d i e z

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    El viernes cuando Sophia busca a Liam en la salida del instituto yo voy directo hacia ella.

—Hola—saludo y ella me sonríe aunque su vista se posa en todos los estudiantes con uniforme, a mi Liam se me perdió en el almuerzo así que no tengo idea de dónde está.

—Hey, ¿por las dudas no has visto a Liam?—Pregunta de forma amable.

—Oh, ni idea, pero si quieres lo llamo—propongo, pero ella niega y suspira algo rendida.

—No, así está bien. ¿Cómo has estado, Niall?—Ahora parece más interesada en mi, me encojo de hombros.

—Pues bien, em, ¿eres muy amiga de Zayn?—Ella rueda los ojos.

—¿Liam te ha pedido qué me preguntes eso?—Cuestiona de forma cansada y yo río.

—No, no. Es algo personal.

—Ah, bueno, no mucho. Pero le tengo aprecio—asiento pensando bien en lo que diré a continuación.

—¿Sabes dónde vive?


.


    Miro el complejo de departamentos que se alza frente a mí, trago un poco, me parece intimidante y excesivamente alto. Suspiro antes de entrar, cuando lo hago veo a una chica que me sonríe, es la recepcionista.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarte?—Mis manos sudan un poco, me siento nervioso.

—Am, buscaba a una persona—él asiente esperando—. ¿Podría decirme el piso de Zayn Malik? Es que me ha citado pero se le ha olvidado decírmelo—miento impecablemente y ella asiente, sus ojos grises se me hacen algo hipnóticos.

—Piso quince, puerta ciento cincuenta y nueve—asiento.

—Gracias—agradezco y ella me devuelve la sonrisa de manera servicial. Tratando de juntar coraje y valentía camino hacia las escaleras.

—Oiga, el ascensor funciona—informa y me giro a verla, parece confundida.

—Lo sé, pero odio los ascensores—confieso antes de subir por las escaleras.

     Maldición, quince pisos, quince tediosos pisos. Más le vale a Zayn estar en casa porque o sino me quedaré hasta que venga. Ayer raramente faltó a clases lo que me extraño, hasta Sophia se sorprendió cuando le dije que no había venido, según ella él no es de no presentarse al instituto. Suspiro mientras subo, ya estoy en el piso seis. Solo nueve más.

    Me atajo por el barandal de las escaleras y suspiro agitado, mis ojos se cierran cada tanto debido al sueño. Anoche no pude dormir por pensar en él y en que sabía dónde vivía. Sinceramente no me creía tan valiente para venir hasta aquí pero si él no viene a mí yo iré por él. El edificio tiene grandes ventanales de vidrio polarizado lo que quiere decir que tengo una perfecta vista de Bradford y eso me asusta un poco, y no, no temo a las alturas, temo caerme. Niego con la cabeza, tengo que continuar, no entretenerme con el paisaje.

    Cuando finalmente llego al piso destinado suspiro del cansancio, por suerte hoy hace frío y no he sudado en exceso. Camino entre las puertas y cuando localizo la suya llamo a ella.

—Ya voy—una gruesa voz dice y sonrío al saber que es Zayn, cuando abre es aún mejor—. ¿Niall?—Se nota sorprendido y yo caigo rendido, mi cerebro se ralentiza y he olvidado a que he venido.

—He-Hey, qué coincidencia—miento y Zayn frunce el ceño.

—¿Coincidencia? ¿Qué haces aquí?—Su voz suena algo gruesa y afónica, entonces por la ropa que tiene puesta y su cara sonrojada creo que está enfermo, puede que por eso haya faltado.

Difícil de deducir |z.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora