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Amor (Del lat. amor, -ōris).
1. m. Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Yoongi creía que esa palabra, amor, era algo que su fría alma nunca comprendería o, mejor dicho, algo que nunca merecería.

Pero el destino siempre nos tiene sorpresas.

El intento de vida que llevaba era cada día más difícil de sostener. Rumbo a casa el siempre le rezaba a algún dios, si es que existía y elegía escucharlo, que sucediera algo para evitarlo, pero Min Yoongi nunca tuvo suerte en su vida. Siempre llegaba, siempre era lo mismo: no había nadie. Desde que el joven Min cumplió catorce años que vive solo por obligación, aunque no se queja. Siempre estuvo solo. Sus padres eran personas con mucho poder: su padre era gerente de una de las empresas más importantes de Asia; su madre, en cambio, era una hermosa actriz que abandonó su carrera para crear su propia compañía. Actualmente ambos viven en Japón por negocios según ellos, pero Yoongi sabe que no es así: ellos simplemente no soportan tener un hijo como el.

Yoongi siempre estuvo solo, incluso cuando vivía con sus padres.

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Él era el sol de Yoongi, pero no lo sabía.
Él siempre miraba al chico pálido en los recesos. Siempre tuvo curiosidad en esa pálida piel, ¿sería tan suave como se ve o áspera como el carácter del dueño? Solo dios y el jabón que usaba el rubio al ducharse lo sabían.

Park Jimin amaba al chico pálido, pero él ni siquiera sabía de su existencia.

O eso era lo que creía.

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Cierto día el rubio recae en su vicio y queda tirado sin fuerza en el piso. En el fondo de su cerebro espera lograr su objetivo. Pero el reloj dijo otra cosa. Lentamente va a tomar una ducha y elimina la evidencia que se pegó en su cuerpo, mas no hace nada por evitar que sus heridas se abran. Viste su aburrido uniforme, toma su bolso y sin haber desayunado se dirige a clases. Al salir de su edificio vio que el cielo tenía nubes negras. "Genial" pensó al darse cuenta y continuó su andar en vez de volver a buscar paraguas.

Park Jimin baja de su cuarto para comer algo antes de partir a clases. En la mesa, junto a su desayuno, encuentra una nota de su madre con la instrucción de salir abrigado y con un paraguas, ya que el chico del clima había dijo que ese día llovería. Bajo la nota había un paraguas negro y el joven sonrió. Tomó su desayuno y se fue. A pesar de las nubes lúgubres el iba feliz. Hoy lo vería luego del aburrido fin de semana. Nada podía arruinar su día... O eso pensaba.
Al llegar al salón notó que el chico rubio estaba en su escritorio con la mirada en la ventana a su derecha. Jimin se sentó en diagonal al rubio para poder observarlo mejor, sacó un cuaderno y lápiz para trazar un bosquejo del chico que le quitaba el sueño.

Yoongi sintió una mirada en su espalda, al voltear se encontró con los ojos marrones del chico pelirrojo que tanto añoraba. Mantuvieron contacto hasta que el último se ruborizó y volvió a centra su vista en el cuaderno. Sonrió. Nunca pensó que lograría poner nervioso a semejante dios griego que tenía como compañero y sintió algo por primera vez en su vida: esperanza.

Poco a poco el salón fue llenándose de gente, entre ellos los amigos de Park. Al notar como sus amigos se acercaban peligrosamente a su escritorio Jimin cerró su cuaderno ocultando el nuevo retrato que probablemente iría donde están los otros y saludó a todos. El joven Min simplemente desvió su atención al paisaje que se extendía por la ventana hasta que entró el profesor de matemáticas y comenzó su clase. Al transcurrir diez minutos de la clase Yoongi empezó a marearse, quizás por hambre, quizás por sus heridas. Necesitaba aire. Levantó su mano para pedir permiso para ir a los servicios y huyó cual rata por la puerta a toda velocidad, o eso creía hasta que se le nubló la vista.
Jimin, al ver como el muchacho salió a tropezones del salón, pidió acompañarlo, pero el profesor se negó a menos que el joven explicara el ejercicio que estaba haciendo en el pizarrón. Para su suerte no era difícil, sonrió con suficiencia cuando el hombre le felicito y dejó ir. Apenas cerró la puerta corrió hasta el servicio más cercano, pero no fue necesario entrar. Quedó paralizado al ver al chico que amaba inconsciente en el piso a metro del lugar donde se dirigía. Tomó al joven en brazos, se sorprendió al ver que era tan ligero como un saco con plumas y corrió como si se le fuera la vida en ello a la enfermería.
En la enfermería no había nadie y el maldijo. Tendió a Yoongi en la camilla y se percató de algo: el joven sangraba. No era algo poco, sino no se habría dado cuenta; era demasiado. Tanto que hasta su camisa tenía manchas. Se desesperó. Gritó por ayuda en el pasillo. Volvió a maldecir. Hasta que se le ocurrió llamar a una ambulancia.

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Min Yoongi. Dieciocho años. Diagnóstico: depresión severa. Observaciones: suicida reiterativo.

Park Jimin estaba conmocionado. Su querido rubio ya había pasado por esto no una, sino varias veces. La ficha clínica del joven detallaba todos sus incidentes y Jimin lloraba con cada anotación. Su pobre rubio, oh dios, cuanto había sufrido todo estos años.
Yoongi despertó desorientado, sentía algo cálido en su lado derecho. Park Jimin. Su corazón se saltó un latido. Al darse cuenta de donde estaba y de la cantidad de vendas que tenía repartidas por sus brazos lloró como un niño despertando a Jimin. Éste se irguió y estiró para abrazar al joven vendado para tranquilizarlo; Yoongi se aferró de la camisa manchada como si así pudiera pedir perdón por lo que había hecho.

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Días después, luego de ver a un montón de especialistas que ya conocía, Yoongi fue dado de alta y regresó a su departamento. Con Jimin a su lado.
A pesar de estar cerca del chico que amaba no estaba feliz. Jimin ahora sabía lo inestable que era, si antes tuvo esperanza ésta ya lo había abandonado.
Al llegar al departamento Jimin sintió un frío subir por su espalda, sus nervios estaban a flor de piel. Él quería aliviar el dolor del rubio, quería ser el brillo de sus apagados ojos. Simplemente no pudo seguir ocultandolo y, armandose de valor, besó a Yoongi quien, en shock, solo pudo quedarse estático sin reaccionar. Al separarse Jimin no sabía que decir ni hacer, el pálido chico en frente no correspondió su beso. Apenado y avergonzado pidió disculpas y se dispuso a volver a su casa. Yoongi solo logró reaccionar al sentir como se cerraba la puerta y, aunque por indicación médica no debía esforzarse demasiado, corrió. Divisó al pelirrojo en el ascensor mientras las puertas se cerraban. "Joder, esto debe ser un castigo". Se abalanzó escaleras abajo por los veintiún pisos que lo separaban de la entrada. Llegó justo cuando el chico cuya sonrisa hacia desaparecer sus ojos alcanzaba la puerta de entrada.
-¡PARK JIMIN!
El aludido quedó plantado en su sitio mientras unas lágrimas escapaban de sus ojos. Volteó para ver a ese chico frío y pálido que se había robado su corazón solo con respirar. Se acercó con la mirada clavada en el piso y sus mejillas sonrosadas. Antes de siquiera poder disculparse por lo que había hecho sintió una presión en sus labios. Solo cerró los ojos. Tomó al delgado joven entre sus brazos y lo llevó de nuevo al departamento donde siguieron besándose en el sillón. Jimin pudo apreciar que la piel de Yoongi era tan blanca y suave como la seda.
Ese día la vida de Min Yoongi dio un giro y se enredó con la de Park Jimin.

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Ese día habían decidido ir al parque. Ambos intentaban elevar una cometa. Al lograrlo ésta estuvo en suspendida en el cielo unos pocos segundos, ya que se cortó y cayó a unos metros de distancia. Yoongi intentó alcanzarla antes de que empezará a alejarse por la corriente de viento que soplaba con fuerza. Al tenerla entre sus pálidas manos se dobló el pie y cayó al pasto. Jimin no dudó en dejar sus pertenencias abandonadas y correr hasta él.
-Deberías dejar de correr tanto por mi.
-Por ti correría hasta el mismo infierno y volvería.
-Eres un cursi.
-Así me amas.
-Y nunca dejaré de hacerlo.

Min Yoongi. Veinticinco años. Arquitecto. Rehabilitado. Feliz.
Park Jimin. Veinticuatro años. Profesor. Prometido de Min Yoongi. Más que feliz.

Ambos chicos agradecían todos los días por estar juntos aunque el destino los unió de una forma inesperada.

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Hola ;^; ésta es la primera cosa que escribo en mi vida lsmspskos espero que les guste a las personas que la lean.
Cariños y gracias si llegaste hasta acá ❤

Giro {YoonMin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora