CAPÍTULO 15: "¿No puedes vivir ni un día sin mi...?"

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POV SCARLETT.

Me desperté media hora antes que Jeremy, que está roncando y babeando en el colchón del piso. Tardé unos minutos en desperezarme y levantarme de la cama, pero cuando al fin lo hice me fui directamente al baño a darme una ducha. Ya que el dolor de cabeza y el olor a cigarrillo y alcohol, se impregnaron de mi. 

Por suerte, son las siete. Así que tengo veinte minutos para desayunar y demás. Cuando terminé de bañarme, me sequé y me vestí con un short de jean, una blusa blanca algo corta, ya que deja a la vita una pequeña parte de mi estómago. Como costumbre, en mis pies puse unos tacones blancos. Me maquille solo un poco, para tapar las ojeras debajo de mis ojos, un poco de brillo labial y rímel, y ya estaba.

Antes de salir de mi habitación, moví un poco a Jeremy para que se levantara, y cuando vi que empezaba a abrir los ojos me fui.

Estaba sirviendo los panqueques en los platos y el café en las tazas, cuando sentí que Jeremy me abrazaba por la cintura y apoyaba su pera en mi hombro. No dejé de hacer lo que estaba haciendo, aunque si estaba incómoda por el hecho de que el esté así conmigo. No dije nada, pero me escabullí de sus brazos al mismo tiempo que decía que iba a buscar jugo en la heladera.

Por alguna razón, no me gustó el hecho de que Jeremy se pusiera así de cariñoso conmigo. Si, ayer nos besamos. Si, lo dejé dormir en mi casa. Si, estoy cocinándole el desayuno. ¿Y qué? Eso no dice nada de nosotros. A decir verdad, ni siquiera existe un "nosotros", y no quiero que el piense lo contrario. 

Lo de ayer, no fue nada para mi. Un beso no significa nada. Desde mi punto de vista, claro. De alguna manera creo que fue un tipo de agradecimiento por haberme traído hasta aquí y ser considerado conmigo.

Me acerqué a Jeremy y me senté a su lado en los taburetes de la mesada de mármol de la cocina, que conectaba con la sala.

---Y cocinas. ¿Te dije que eres perfecta? -- dice de la nada con un panqueque a punto de ir a su boca. Simplemente sonrío.

---Lo sé. -- digo encogiéndome de hombros.-- Soy algo así como..."Multiusos" 

Soltó una carcajada y masticó toda la comida que estaba dentro de su boca antes de decir:

---Hay muchas cosas para las que quiero usarte.

Enarqué una ceja y negué con la cabeza antes de darle un zape riendo. 

Vi la hora en mi celular y me levanté rápidamente tomando a Jeremy de camiseta. Justo antes de llegar a la puerta, varios golpes interrumpieron mi paso. Fruncí el ceño y me acerqué a ver quien era por el visor de la puerta. 

Me quedé helada ante la imagen: miles de personas con cámaras fotográficas, cámaras de vídeo y micrófonos estaban paradas justo en frente de mi apartamento. Maldije en mi interior a mi madre por ser famosa y tener que hacerme pasar por este tipo de cosas.

Busqué rápidamente una salida en mi cerebro. Algo que hiciera que los reporteros se fueran para poder salir tranquila. Pero mi cerebro estaba seco. Así que simplemente me aferré a la alternativa de tener que salir por la puerta y enfrentarlos.

---¿Qué ocurre? -- preguntó Jeremy. Por un momento me había olvidado de que el estaba aquí conmigo.

---Hay reporteros afuera. -- solté de mala manera, pasándome una mano por el cabello. El elevó las cejas al cielo, sorprendido. Lo inspeccioné por unos segundos.-- Tu tápate el rostro con tu gorra.-- le dije. -- Tómame la mano y camina directo al ascensor. No hables, no mires hacia arriba, no desesperes. No nada. ¿Entiendes? -- el asintió.

Lo tomé de la mano y tapé mi rostro con mi cabello, enviándolo hacia adelante. Saqué el seguro de la puerta y la abrí de golpe. Las voces de las personas no se hicieron esperar, tampoco se hicieron esperar los flashes de las cámaras o el hecho de que todos se empujaban entre todos para llegar a nosotros. Apreté con más fuerza la mano de Jeremy y cerré la puerta de mi apartamento. 

El nieto de la Sra. Robertson ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora