Habíamos hablado un bien rato. A pesar de que oscurecía no nos importo. Jeryl estaba durmiendo desde que llegamos.
-Me tengo que ir. -dijo mirando su celular.
-¿Por qué es tarde o por que paso algo?
-Por que es tarde.
-Si quieres puedes quedarte. -¿Yo diciéndole eso? _____, por el amor a Dios.-
-¿Quieres que me quede? -alzo sus cejas y sonrió de costado. ¿Por qué me lo hace tan difícil?
-¿Quieres quedarte? -dije acostándome en la cama. Tratando de lucir calmada.
-Dime que me quede y lo hago. -dijo sonriendo y yo sonreí.
-Quédate. -reí y el río.
-Bien. -sonrió.
Camino hacia la luz y la apago. Quito sus zapatos y su camisa y poco a poco fue acostándose a mi lado. ¿Qué? Jamás había dormido con él. Nerviosa miraba cada movimiento que el hacia. Se acostó cerca y hizo que mi cabeza se acostara en su pecho. Justin tenía varios tatuajes, me gustaba así. El acariciaba mi pelo, podía escuchar sus latidos. Estaba nerviosa, cerré los ojos y suspire; me conformaba con esto.
-¿Justin?
-¿Si?
-¿Alguna vez has querido preguntar algo pero no lo haces porque en tu corazón sabias que no ibas a poder soportar la respuesta? -dije y el tardo en contestar.
-Si. -contesto acariciando mi hombro.
-¿Y que paso?
-Aún no he podido resolver eso. -dijo suspirando.
-Ah. -no se en que momento me quede dormida.
Eran las 1 de la madrugada cuando me levanté por el frío. Me di venta que Justin aún seguía conmigo, dormía tranquilamente. Me levanté y me cambie, me había quedado dormida con la ropa en la que fui al parque. Me puse un pantalón corto cómodo, aunque siempre acostumbro a dormir sólo en bragas y una camisa larga. Me puse una camisa de dormir y salí a tomar algo de beber. Escuche la televisión prendida en la sala, y estaba Jeryl.
-No sabía que estabas despierta. -dije y se sobresaltó y reí.
-Gracias por asustarme. -me fulmino con la mirada y río.
-Perdón. -reí.
-Había dormido mucho y por eso ahora no tengo sueño.
-Ah. Justin se quedo a dormir.
-¿Dónde esta?
-En mi habitación. -dijo y me dio una mirada divertida. -No es lo que tu crees. -reí tirándole una pequeña almohada.
-Si tu lo dices.. -río.
-Bueno, nos vemos mañana. -reí y me fui de nuevo a la habitación. Justin estaba acostado de otra manera. Cogí la sábana y lo arrope. Di un pequeño beso en la frente y estuve a punto de darle uno en los labios, pero no. No podía hacer eso. Me aleje de el desconcertada. Debo dejar de tener esos pensamientos. Claro, sus labios eran apetecibles, de eso no hay duda. Pero tengo que tener una especie de barra entre el y yo. Me fui al otro lado de la cama y me acosté lo más lejos de el posible, casi creo sentir que me caía de la cama. Nuevamente me quede dormida.
A la mañana siguiente recordé que tenía una cita en el médico, de esas que se hacen por prevenir las cosas. Maldecía en mis adentros. ¿Por qué hoy? ¿Por qué? Molesta me levanté y di una mirada en la cama, allí aún estaba el dormido. Me duche, me vestí bien y me maquille un poco. Mientras me peinaba sentí un ruido en la cama. Justin había despertado.
-Buenos días. -dijo el, jamás había escuchado su voz acabado de levantar; era tremendamente sexy.
-Buenos días. -sonreí.
-¿A dónde vas? -dijo él.
-Recordé que tengo una cita en el médico, nada de que preocuparse. -sonreí y me unte un poco de perfume en el cuello. Estaba lista.
-¿Llegaras temprano?
-No lo sé, ¿por qué?
-Para saber. Tan pronto como me vista me voy. -dijo parándose.
-Puedes quedarte.
-No, vengó más tarde. Llámame. -sonrió y me dio un beso en la frente dirigiéndose al baño.
-Adiós. -sonreí mirando su espalda, tenía un tatuaje ahí también. Sus tatuajes son perfectos. El antes de cerrar la puerta me hecho una mirada y sonrió. Me encantas, Justin.
Cogí mi celular, las llaves de mí auto y salí hacia el médico.
Me hicieron el chequeo normal, me pareció muy aburrido. Decidí ir a una cafetería a desayunar, pues no tuve tiempo de hacerlo hoy. Cuando termine, me bebí un Cafè tranquila. Sentí alguien tocándome el hombro.
-¿________? -era el, mi ex. El se llama Mathew. Era un chico bastante atractivo, no lo veía desde que termine mi relación con el hace varios años atrás. Estaba más lindo. Sonreí sin dudarlo.
-Mathew, hola. -sonreí y nos saludamos con un beso en la mejilla.
-¿Puedo sentarme?
-Si, adelante. -sonreí y me senté.
-No pensé que nos veríamos. -dijo el.
-Ni yo. -sonreí.
-¿Cómo has estado?
-He estado bien. ¿y tu?
-Ya sabes, trabajando. -sonrió. El es unos 4 años mayor que yo.
-¿Te va bien?
-Si, todo bien. -sonrió.
-Me alegro. -Nos quedamos viendo por unos minutos en silencio.
Luego de varios minutos hablando me excuse con que tenía que irme. Quiso que le diera mi número y así lo hice. Podríamos salir como amigos, quizás.