Cuatro.

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Después de unos días de espera, finalmente había llegado el día en el que ChanYeol y Krystal se encontrarían para conversar y cosas por el estilo.

Se encontrarían para hacer algo que cualquiera pensaría que se trataba de una cita, pero ambos negaban que se trataba de aquello.

Esos días habían sido un poco desesperantes para ChanYeol, ya que en su interior tenía ese sensación de emoción, pero a la vez nervios. Era como estar en una montaña rusa.

Pero en cambio con Krystal, sus días pasaron normales; como siempre.
De vez en cuando se ponía a pensar en él, pero realmente no le causaba una emoción específica o sobresaliente.

Krystal se encontraba frente a su armario, mirando con cara de confusión toda esa ropa. No sabía qué ponerse.

Esa situación era todo un cliché, y a ella no le gustaba para nada eso.
Miró prenda por prenda, pero nada.

No encontraba nada.

Se sentó rendida en su cama. No le agradaba para nada lo que contenía su armario, tal vez si tuviera ropa parecida a la de su hermana sería más fácil, tal vez simplemente hubiera tomado cualquier cosa si así fuera.

Miró su reloj, y notó que solamente faltaban quince minutos para que se encontrara con ChanYeol.

Tomó la primera cosa que vio, y salió corriendo de su habitación.
Se detuvo por unos segundos a pensar, tal vez sería bueno que se lo dijera a su hermana.

Se acercó hacia la habitación correspondiente de Jessica, ésta estaba pintada de un blanco limpio, la perilla era de un dorado brillante y solamente era eso. Era bastante diferente a la de Krystal.

Golpeó la puerta con una suavidad exagerada, para evitar asustar a su hermana, o cualquier otra cosa.

Espero a que abrieran y después de unos segundos, Jessica se asomaba por la puerta.

—¿Qué pasa?, ¿tienes algún problema? —preguntó Jessica con preocupación en su mirada.
—No, para nada. Solamente quería avisarte que saldré un momento.
—Eso es bueno. ¿Y con quién irás?
—Con un chico.
—Oh, entonces, ¿vas a una cita?
—¿Cita? No, solamente conversaremos y cosas así.
—Si tú lo dices...

Krystal se despidió de su hermana, e inmediatamente bajó rápidamente las escaleras, pero con el suficiente cuidado para no tropezar.

Cuando se encontraba lejos de su casa, miró su celular, donde se encontraba anotada la dirección del café.

Comenzó a correr, para tal vez así llegar un poco más rápido.

Cuando llegó tenía la respiración agitada, pero estuvo aliviada de que ChanYeol aún permaneciera en su lugar.

Él se encontraba mirando su celular y con la cabeza gacha.

Se sentó frente a él, e inmediatamente miró a Krystal, le sonrió y la saludó.

—Creí que ya no vendrías.
—Lo siento, se me hizo tarde —Krystal miró el lugar, realmente no era muy diferente a los demás, pero no le importó. Devolvió su vista a ChanYeol, y notó que ya había ordenado algo. Tenía una especie de capuchino y unas galletas frente a él.
—Oh... ¿Ya ordenaste?
—Sí, ¿lo quieres hacer tú? —ChanYeol levantó la mano, para atraer la atención de la mesera, ésta lo vio y se acercó a nosotros.
—¿Qué es lo que necesita? —la chica miraba sonriente a ChanYeol, él antes mencionado también lo hacía, Krystal por una vez más se sintió como algo que sobraba. Sintió que estaba estorbando ahí, pero realmente no lo podía demostrar.
—¿Qué pedirás?
—Un americano.
—Ya escuchó
—Ahora mismo se lo traigo —la chica le sonrió por última vez al acompañante de Krystal, y miró de reojo a Krystal con una cara de "odio".

Black Pearl | ChanYeol & KrystalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora