Capítulo 4

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Reconozco esa voz, es la voz del hombre trajeado. Creo que aquí él es la máxima autoridad. Por eso pienso entrar con la cabeza bien alta y sin mostrar ningún tipo de debilidad.

El guardia que me ha acompañado hasta aquí, me indica moviendo la cabeza que entre en la sala.

Estiro la espala, cuadro los hombros y levanto la barbilla. Entro con toda la fuerza, energía y dignidad que tengo. Mi postura indica que no tengo miedo, pero no es verdad, tengo miedo a lo que quiera de mí, más bien de lo que le haga a mi hermana si no obedezco.

Cruzo las blancas puertas y efectivamente ahí está el hombre del traje. Pide que nos dejen a solas y que cierren las puertas. Después me indica que me siente. Cuando lo hago parece que vaya a comenzar a hablar. Pero se lo piensa mejor y se queda callado, esperando que diga algo. Como ve que no tengo intención de hablar, tras cinco minutos en silencio, decide levantarse.

Se pone acerca a la silla donde estoy sentada y se apoya en su escritorio. Me acerca se mano y dice: Bienvenida Naira, me llamo Jason Bates.

Mansamente le estrecho la mano, supongo que mis padres me han educado con buenos modales. Acabo de descubrir que soy zurda, yo iba a saludarle con la mano izquierda, solo espero no estar encerrada por ser bruja o estar endemoniada. Me rio de mis estúpidos pensamientos.

Jason no para de mirarme esperando que diga algo, pero no sé qué decir, apenas tengo recuerdos. Comienza a hablar nuevamente. Quiere explicarme, si estoy dispuesta a escucharlo, ¿¡cómo no iba a estar dispuesta a escucharlo!? aunque quisiera irme ¡no sé dónde está mí celda!, cuales son las reglas de este lugar al que no pone nombre, al que simplemente se refiere como aquí.

Lo primero que dice es que me van a trasladar a una celda común mixta, vigilada permanentemente por un guardia como mínimo. Dice que espera de mí un comportamiento impecable ya que a la mínima falta no podré ver a mi hermana.

Primera norma: nada de peleas, ni dentro ni fuera de la celda.

Segunda norma: he de acostarme antes de que las luces se apaguen. Estas lo hacen a las 11 p.m. Añade que hay un reloj en la habitación.

Tercera norma: nadie puede levantarse de la cama antes de que se enciendan las luces. Se encienden a las 8 a.m. Ni siquiera para ir al baño.

Cuarta norma: hay establecidos turnos de duchas, chicas a las de 8:30 a 9:00 am. y 10 a 10:30 p.m. Los turnos de los chicos son de 8:00 a 8:30 a.m. y de 10:30 a 11:00 p.m.

Quinta norma: nadie puede entrar al baño durante el turno de ducha del sexo opuesto.

Sexta norma: tenemos que hacer una serie de tareas a cambio de la comida. Dice que yo estoy exenta de ellas hasta que finalice la semana, después trabajaré en las cocinas. Un pregunta ¡¿en qué maldito día de la semana estamos?! - pienso.

Sétima norma: jamás se le puede contestar a un guardia. La obediencia hacia ellos es absoluta.

Octava norma: si me comporto y realizo mis taras correctamente podré salir al "patio", ir a la biblioteca... Por el contario si desobedezco seré castigada- añade con una sonrisa maquiavélica en los labios.

Novena norma: en el comedor no se juega con la comida - ¡ni que esto fuera un colegio!

Décima norma: no puedo regresar a mi celda hasta que haya acabado de comer. Esa norma solo existe para ti – dice.

Estas son las normas más básicas que hay, del resto te enteraras tu solita – comenta con cierto desprecio en su voz.

Estas son las normas más básicas que hay, del resto te enteraras tu solita – comenta con cierto desprecio en su voz.

Grita para que entren los guardias. Y ahí está él, el chico de los ojos azules. Le manda que me lleven a mi nueva "habitación".

Cuando estamos saliendo por la puerta cuando Bates dice: Nos vemos pronto, querida.

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¿Qué opinan de las normas? ¿Añadirían o quitarían alguna? ¿Qué le parece Jason Bates? ¿Queréis saber por qué ese nombre?








Mar de arena [En pausa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora