*Buscando a la verdadera tú*

6. Del noviazgo y los bebes

-¡¿Qué te dijo que?! - exclamó Pako tan fuerte, que varios alumnos voltearon a donde estaban.
- ¡Shhh! Tienes que tranquilizarte ¿Si? - dijo Charlie mientras intentaba taparle la boca a su amigo.
- Esta bien - se rindió Pako, mientras se calmaba a sí mismo.- pero cuéntamelo todo.

Charlie suspiró un momento y contó todo lo que había pasado el día anterior. Su amigo mantenía una mirada expectante, algo que no hacía más que inquietarlo, pensaba que se enojaría por robarle inconscientemente a Jazmín.
Cuando terminó, todos los ruidos del alrededor cesaron, indicando que algo estaba apunto de ocurrir.
- ¿Y qué le respondiste? - hablo finalmente Pako, con cierta curiosidad en su voz.
Charlie lo miro un momento creyendo que se había vuelto loco. ¿Cómo podía estar tan tranquilo, cuando él estaba todo alterado?
- ¡¿Que le conteste?! ¿Enserio? Jamás podría traicionar a mi mejor amigo y robarle a la única chica que le ha interesado en la vida, así que no le dije nada, supongo que tampoco tengo las agallas para rechazar a alguien.
- Charlie, no debes de preocuparte por mí, tú la conoces mejor, además, ella te ha elegido.- dijo Pako consolándolo.- Siento algo de envidia, si, pero prefiero mil veces ver tu felicidad que la mía, después de todo en eso consiste la amistad. Aunque no siento que realmente yo sea el problema.
-A que te refieres con eso?- contestó Charlie confundido.
- Debes de dejar ir a Eileen.
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Charlie se pasó toda la clase pensando en las directas palabras de su amigo. Era cierto aquello, necesitaba darse la oportunidad de vivir, necesitaba olvidar a aquella chica que tanto daño le había hecho, por esa misma razón le dio el "si" a la joven que tanto intentaba amarlo.

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Ya había pasado un mes desde que Charlie y Jazmín, habían empezado a salir.
Al principio las cosas no parecían haber cambiado mucho de cuando eran amigos, pero con el pasar de los días y con la insistencia de Jazmín las cosas empezaron a funcionar. Salían dos o tres veces a la semana a comer o algún parque, y en clases procuraban guardar su espacio, aunque en ocaciones decidían juntarse para los trabajos en equipo. Se podía decir que tal como lo habían prometido, estaban siendo realmente felices.
Charlie trataba de acostumbrarse cada vez más a la actitud tan relajada y positiva de Jazmín, pues se había jurado así mismo que intentaría probar suerte en el amor una vez más, ya era tiempo de seguí adelante, algo que poco a poco empezaba a dar resultado. Los dos eran una pareja en crecimiento.

En la escuela se acercaba la época de evaluaciones, y como todos los demás años, se pondría como examen a los alumnos: el "Bebé entrenador" una especie de muñeco que simulaba actuar como un bebé. Sin embargo a excepción de los otros exámenes, esta vez a falta de muñecos imperativos, se juntarían los grupos de segundo. Fue así que los profesores decidieron emparejar un chico y una chica de cada salón, para ahorrarse tiempo, algo que desalentó un poco a Jazmín, que quería pasar la actividad todo el fin de semana con Charlie.

- ¡Pasen a elegir un papel! - gritaba uno de los maestros a los alumnos de los salones B-3 y B-4.- ¡Los chicos de este lado y las chicas en la otra fila! ¡Vamos, dense prisa, tenemos que hacer las parejas!
-¿Qué número te toco a ti Jazmín?- preguntó Charlie, al encontrarse con su novia.
- Mmm...déjame ver...¡El cinco! -dijo victoriosa.- ¿Y a ti?
- Me tocó el nueve...- en las palabras de Charlie se podía escuchar cierta decepción.- supongo que esta vez estaremos separados...
- Bueno, ve el lado positivo. Podremos conocer más gente.
Charlie sonrió.
............
- ¡Jóvenes, ya están los grupos hechos, así que solo me queda desearles buen fin de semana!, recuerden que tienen que pasar al consejo estudiantil para que les den su bebé.-finalizó el maestro casi al mismo tiempo que se retiraba.

La pareja de Jazmín había sido un simpático chico rubio, por lo que Charlie no pudo evitar ponerse celoso, en cambio la chica que le había tocado: la alumna más popular del salón de al lado, que lucía un bonito cabello negro y ojos avellana, era desafortunadamente la misma chica que había acosado a Jazmín la primera semana. Si exactamente la misma de la que había salvado, su suerte no era definitivamente la mejor, aunque cualquier chico de su edad podía afirmar lo contrario. Ahora él estaba emparejado con la chica que tanto había intimidado a su novia, y no solo eso tendría que pasar todo el fin de semana con ella si quería pasar el semestre.
- Ve por el bebé, de mientras yo arreglaré el papeleo.- le dijo la chica a Charlie.
- O si, claro.

Esto iba a ser sin duda un loco fin de semana.