Capítulo 3. Confusión.

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Confusión.

Se entiende por confusión a una disminución de la actividad de la consciencia y en algunos casos graves pueden generar ilusiones, insomnio y alucinaciones, producido generalmente en condiciones de una gran tensión mental.

Capítulo 3.

Gala se despertó con un sonido desconocido. Se había quedado dormida en su cama, boca abajo.

En cuanto intentó moverse pudo notar el dolor de cuello que le había dejado la mala postura.

Aguantando el dolor consiguió incorporarse y buscó el objeto del cual provenía el sonido, hasta que lo encontró.
El móvil de Yixing.
*Chanyeol llamando*

Gala ahora se encontró sin saber que hacer, el móvil no era suyo, no debía contestar. Sin embargo, podía ser Yixing llamando con otro número.

Se quedo unos largos segundos mirando al móvil esperando que milagrosamente se contestara solo.

Y por temor a que colgaran, respondió.
Ella no dijo nada, pegó el altavoz a su oreja y esperó.

- Lay, ya te has vuelto a quedar dormido? Menudo alago que te hayas levantado solo para responderme a mi.

Gala no dijo nada.

- Bueno, solo era para recordarte que lo de esta noche es muy importante y mas te vale no faltar, sino yo y los chicos iremos a buscarte.

Gala no dijo nada.

- Se nota que andas dormido, eh? A mi con que vengas me llega. A las 23h en Le Sac, vale? Venga, chao vago.

Le Sac? No tenía ni idea de que podía ser eso y solo se le ocurrió buscarlo en Google.

Sin darse cuenta ya estaba usando el teléfono de Yixing como si fuera el suyo propio.

Gala no sabía porque justo este chico la distraía tanto. Su plan nada más llegar a la ciudad fue "mantente alejada de extraños" y sin embargo ahora intentaba rastrear a uno.

Tras adentrarse en las entrañas de internet y visitar algunas páginas sin sentido, Gala consiguió finalmente un resultado lógico a su búsqueda.

No muy lejos del bar de anoche, se encontraba un pequeño club bastante frecuentado por la gente de la zona y se le hacía casi obvio que "Chanyeol" tenía que referirse a ese sitio.

Miró la hora en el móvil, eran las ¡¿20:30?! ¿Como había podido dormir tanto?

Gala saltó de la cama, y escaneó el armario, el día de hoy era viernes y ella no acostumbraba a salir, ni si quiera en el pueblo en el que vivía antes.

¿Que hay que ponerse en situaciones así? No conocía el club, no conocía a la gente. Se supone que solo iba a darle el teléfono a Yixing, pero ¿por qué estaba tan nerviosa entonces?

Finalmente decidió luchar contra ese primer impulso de vestirse para salir de fiesta y solo se puso unos vaqueros y una camiseta simple.

Iba a llegar, encontrar a Yixing, darle el teléfono y marcharse. El plan era sencillo.

Salió de casa a las 22:00 y gracias a las indicaciones del móvil y a la poca gente que andaba por donde le marcaba el GPS, a las 22:45 estaba en la calle enfrente a Le Sac.

Aún faltaban otros 45 minutos para lo que fuera que habían quedado Yixing y sus amigos.

Gala no sabía que hacer así que se sentó en el bordillo de la acera y esperó.

Lentamente fue llegando más y más gente que, tan solo en media hora, se habían convertido en una marea de personas que hacían que la puerta del club que antes parecía grande ya no se pudiera ni percibir.

No tuvo más remedio que levantarse, y justo al hacerlo, unos músculos moderadamente fuertes, apretados por una camisa abotonada hasta la altura del cuello, que sin duda conducía a la cara del joven del bar de anoche, pasaron por delante suya. Yixing.

- Yixing

No pudo escuchar la voz débil de Gala entre los gritos de la jauría a su alrededor y siguió andando.

Gala fue detrás de él y consiguió agarrarle por la camisa, lo suficientemente fuerte como para que este se diera la vuelta.

- Yixing

Unos ojos marrones brillantes la miraban ahora.

- Gala?
- Si, vine a dart...
- Ahora no puedo, tengo algo que hacer, hablamos otro día, si?
- Pero...
- Adiós, un placer volverte a ver.

Tenía toda la pinta de que Yixing ni se había dado cuenta de la falta de su móvil, ¿qué hacer en una situación así?

Gala se alejó del tumulto hasta un lugar donde los alaridos parecían solo susurros, se sentó encogida de piernas, cerró los ojos y allí se quedó.

Había andando 45 minutos, preocupada, para devolverle el teléfono a una persona que ni se había dado cuenta de su ausencia.

Sus pies la estaban castigando por ello en ese mismo momento y el simple hecho de pensar en los otros 45 minutos de vuelta, le hacía sentir más dolor.

- ¿Estás bien?

Alguien preguntó por su espalda.

- Eh? Si si, no te preocupes.

Detrás suya se hallaba una persona con el pelo rubio y despeinado, no muy alto pero sin duda muy cuidado para ser hombre.

- ¿Como te llamas?
- Gala, tu?

El apuesto joven de traje negro y sonrisa brillante se sentaba ahora a su lado.

- Luhan.

Gala agradecía la compañía de Luhan, y de quien fuera, en ese momento.

Pues al estar rodeada de tanta gente se sentía más sola aún que en su casa, y los sentimientos que su nueva ciudad le estaba proporcionando la comenzaban a confundir.

Curious.Where stories live. Discover now