La noche había caído y a él no le apetecía salir; aunque por desgracia—o fortuna—, su mejor amigo lo arrastró fuera de su casa.
El amigo no le reveló a qué lugar lo llevaría. Y no fue hasta que miró a una multitud alocada afuera de un local, que dedujo que era un bar. Estaba equivocado.
—Ahora mismo podría estar en la "Cueva"—el joven intentó que sus palabras sonaran en forma de queja.
—No siempre tienes que estar ahí, ¿sabes?—Fue la respuesta de su amigo—. Además, te va a gustar.
Él no pareció muy convencido al respecto.
En la entrada del local, un hombre alto y robusto, custodiaba la puerta. El amigo murmuró algo al grandulón y éste les dejó pasar sin problema.
Adentro, él observó con curiosidad el pequeño cuadrilátero situado en el centro. En alguna parte de la pared, letras doradas—seguramente bañadas con diamantina—formaban la palabra «Olimpo». Su boca se torció en una sonrisa irónica; algo le decía que al final se llevaría una buena sorpresa.
Ambos jóvenes se situaron en las gradas bajas, a tan solo unos metros del ring. La luz se apagó, el presentador apareció a un lado del cuadrilátero, y llevaba unas gafas de color plateado. El muchacho se sorprendió cuando una chica se subió al ring, parte del público gritó; pero más se sorprendió cuando la mayoría de la gente comenzó a aclamar a «Venus». Uniéndose a la multitud, esperó a que la segunda luchadora entrara. Entonces, la vio. Pensó en su apodo y se dio cuenta que era cierto. Ella lucía como diosa. Y como hombre, su entrepierna se tensó al verla.
La pelea comenzó pocos segundos después; Venus había esquivado el primer golpe. Bloqueó un gancho derecho de su contrincante, impulsando su mano izquierda, enganchó el guante cerca de la mandíbula de la otra luchadora. El muchacho parecía embelesado por el show, y ahora no se arrepentía que su mejor amigo lo convenciera de salir, de hecho se sentía mejor que pasar el rato con Laila.
Golpe tras golpe, el muchacho observó atentamente los movimientos de Venus. Nunca había imaginado que una chica podría luchar tan bien como aquélla chica lo hacía.
El combate duró unos cuarenta y cinco minutos. La gente comenzaba a bajar de las gradas, algunos dirigiéndose a cobrar el dinero de sus apuestas. Miró a su amigo, se estaba besando con una pelirroja.
Ignorando eso, decidió que debía conocer a la ganadora.
Chocó con algunas personas, y finalmente logró salir del área de pelea. Estaba en un pasillo alumbrado por tres lámparas largas colgadas en el techo. ¿Dónde estaba Venus?
Giró sus pies a la derecha y caminó en el pasillo. La puerta del baño de mujeres se abrió, y él se detuvo. Una figura femenina salió, llevaba los pantalones cortos de la pelea y el camisón deportivo, una toalla colgaba sobre el hombro de la chica.
Sacando su más encantadora—y egocéntrica—sonrisa se acercó a ella.
—Sabía que el Olimpo tenía hermosas diosas pero no creí que había una que sobrepasaba la definición de hermosa.
La chica se giró, con una ceja arqueada, sus manos sobre su cadera.
— ¿Te conozco?—preguntó ella. Su tono de voz le demostró a él que no sería sencillo conseguir ligar con ella.
—Es tu día de suerte muñeca, estás apunto de conocerme—dijo él—. Me llamo Kevin y tal vez deberíamos conocernos mejor.
Venus sonrió con insuficiencia. El chico tenía las pelotas al intentar ligar con ella sin temor que le diera un puñetazo.
Los ojos grises de la chica recorrieron al muchacho de pies a cabeza. Rápidamente se dio cuenta de que Kevin era de esos típicos patanes de una noche.
—Es tarde cariño, ya hice planes. Y sí, eso no te incluye—respondió ella con audacia.
Venus era inteligente. Y eso la hacía ser más interesante para Kevin.
—Siempre puedes cambiar de opinión. ¿Qué podría ser mejor que salir conmigo?
Ella colocó su mano en su barbilla, pensando y luego lo enfrentó—. Créeme, muchas cosas pueden ser mejor que salir contigo.
—Eso puede herir los sentimientos de un hombre ¿sabes?—él fingió estar ofendido. Aquello parecía el ligue más excitante de su vida.
Kevin dio un paso corto hacia adelante, la espalda de Venus chocó con la pared. Ella no demostró que iba a ceder.
—Punto para mí entonces—respondió Venus.
Alguien se acercó, interrumpiéndolos—...M...Venus es hora de irnos—dijo un chico de cabello castaño.
Kevin se alejó de la chica—. Sigo diciendo que puedes cambiar de planes.
—No salgo con chicos como tú—fue la respuesta rápida de ella—. Sin embargo, podría hacer una excepción...en un futuro.
Antes de irse le guiñó un ojo y se fue con el chico castaño.
Kevin se quedó con la boca abierta. Nunca en su vida había conocido a alguien como aquella chica. Y estaba cien por ciento seguro que quería verla de nuevo. Aunque sería difícil teniendo en cuenta que solo sabía su nombre de boxeadora...pero haría el intento.
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Hola mis hermosas lectoras :3 He vuelto y con una idea refrescante (de hecho no tanto, ésta historia comenzó a divagar en mi cabeza hace maso menos un mes o un poco más pero no tenía las ideas claras).
Espero que me acompañen en esta aventura :)
Las adoro...y nos leemos más pronto que nunca.
Si quieren saber un poco más de que va la historia pueden preguntarme en ask @ItsVanesaM
Besos ♥
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Último Round (Próximamente)
Teen FictionPara Megan Jones es fácil meterse en problemas, especialmente si se resuelven en un ring. Su meta es llegar a ser una boxeadora profesional, aún si no todos la apoyan. Ella quiere demostrar que también las chicas pueden ser fuertes...Pero hay chico...