Capitulo 8

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Una vez dentro de casa me asomo a la ventana y observo como el veloz jaguar se aleja.

Pasan un par de minutos y aún sigo allí de pie, mirando a la nada, intentando procesar lo ocurrido esta noche.

Me saco los zapatos y camino descalza hasta el dormitorio, los tacos me están matando. Me desvisto lentamente y me meto en la cama para intentar dormir.

Estoy a punto de quedarme dormida cuando escucho sonar mi celular, lo miro y me sorprendo al ver un mensaje de texto, de un número desconocido.

<<Sólo te escribo para desearte buenas noches. Una lástima que no me hayas invitado a pasar. LC.>>

Sonrío por el mensaje inesperado, y decido contestarle.

<<Sí que tienes buenos informantes, para tener mi número de celular.
Gracias por los deseos de buenas noches>>

Su respuesta no tarda en llegar:

<<Los mejores Isabella. ¿Estás libre mañana por la noche?>>

Me veo tentada a decirle que si, pero la verdad es que quedé con Julieta para festejar mi ascenso.

<<Lo siento. Noche de chicas>>

<<Con que noche chicas eh... Suena interesante. Bueno ya me dirás entonces cuándo tengas una noche libre y podamos quedar>>

Seguro que trabajaré el doble todo el fin de semana con tal de terminar temprano; pero no me importa, así que contesto:

<<De acuerdo, si termino temprano de organizar mi trabajo, el domingo podríamos quedar>>

<<Está bien, intenta organizarte, quiero verte Isabella, además te quedaste con mi abrigo>>

"Si el abrigo es el problema, se lo puedo mandar a su casa, señor Castelli"

<<Deseo verla, señorita Rienzo. Ahora descanse y paselo bien en su noche de chicas. Nos vemos el domingo>>

Ese deseo, suena tan íntimo que me hace estremecer y tras ese mensaje tardo un par de horas en poder conciliar el sueño.

A la mañana siguiente me levanto tarde, y tras desayunar decido sacar a pasear a Lola, y de paso caminar un rato para relajarme.

Me siento inquieta y ansiosa.
Intento trabajar un rato pero no logro concentrarme en otra cosa que no sea Lorenzo.

La forma en la que me besó antes de marcharse, tan exigente...la forma en que tomó mis muñecas, ¡prácticamente me tenía inmovilizada!  bajo su merced, y esa actitud, para mi sorpresa, me excitó.

Y es esa excitación la que me tiene desconcertada.
Siempre creí que una situación así me provocaría cierto rechazo, sin embargo me hizo desear más.

******************************
Por la noche me encuentro con Julieta en un pequeño pub de la ciudad vieja, para celebrar mi nuevo puesto de trabajo.

Nos sentamos en una mesa junto a la ventana y pedimos una cerveza.
Al principio hablamos de cosas cotidianas, pero noto en ella sus ganas de preguntar por mi cita de anoche y no tarda en hacerlo.

—Bueno Isabella, lárgalo ya—dice dando un trago a su cerveza —. ¿Cómo te fue anoche?

Me tomo un par de segundos para responder.

—Muy bien... eso creo—contesto ruborizándome al recordar nuestra despedida.

—¿Cómo que eso creo? Cuéntame ¿Lo pasaste bien?—pregunta exasperada.

Deliciosa AdicciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora