Capítulo 4

666 45 1
                                    

-¿Si? –Respondió Susan, sin apartar la mirada de los papeles que tenía en las manos.

-Marcus se encuentra aquí en Málaga, durmiendo en mi cama... -Soltó de sopetón.

-¿Perdona? –Preguntó incrédula.

-EH dicho, que...

-¡Se lo que has dicho! –La cortó con energía-. Pero que lagarta que llegas a ser... -Rió-, te ha encontrado y tú no has dudado en coger y llevártelo a la cama. ¿Para que llorabas tanto entonces? –Bromeó sin creerse lo que le decía su amiga.

--------------------------------------------------------------------------------

-¡No! –Protestó enfadada.

-¡UY! ¿Qué ha ocurrido?

-Eso quisiera yo saber. ¿Cómo me ha podido encontrar?

-¡Madre de dios! ¡Esta ahí!

-Sí, pero no me escuchas...

-A lo mejor son casualidades de la vida, que haya escogido marcharse y te lo has encontrado...

-Susan, se presentó en la casa de alquiler alegando que somos novios...

-¡Será cabrón! –Exclamó su amiga.

-Díselo a mi familia, que lo tienen puesto en lo alto de un pedestal.

-¿Qué quiere?

-Eso es lo mejor, solo quiere pasar aquí sus vacaciones dado que le estropeé las suyas...

-No tenías que haber hecho nada...

-¿Ahora es, tenía? –Le reprochó enfadada-. No recuerdo que hicieras mucho el intento de detenerme.

-Vale, lo se... –Resopló-. Estuvo aquí el otro día y habló con Thom. Pero no se como pudo averiguar la dirección... ¡Maldita sea, es peor que nosotras!

-¿Cómo?

-No se queja Thom, de que somos unas revoltosas... Pues jolines, ellos son peores que nosotras...

-Ya, pero eso no lo ven.

-¿Qué tienes pensado?

-Pues no lo se –Comentó un tanto desesperada-. Sabes una cosa, ahora entiendo a la pobre Sabrina cuando estábamos en Sicilia. Cuando la pobre tenía que dormir en el mismo dormitorio con Lucas... No sabes lo fuerte que llega a ser la tentación, y el ansia que tu cuerpo tiene de sentir su contacto. Tienes que estar deteniéndolo todo el rato con la mente fría. Y créeme, hay veces en que tu mente no colabora para nada. Sobre todo cuando ves a ese cuerpo salir de la piscina chorreando miles de gotas de agua, que cogen sensuales caminos por los que desaparecer...

-¡Para! –Río-. ¡Jesús me esta entrando calor hasta a mí! ¡Cambia el chip! Si sigues pensando así, estarás perdida en pocos días... De esa manera, por supuesto que vas averiguar todos los caminos posibles de las gotas de agua y él del tuyo... Tienes que ser fuerte como lo fue Sabrina. Llámala y habla con ella, pídele consejo...

-¿Consejo? Pero si ha acabado casándose con Lucas... -Señaló enfadada.

-Sí, pero a diferencia de ti, ella estaba enamorada. Te será más fácil, lo tuyo es puro deseo carnal. ¿Verdad? –Por unos segundos, en ningún lado de la línea telefónica se escuchó ruido alguno-. ¿Marta? –Preguntó con gran preocupación-. OH, dios mío... ¡Tú también!

-¡No! Escúchame bien, no creo que esté enamorada de él, es algo... -Comentó con rabia en la voz-. ¡Maldita sea, no se que es! ¡Pero te juro, que no es amor! –Sollozó llena de rabia-.

Saga Edificio XIV- Líos De Oficina- Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora