Me salvaste la vida (Justin Bieber y tú)

Narra ____

Suspiro. Me dejo caer en mi cama. Cierro los ojos y no puedo evitar pensar en el pu.to número que marcó esa pequeña pantalla.Es demasiado para mi edad. Demasiados kilos. Pero soy consciente de que eso no es lo más importante, que sólo es el exterior. 'Mi cuerpo es el que tengo y listo' me limito a pensar.

He estado corriendo 2 horas en es maldita cinta de correr. Es la primera vez que hago esto, necesitaba soltar mi rabia de alguna manera; no es normal que mi madre me dé un puñeta.zo solo por decirle que voy a salir esta noche. Debe de dejar de controlarme tanto, o tan sólo de pegarme. Aunque estoy empezando a acostumbrarme, no es la primera vez desde que mi padre, quien en paz descanse, falleció. Yo aprendí que ya no está y que no puedo recuperarle, suerte que ella no ha tenido.

- ¡___! -grita desde la cocina. Me levanto rápido de la cama, mareándome.

-¿Qué?

-¿Vas a irte esta noche?

-Sí.

-Bien, pues aquí no vuelvas. -me quedé perpleja viendo como, cruzada de brazos me miraba. Tenía ojeras, había pasado otra noche sin dormir...

-Vale, ya volveré. -Iba a dar media vuelta, cuando sentí como su mano alcanzó mi cara. Otra vez. Otra bofetada. - ¿Qué haces, mamá? - Le miré y me arrepentí de haberla llamado de esa manera. Ella ya no era mi madre. Había cambiado, y mucho.

-No iba a permitir que te fueras a venderte como lo puta que eres sin que te acuerdes de mí. Pobre tu padre... Estará viendo como su hijita se convierte en un verdadero asco.

-¿Qué? Vete a la mierda, estas loca. ¡Loca!

Salí de la cocina y me dirigí de nuevo a mi cuarto para cambiarme de ropa y preparar la ropa para la fiesta. Bueno, más bien... botellón. Era la primera vez que iba a una de estas cosas, pero al menos no iba sola, voy con Claudia, una chiquilla que conoci hace dos años, al mudarme a Madrid. Le hice una llamada rápida para explicarle lo que pasó y, aunque suene de aprovechada, quedarme a dormir en su casa. Al final, salió perfecto; sus padres estaban de viaje en Asturias y nos quedaríamos solas con su hermano, de 24 años.

Cuando lo tenía todo preparado, salí de mi casa dando un portazo. Iba con los auriculares, escuchando "Neon lights" de Demi Lovato.

Me topé con mi vecino, nunca antes hablámos, pero al vernos, solía sonreirme. Lo que me hacía sentir mucho mejor después de una pelea con mi madre.

Él era un chico extraño, o misterioso, más bien. Siempre iba con prisas a todos lados. Y esta vez, no sería menos. Bajó las escaleras, más rápido que yo, y a decir verdad, un poco más y me caigo al suelo.

-¡Quita, jo.der! -dijo acelerado.

-Eh. -se volteó y levantó las cejas.- Has estdo a punto de caerme.

-Ya, ¿y?

-¿Te da igual?

-¿Quieres que te diga la verdad? -digo acercándose un poco.

-Déjalo. -seguí bajando y llegué hasta él, pasé por su lado, y interpuso su pie en mi camino, esta vez si que me tropecé, pero él me cogió.-

-Ahí tienes tu respuesta. -No sabía que decir. Ni siquiera qué hacer. Sus brazos, bastante fuertes, seguían abrazándome y podía sentir su corazón acelerado cerca de mí. Dios, no. 'No pienses así. Estás hecha toda una cursi.'

-¿Me sueltas? Tengo cosas mejores que hacer.

-¿Qué tienes que hacer? -Este chio me sacaba de mis casillas. ¿Desde cuando le interesa lo que hago o dejo de hacer?

-Algo. Ahora suéltame.

Me solté de sus brazos como pude y seguí mi camino a casa de Claudia.

Maldi.to seas. Aquel chico de ojos miel era bipolar, estaba completamente segura. Primero me saluda, luego casi hace que caiga y después me abraza y se interesa por mí. Bah, no. Seguro no se habría interesado por mí, sólo fue una pregunta. El caso es que el chico de cabello claro no tiene que perder. Al menos, la cara bonita la tiene. Ahora, faltaba conocerle, a fondo.