Era alto, musculoso, con el cabello algo largo y enrulado. Lo que más gracia me causo es que tenía más pierna que yo.
Si, soy una chica "gambona" fue siempre un extra para conquistar chicos, y claro mis ojos azules. Pero lejos siempre estuve de la perfección, no soy gorda pero tampoco un alfiler. Tengo 17 años y es mi cumpleaños, decidí salir a festejarlo con unas amigas pero ya las perdí.
-Hola lindura, cómo te llamas?-dije pasando una mano por su espalda notablemente trabajada.
-Para ti no tengo nombre, conozco a las chicas como tú, se lo que buscas y no tengo ganas de lidiar con niñas como tú- me contestó de forma borde.
-Calma bebe que lo mío no es serio, además solo te pregunté tu nombre-dije de forma inocente-Sabes,es mi cumpleaños, lo que tu deberías hacerse invitarme un trago, seducirle para luego llevarme a tu casa y pasar el resto de esta noche teniendo sexo.
-Bueno, sabes, eso no va a suceder cariño, buscate a otro y feliz cumpleaños.
-Está bien, cuando te arrepientas llámame- dije mientras deslizaba por el bolsillo de su pantalón un papel con mi numero de teléfono y le daba un beso atrevido.
Creí que se safaria de mi, aunque puso un poco de resistencia enseguida me respondió.
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×Peligro×
Teen FictionTodo comenzó esa noche. Cuando pasada de copas cometí el terrible atrevimiento de coquetearle al chico equivocado. Su aura era oscura pero como dije, no me importo una mierda. Qué tan malo podía ser? Estaba buenisimo a pesar de todo y chicos como es...
