Capítulo 2

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Cuando todo estaba apunto de terminar aparecí en la cama, chillando como una loca.

– ¿Qué te pasa Ocean?- preguntó mi madre, entrando rápidamente en mí habitación- ¿Has tenido una pesadilla?

– Sí... O eso creo, pero era muy real, de verdad.– digo con la voz entrecortada, causada por aquella pesadilla.

- Bueno... Ya sabes que eso es tu mente creando paranoias, no te preocupes.– dijo dándome una sonrisa.– por cierto como te has vuelto a dormir no has podido desayunar así que te lo he dejado en la mesilla.– dijo dándome un beso en la mejilla.

Baje a desayunar y después de hablar con mi madre sobre cosas cotidianas decidí coger el móvil para mirar un poco las redes sociales.

Entré en Instagram y vi que Coral había subido una foto. Era una fotografía preciosa, para ser sincera mi amiga tenía las mejores fotos del mundo. Aparecía con un bikini negro muy bonito y de fondo tenía una playa muy bonita. Decidí comentarle "Que morena estás 🔥😉😍"

A la tarde decidí ir con mi madre al centro comercial, ya que como hacía poco había empezado el verano tenía que comprar ropa y bikinis.

– Mamá, ¿Qué te parece este vestido?– dije enseñando un vestido negro muy veraniego con motas blancas.

– Me encanta como te queda cariño, deberías cogértelo. Y mira estas otras cosas también– dijo dándome más ropa para probarme.– están de rebajas y seguro que te quedan de maravilla.

Al final me decidí por el vestido negro, una falda blanca, unas sandalias, unos tops y unos bikinis. Se podía decir que la compra había sido todo un éxito.

Más tarde decidimos ir al Burger King a cenar unas hamburguesas ya que se nos había hecho bastante tarde. Cuando llegamos a casa me fui a dormir ya que estaba bastante cansada.

A la mañana siguiente decidí ir a casa de Coral a contarle mi pesadilla, ya que a ella siempre le gustaba escucharme. Y cada vez que me pasaba algo así siempre tenía cosas que decirme.

En cuanto llegué me abrió la puerta y me saludó con un gran abrazo. Subimos a su habitación y empezé a contarle todo.

– Y... ¿qué ocurría en tu pesadilla?– pregunto con cierta curiosidad mi amiga. La verdad es que siempre ha sido muy cotilla. Siempre ha sido la primera en enterarse de todo.

– Pues que iba a tu casa a comer y que luego íbamos a la playa y que al entrar al agua algo me cogía de los pies y me estiraba hacia el fondo del mar... Sentí que me ahogaba.– le conté todo lo que me ocurrió en la pesadilla. Pero no le mencioné que en el sueño una tal Perla me había llamado, ya que no me pareció que tuviera mucha importancia– Coral, tengo miedo, estoy segura de que no solo era una pesadilla amiga, créeme te lo pido por favor. Era demasiado real como para que fuera solo una pesadilla. Esa sensación de falta de oxígeno en mis pulmones no era falso.– dije exaltada.

– A ver... no es que no confíe en ti, lo que pasa es que lo que has soñado no es normal, ¿un monstruo? seguramente sería un pez, y claro que ha sido un simple sueño si no no hubieras despertado en tu cama. Estarías muerta– dijo riéndose. Coral siempre había tenido un humor bastante negro.

– Tía, tampoco te rías de mí muerte. No se, de verdad, pero si no me quieres creer no pasa nada- digo triste, mi amiga, la que nunca me había fallado, estaba insinuando que no me creía. Aún que tampoco era muy raro, ya que ¿quién creería que los monstruos de mar existieran? Exacto, nadie. Era todo demasiado extraño.

– Tampoco te pongas así, pero pensaba que eras un poco más normal, ¿soñar que te cogía un monstruo? vale, lo puedo entender pero porque muchas veces soñamos cosas que no tienen sentido, pero ¿creer que lo que has soñado es cierto? Cualquier persona te diría que estas loca.- dice riéndose.

–Tienes razón, nadie me creería. Bueno creo que ya es un poco tarde así que mejor me voy...– dije levantandome de su cama. La verdad no era tan tarde, pero no tenía muchas ganas, todo lo que me había pasado me había dejado con un sentimiento un poco extraño.

– Ocean por favor no te vayas, todavía son las seis de la tarde.– me dijo poniendo pucheros.

– Lo siento, no es por ti, es que no estoy de humor, en cuanto llegué a casa te hablo, prometido.– dije dándole un beso.– adiós amiga.

En cuanto salí de su casa no tenía ganas de hacer nada, ni siquiera quería volver a mi propia casa, así que me fui al sitio en el que mas identificada me sentía...

{CONTINUARÁ...}

Los Ojos Del Arrecife #FFAwards2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora