4. "La Gran Noche"

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Aquel palacio era genial, todo era tan bonito e impecable, tenia grandes esculturas, Cuadros subreales, los cuales te daban una gran imaginación, por un momento me pareció ver a alguien con un cuerpo reconocido, solo vi su espalda, ya que estaba volteado de lado contrario hacia mí, Tyson me llamó, Tuve que ir hacia el rápidamente, me presento algunas personas que conocía y que podían ayudarme, según Tyson claro.

Mi atención se desvió hacia Lauren. Lauren es la prometida de uno de los empleados de Tyson, Ella se veía realmente hermosa en ese vestido, yo solo llevaba un simple vestido negro, el cual según mis chicas me quedaba espectacular.

Vi pasar al mesero, llevaba unas copas de champagne y me apeteció una. Luego de dar varias vueltas por el lugar me encontré con una grande y cómoda sala de estar, me acerqué a el, tenia en las paredes unos hermosos cuadros, eran carísimos, un poco parecidos a los de mi depto.

— Clhoe, no imaginaba encontrarte por acá— Dijeron con una voz potente.

Voltee a ver quien era. — Vaya, ¿y que me espera después? ah.. ya sé, te encontrare en mis sueños, eso es lo único que falta, parece que me siguieras a todas partes que voy, y dime de donde sabes mi nombre.

— O podría ser al revés Clhoe, podrías ser tu quien me sigue a mi. — No tengo ni la mínima idea de quien eres- dije haciendo un ademan- Creo que hice una pregunta, y no se responde sola.- mi voz mostró autoridad.

— Para tener esas actitud de poder, no eres tan lista, pensé que eras más inteligente. A ver señorita, te parece extraño que me hayan enviado una invitación a tu fiesta, creo que decía muy llamativamente "Clhoe".

Me sentí como una imbécil en ese momento, volví a encontrar esos ojos color café, él vestía un traje negro, se veía tan... tan..— ¿En que piensas señorita? ¿Estás nerviosa? no me digas que estas nerviosa por mí, pensé que eras mas difí...

— Cállate, no digas ni una palabra más, y no es de tu incumbencia lo que este pasando por mi mente, así que puedes irte, creo que te espera alguien allá.

— Con tan solo 24 años y ya te estas amargando, y vine solo, no necesito que nadie me acompañe ni me espere— Se acerco a mi y deposito cada palabra con una voz suave en mi oído.

mi corazón latía a mil por segundo, él sencillamente era hermoso, y sin hacer esfuerzo lograba que yo me ruborizara rápidamente.— No te tengo miedo— imite su voz e hice lo mismo que él.

— No he dicho que debas tenerme miedo, pero si tu deseas hacerlo, puedes tenerlo, pero deberían darte miedo algunas cosas princesa.

— Puedes hacer y pensar lo que quieras.

— Yo tengo muy claro que quien maneja mi vida soy yo cariño, y si deseo puedo hacer esto.

Tomo mi cintura y me beso suavemente, le correspondí el beso, lleve mi mano izquierda a su cara y la derecha hacia su cabello, haciendo cariño por cada mechón. Él besaba tan rico, podía viajar en el tiempo y volver a besarlo si pudiera.

Me llevo hacia una pared para arrinconarme, pero justo antes de llegar me di vuelta y lo arrincone yo a él, podía sentirla pasión en mis venas, pero recordé que no sabía ni su nombre, y que así era perfecto, no lo conocía, no sabía nada de él, y aun así quisiera que fuera solamente mío, no podía serlo, no quería que supiera quien yo era.

Intentó subir mi vestido, pero al darme cuenta que estábamos en una fiesta donde había sido invitada por mi jefe; no podía sobrepasarme de mis limites, así que rápidamente hice un movimiento lastimando un poco su bulto, me acerqué a su oído y en voz baja — No querrás conocerme — dije alejándome de él.

Me arregle un poco y me dispuse a salir de ese lugar, cuando abrí la puerta lo escuche decir— Nathan.

— ¿Qué?— Dije sorprendida al no entender lo que trataba de decirme.

Tomo un poco de aire y volvió a decirlo.— Nathan, por si te interesa saber mi nombre.

— Fue un placer, Nathan. — Dije saliendo de la enorme y cómoda sala.

Me dirige hacia mi Tyson,  quien se encontraba con algunos de sus empleados, decían unas cosas las cuales nos hacían reír un poco, busque a Anna y Tracy pero ya se habían ido, al no verlas quise irme,   estaba exhausta.

pare mi mustang en el estacionamiento, mientras me dirigía al ascensor un auto se paro frente mi, bajo el vidrio del acompañante, estaba oscuro, no logre ver su cara.

— Sube— dijo una voz de hombre.

Sin pensarlo lo hice, no se ni por que, al verle la cara, no podía creerlo.

— ¿Me estabas siguiendo?— dije

Se burlo y nos limitamos a decir nada en el camino.

llegamos a un edificio con, por fuera era de vidrio, parecido un poco al que tenia en Seattle. En lo que las puertas de ascensor se cerraron Nathan se dio vueltas hacia mi, nuestras miradas se entrelazaron, me beso suavemente, intente separarlo de mi pero todo el esfuerzo fue en vano, no pude contenerme así que le correspondí el beso, subió un poco mi vestido y me pego en el espejo del ascensor, mis piernas rodearon su cintura.

Se abrieron las puertas del ascensor, estábamos en el ultimo piso, me quede como estaba mientras con una mano me sujetaba para no caerme, con la otra abría la puerta del depto. Entramos y se dirijo al ultimo cuarto, yo todavía estaba encima de el, me recostó en la cama, quedo encima de mi.

Beso cada parte de mi ser, subió un poco más mi vestido y se dispuso a bajar con besos, podía sentir su excitación, no puedo negar que también me excité.

Quito toda mi ropa y me dispuse a hacer lo mismo, se coloco la protección debida y comenzamos el juego. Podía sentir como nuestros cuerpos se unían, estaba deleitada con cada cosa que decía a mi oído, mis gemidos parecían excitarlo más.

Me levante y vi que no estaba en mi cuarto, todo me parecía extraño. En eso vi entrar a Nathan, su cabello estaba mojado. — Buenos días— lo escuché decir.

— Buen día

Vi el reloj que estaba en una mesita de noche negra, eran las 10 am. Corrí por mis cosas, me vestí, puse mis tacones, le di una sonrisa y le dije que me indicara por donde podía irme.

Maldición recordé que no había traído mi auto. Estaba fuera del edificio, mientras esperaba un taxi Nathan se paro frente mi.

— Si quieres puedo llevarte.

— No necesito que lo hagas, gracias por tu amabilidad— Dije poniendo una sonrisa sarcástica.

Subió el vidrio y se fue.

Cuando llegue al depto. estaban Anna y Tracy esperándome. — Donde rayos estabas, te estuvimos llamando toda la mañana y no has contestado— Dijo Anna alterada.

Tracy me lanzo una mirada que fácilmente pude descifrar que quería matarme. Vi mi celular y efectivamente estaban sus llamadas y mensajes. — Estaba en asuntos que no son de su importancia.— me limité a decir tomando un vaso de jugo de naranja.

— Como quieras, ya me voy— dijo Tracy, yéndose molesta. Anna le siguió también molesta.









Atracción Peligrosa.(En curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora