#8 Sin Nombre

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Era un frío viernes por la mañana y _____ se veía fijamente en el espejo. Cargaba puesto un pantalón de color claro y un brasier que ocultaba su pecho; se miraba de perfil, de frente, de lado y toda forma posible de pies a cabeza, investigando algún posible cambio en su organismo.
Levi la veía desde atrás, sentado en la cama curioso y muy atento a sus movimientos y gestos. Se apoyó en un una mano para ponerse de pie y se acercó a ella en silencio.

− ¿Por qué te ves tanto? - preguntó después de tomar su cintura con ambas manos suavemente.

Ella no dijo nada, solo frunció el ceño inconforme.

− ¿Qué sucede? - insistió él.

− Levi... ¿estoy gorda?

Ahí estaba.
Esa era la pregunta que más odiaba en el mundo, porque en segundo lugar estaba "que me pongo" o "cómo me veo". Levi sabía que cualquier respuesta podría mal interpretada, bajó la mirada sin saber que decir y besó sutilmente su hombro.

− Estas hermosa.

____ soltó un pequeño suspiro de alivio y sonrió con un leve sonrojo en sus mejillas. Se dio la vuelta y besó a Levi, con sus brazos le rodeó el cuello permitiendo que él la elevara por unos momentos en el aire.

Después de casi una hora, ambos salieron en dirección a sus respectivos trabajos. Levi iba a la universidad como era costumbre, miró su reloj y recordó que el primer bloque estaría libre, miró el asiento vacío del copiloto y allí estaba la tarjeta que sacó del ramo de flores esa mañana. La tomó y la volvió a leer, había algo en ella que se le hacía familiar, entonces cruzó a la izquierda para ir por un momento a la florería donde Mikasa trabajaba.

Aparcó el vehículo frente a una tienda de colores pasteles y con muchos ramos de flores. Se bajó con algo de prisa y entró en ella, miró de soslayo algunos girasoles y plantas exóticas, se acercó a la chica que estaba detrás del mostrador.

− Bienvenido, caballero - saludó muy sonriente - ¿Puedo ayudarlo en algo?

− Mikasa Ackerman. Ella trabaja aquí ¿cierto? - preguntó seriamente.

− ¡Ah! Si, ella trabaja con nosotros, pero su turno no comienza hasta dentro de un par de horas.

Levi asintió un poco disgustado. Entonces preguntó a la vez que le mostraba la tarjeta:

− ¿Esto es de ustedes?

− Si señor - asintió la castaña - La entregamos siempre para que los clientes dediquen si así lo deseen sus flores.

− Un ramo grande con rosas y girasoles, parecido al que tienen afuera - añadió -: ¿Cuántos han vendido los últimos dos días?

− Es uno de nuestros mejores arreglos - contestó a la vez que salía de su espacio por una puerta pequeña y le indicaba el señalado - Se vende mucho.

Volvió a asentir sintiendo que perdía el tiempo, guardó la tarjeta en su bolsillo derecho. Miró su reloj y decidió irse.

− Gracias - dijo con voz seca.

− Disculpe, ¿usted quién es? - indagó curiosa.

− Un familiar de Mikasa - se despidió levemente con la mano y regreso a su auto.

No ganaría nada haciendo preguntas sin razón. A pesar de que quería olvidar el tema, aquellas iniciales lo dejaban inquieto.

− "E. D"... - pensó en voz alta.

*

− ¿Qué van a comprar, chicas? - preguntó el rubio, quien conducía con mucha concentración.

− Solo algunas cosas, Armin - agregó Mikasa sentada en el puesto del copiloto.

Durante un día de Invierno ~SnK~ LevixReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora