Rodeada de colmillos (RDC#1)

capítulo 46

Me adentro en los pasillos. Intento recordar el camino que hice con Ian desde su oficina hasta mi nueva habitación. Me es imposible. Camino sin saber bien hacia donde voy. Giro varias veces hasta toparme con una puerta que reconozco. La oficina de Ian.

Tomo el pomo de la puerta en mis manos pero la puerta no se abre. Está cerrada con llave. Y la llave de su oficina debe estar en su dormitorio. Y las llaves del laboratorio deben de estar en su oficina. Que maldita encrucijada. Si quiero ver a Adrien, debo ir a la habitación de Ian.

Por suerte sé donde está su dormitorio. Junto al mío. Vuelvo hacia allá. Me adentro en su habitación sigilosamente. Ian parece estar profundamente dormido. Cuando me acerco a su mesita de luz para tomar las llaves veo como bajo la almohada de Ian hay una pistola. Me quedo observandola. Una vez que tomo las llaves salgo del lugar.

Camino de regreso a su oficina y abro la puerta sin problemas gracias a las llaves. Cuando entro examino el escritorio de Ian en busca de las llaves del laboratorio pero nada. Decido abrir uno de los cajones de un mueble. Encuentro una carpeta cerrada y las llaves que buscaba.

Dudo un rato pero luego decido ojear la carpeta. Y para mi sorpresa, en la carpeta no hay cosas de la transformación o de los vampiros. Sino que datos míos. Hay una partida de nacimiento (una copia), una identificación mía, y muchos otros datos sobre mí; además de algunas fotos mías de cuando era una niña.

Dejo todo como está. Guardo la carpeta en su lugar y me llevo las llaves del laboratorio y salgo corriendo en dirección al ascensor que me lleve hasta allá. Me subo en él y espero a que se cierren las puertas contando cada segundo que pasa. Cada uno, un segundo menos para juntarme con Adrien y volver a ver esa hermosa cara.