus compañeros de escuela y cada día final del mes hacían un viaje algún parque o bosque de la ciudad. Se la pasaban mejor que nunca.
Sin embargo casi como un dolor punzante, Charlie no dejaba de recordar aquellas palabras de Eileen ¿Cómo podía perder esos seis años junto a ella solo por una estupidez?

Finalmente una noche Eileen anunció lo que tanto temía Charlie.
- Mañana.
- ¿Tan pronto?
- Si, mi papá no pudo conseguir otro vuelo.
- Mmmm....
- Vamos no te pongas triste, si quieres no es necesario que nos despidamos ahora, el vuelo sale a las 9:00am, entonces podrás ir a verme en al aeropuerto.
- Creo que tienes razón, de todos modos nos quedan los fines de semana y las vacaciones para vernos.
- Si, nos volveremos a ver.

Charlie se pasó toda la noche en el comedor intentando hacer una carta, algo que le demostrará que tan importante era ella para él, pues los años habían hecho que algo desconocido aflorara en el su corazón, ya no miraba a Eileen de la misma manera, seguía siendo su amiga si, pero ahora era algo más que eso, ahora ella era otro motivo para que él sonriera para seguir adelante.
...........
Lo despertó una fuerte sacudida, era su madre que se había levantado para hacer el desayuno.
- Vamos Charlie levántate, ya es muy tarde.
El joven no podía creer lo que oía. Miro rápidamente el reloj, eran las 8:40am. Se paró rápidamente de la mesa y buscó su chamarra.
- Mamá tienes que llevarme al aeropuerto, el vuelo de Eileen sale a las ...
- Lo sé - lo interrumpió su madre- Vi a su mamá está mañana, se lamentó el que no pudieras estar allí para despedirlos.
- ¿Pero de qué hablas? Ellos se van a las nueve.
- No hijo, su familia salió esta mañana cerca de las siete.

Aquellas al palabras sirvieron para que el joven quedará en Shok un buen tiempo ¿Acaso Eileen le había mentido? ¿Por qué?
La chica de su vida se había marchado y el ni siquiera había podido decirle cuanto la amaba y lo que ella había sido para ella durante todos esos años, una esperanza más.
Lo único que encontró esa mañana, fue un pequeño avión de papel que posaba en el suelo de su patio.
"El mundo es demasiado pequeño.
Nos volveremos a encontrar.
Te quiere: Eileen ❤️"

*Buscando a la verdadera tú*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora