Confusión

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***

DYLAN PDV 

Desde siempre papá me dijo que no controlo muy bien mis emociones, o mejor dicho, que no tomo muy buenas decisiones. Sé que me dejo llevar cuando no debería y a veces resulte ser impulsiva, lo que la mayoría de veces me meta en problemas a los cuales nadie me ha invitado.

Por suerte y voluntad del creador el resto de mi día no ha sido tan terrible. He estado acompañada de Emma, así que distraerme con las conversaciones que ella y yo teníamos me ha ayudado con el mal humor que cargaba en la mañana.

Ademas, ha sido gracioso ser el "ángel de la guarda" de Emma, como ella lo dijo. Básicamente he ayudado a mi rubia amiga con lo de su incidente y su inseguridad, ya que a cada momento me preguntaba por si se había manchado, y yo entraba ahí, como la buena amiga que soy, para decirle que no había nada en sus pantalones.

Ahora Emma y yo nos dirigimos al comedor, listas para la cena y para saludar a nuestros amigos, ya que casi ni los había podido ver luego de haberme ido con Emma.

Antes de estar cerca de nuestra mesa me doy cuenta que mis amigos y Lucía no se encuentran en donde deberían, en vez de ellos la mesa es ocupada por tres chicas. Dos de ellas miran en nuestra dirección y la otra esta de espaldas. A leguas se puede ver lo impecables y perfectas que lucen.

- Por acá- Emma toma mi brazo y me guía por otro lado.

Rápidamente llegamos a una mesa rectangular y con apariencia mas vieja que en la que nos sentábamos. No me había dando cuenta de ese detalle.  Las mesas del comedor son diferentes de una mitad y la otra. Al parecer antes eramos de los círculos nuevos.

- Bienvenidas al clan - Dice Alex con sarcasmo extra. Me extraña que hable. 

Emma hace una reverencia y toma asiento junto a Caleb, quien mantiene una conversación algo intensa con Lucía, a pesar de ello nadie parece extrañado.

Saludo en general y busco una silla desocupada. Cuando veo a Logan este me sonríe y arrastra una silla de otra mesa para mí.

- ¿Por donde andabas eh? - Pregunta cuando ya estoy a su lado, depositando un besito en mi cabeza. Tan él.

- Con Emma - Tomo la taza que está delante de Logan y le doy una probada, lo que hace poner cara de asco.

- Es café, niña lista- Suelta con una pequeña carcajada y me quita la taza. Le da un sorbo mientras intento quitar ese sabor desagradable. Nunca me ha gustado el café - ¿Como está tu brazo? - Cuestiona, sorprendiéndome.

 ¿Recién recuerda mi brazo? ¿Aquí? ¿Ahora? Lo que menos quiero es que mis amigos sepan lo de mi herida. No quiero hablar de eso ni con Logan, por no decirme que pasó con el tipo.

- Está bien -Contesto sin más, y para evitar que siga hablando tomo un trozo de pan con mantequilla y se la meto en la boca como puedo. Le doy una mirada de advertencia, o eso es lo que espero que entienda.

- Voy por algo de comer - Agrego antes de levantarme e ir a la barra de comida. 

Tomo mi bandeja no pierdo tiempo y tomo lo mas ligero que encuentro. Como que eso de comer demasiado en la noche no me sienta tan bien.

Con la elección lista, me dirijo a la mesa de mis amigos, pero antes de siquiera poder recordarlo, me encuentro frente a la mesa redonda en la que no había dejado a la gente cool.

Hago el amague de girar para redirigirme a donde debería, pero una voz me detiene y me mantengo en donde estoy.

- ¿Si? - Pregunto al no haber entendido, y ahora sí veo a las personas en la mesa.

Una pelinegra, una con el cabello celeste y una rubia, o mejor dicho la rubia. Todas tan hermosas que pareciera que están a punto de ir a una gala.

- Hola - Saluda la pelinegra con una sonrisa, a lo que sólo me le quedo viendo, confundida. Susurro un 'Hola' en respuesta. No debería extrañarme que la gente me hable, después de todo, se supone que eso es lo que hacen los adolescentes , pero no puedo evitar alzar ambas cejas.

- ¿A donde ibas? - Otra voz toma la palabra. Veo hacia la rubia de la tarde, quien tiene esa sonrisa perfecta que me dio en la mañana, en el incidente. En mi cabeza sólo puede estar esa pregunta del porque.

- Con mis amigos - Digo esta vez un poco más firme. Me intimida un poco su presencia, no lo niego. Me incomoda el hecho de que me miren tan atentas, no muestran gestos raros, solo sonrisas amables, lo que me resulta aun más sospechoso. 

- ¿No quieres sentarte aquí? - Vuelve la voz de la rubia, sonando tan segura y encantadora - Con tus nuevas amigas - Y eso es lo ultimo que dejo que diga. Esto es demasiado extraño para mí. No me desagradan, simplemente me incomoda. 

Como puedo, y de forma casi mecánica me despido como puedo de aquellas chicas, negando la invitación y alejándome a paso rápido. 

Llego a donde debí haber llegado en un primer momento y me dejo caer de forma brusca, haciendo doler mi trasero y espalda. Pero no importa, llegue a un lugar seguro.

El sonido de mi caída llama la atención de mis amigos, quienes me ven confundidos, pero nadie dice nada, cosa extraña.

Evito pensar en la rara situación de hace unos minutos y como puedo logro introducirme en la conversación de Logan con Emma, quienes discuten sobre la paz mundial. Ya saben, cosas de adolescentes normales.


TYLER PDV

Lo he intentado, no llegué a decirle las palabras mágicas. Simplemente la sonrisa y el abrazo que me dio aquella vez me cerraron la boca y deje que hiciera de mí lo mismo de siempre, jugar.

Me siento un cobarde, porque quiero estar lejos de ella, quiero que se aleje todo lo que es posible, pero no me atrevo a ser yo el que le diga que se vaya.

Sé que las oportunidades que tuve han sido varias, pero el valor que me hace poder hablar con las chicas o poder sentirme el rey del mundo, desaparecen cuando estoy con Ashley, simplemente ha sido algo que no he podido controlar. 

Siempre aparece la loca idea de que tal vez es porque el amor que sentí por ella un esta ahi, impidiendo que mi voz salga, pero no, simplemente no siento nada al verla sonreír o verla riendo. Nada hay en mi estomago, nada hay en mi corazón y nada hay hacia Ashley. 

Pero...

 Siempre está esa monstruosa palabra que no hace nada más que complicarme la vida, ya que ni yo mismo sé que es lo que sigue.

Bueno, después de todo creo que sí soy un cobarde que no sabe ni a que teme, si a que me tiren mierda después del rompimiento con la arpía de mi exnovia o a darse cuenta de que tal vez , sólo tal vez, aun siente algo por esa arpía.





Ella es míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora