Narra Kam
Caminando hacia la clase, me topé con el "Sr. Sensual"... Sí, ya apodé a Jaden.
- Hola, Kami. - me saludó, aunque todo ser vivo se derretiría ante sus palabras, yo debía mantenerme firme por el amo Oliver. Entonces, hice lo que toda persona cuerda haría: me tapé los oídos y comencé a cantar una canción.
- La, la, la, la, la, la, la, la... No te escucho, soy de palo, tengo orejas de pescado... La, la, la, la, la, la... - comencé a gritar, todo con tal de no caer rendido a sus pies. Y como fresa del pastel, cerré los ojos para no tener que ver su lindo rostro.
Mientras caminaba, hubo un momento en el que sentí que mis pies dejaron de tocar el suelo... Fue luego de un par de segundos que caí en la cuenta de que estaba en los brazos del chico nuevo...
- ¿¡Qué estás haciendo!? - pregunté exasperado, zafándome de su agarre.
- Lamento haberte salvado de chocar contra el piso, pequeño. - dijo sarcasticanente. Yo no comprendía lo que intentaba a decirme - ¡Te tropezaste y te sostuve antes de que tu precioso rostro se hiciera papilla! - gritó.
- Oh... Entonces... ¡Gracias por salvarme, Jaden! - agradecí con una enorme sonrisa en mi rostro.
- Kam... ¿eres bipolar? - me preguntó serio.
- ¿Qué es eso? - pregunté, ya que no sabía qué significaba aquella palabra.
- Alguien bipolar es una persona que cambia de ánimo muy rápido. - me explicó el pelinegro.
- Ah, entonces, supongo que sí... Al menos el amo Oliver suele decirme que cambio de ánimos rápidamente. - dije. Aunque todo eso era reflexión interna, y él no debía escucharlo, pero obviamente lo hizo.
- ¿"Amo Oliver"? - preguntó confundido.
Finjí reír, algo nervioso.
- ¿Qué? ¿Amo Oliver? Estás delirando... Yo dije... ¡Oh por Dios, mira al sexy profesor de gimnasia sin camisa! - cuando miró hacia donde apuntaba, salí corriendo lo mas rápido que pude, hasta llegar a la calle.Narra Oliver
Me sorprendió encontrar a Kam en casa al volver del trabajo. Normalmente llega como a las 6, porque sale con su amiga a hacer quién sabe qué cosas.
- Hola, pequeño. ¿Cómo estuvo tu día? - le pregunté, mientras dejaba las bolsas del supermercado sobre la mesada.
- Bien... Supongo. - respondió decaído.
- ¿Qué sucedió? ¿Alguien te molestó? Porque si es así, ese mocoso no tiene idea de con quién se ha metido... - bromeé, ya que todo el mundo sabe que no soy capaz ni de matar a una mosca. Kam rió levemente, lo cual me alegró.
- No va a ser necesario, Hulk. - bromeó.
- Ah, ¿Qué? ¿Ya no me llamas "amo"? Me gustaba sentirme tu dueño... - hice puchero. Él abrió los ojos cual platos, e hizo rápidamente una reverencia.
- L-Lo siento, amo Oliver. No debí haber... - lo interrumpí.
- Silencio. Me cansé de oír tus disculpas. De ahora en adelante me llamarás "amo Oliver", pero cada vez que hagas algo que creas no ser correcto no digas "lo siento, amo Oliver. No era mi intención". Eso me vuelve loco. Para ser sincero... Me vuelve muy loco. - dije acercándome a mi pequeño seme... Eso suena extraño.
Lo besé de manera desesperada, y él correspondió al instante. Nuestras lenguas danzaban en una guerra que se desató en nuestras bocas, y entre beso y beso, Kam soltaba uno que otro gemido.
- ¿Quieres ir a la cama? - pregunté en su oído, sensualmente.
- ¿Después de todo este tiempo, aún me lo preguntas? - respondió, fingiendo estar indignado. Me limité a sonreír mientras lo besaba y lo alzaba para llevarlo al cuarto.
- Esta vez quiero ser el de arriba. - dije.
- Adelante. - accedió.
Comencé quitándole la camiseta, para poder besar su cuello, dejando todo un camino de chupones por su abdomen. Kam no hacía mas que gemir de placer.
Jugué con sus pezones. Lamía y mordisqueaba el derecho, mientras pellizcaba el otro. Así hice con ambos, y comencé a bajar.
Al llegar a su pantalón, lo miré a los ojos antes de quitárselos. Él asintió, entonces continué. Bajé sus pantalones junto con sus boxers, dejando a la vista un miembro erecto, y una cola escurridiza.
- Había olvidado que la tenías. - susurré, hablando de la cola de gato. Kam rió.
Primero tomé su hombría, y la metí en mi boca. Increíblemente casi me ahogo por la longitud de ésta.
Luego de estar lamiendo su gran miembro, opté por prepararlo para mi entrada, ya que en ese aspecto, Kam era virgen.
Metí un dedo en su entrada, y Kam pegó un gran grito, me pregunto si los vecinos estarán escuchando...
Cuando comencé a mover el dedo, metí un segundo, y luego un tercero.
Lo dilaté todo lo que pude, y de un rápido movimiento, ya estaba dentro. Kam gemía, más bien gritaba, como nunca antes lo había escuchado. Pero pronto esos gritos se convirtieron en gemidos de puro placer.
El cuarto estaba repleto de nuestros gemidos, y nuestros cuerpos se encontraban bañados en sudor.
Con cada embestida me sentía cada vez mas cerca del clímax, hasta que llegó el momento, y me corrí dentro de Kam. Él hizo lo mismo en nuestros pechos.
Me salí de él, y me recosté a su lado. Él se apoyó en mi pecho y se quedó dormido, susurrando un "te amo, Oliver".
Yo hice lo mismo luego de estar observándolo por un largo rato. Sus orejas tan suaves, su rostro tan delicado, su cuerpo tan pequeño...(...)
Desperté al oír el timbre. Me levanté a regañadientes, y me vestí con unos boxers y una playera.
Fui hacia la puerta principal, y me sorprendí al ver a un muchacho de cabellos negros frente a ésta.
- ¿Qué quieres? - pregunté aún medio dormido.
- Yo... Yo... ¿Es aquí donde vive Kam? - preguntó el niño finalmente.
- ¿Kam qué? - jugué con él, ya que mi pequeño Kam no tiene apellido.
- Yo... No lo sé. Pe-pero somos compañeros de clase. - dijo el pelinegro.
- Ajá... Un segundo. - dije, mientras lo observada de arriba a abajo... Era realmente guapo... ¡¿Le gustará a Kam?!
Con ese pensamiento, me dirigí al cuarto, donde se encontraba Kam durmiendo desnudo.
- Kam... Pequeño suke... Hay alguien que te busca en la puerta. - susurré en su suave oreja, haciendo que esta tuviera un pequeño espasmo digno de un gato.
- Hm... Ya voy... - balbuceó. Asintiendo, me encaminé de nuevo hacia el chico de chaqueta de cuero.
- Ahora viene. - le dije. ¿Será descortés dejarlo esperar en la puerta?... ¿Qué importa? Ahí lo dejé, y me fui a la cocina para preparar el desayuno.A los pocos minutos, Kam sale de la habitación hecho un zombie, y caminando como si tuviera algo entre las piernas... Tal vez fui algo duro con el pequeño...
- Oh, ¡Hola, Kam! - saludó el muchacho entrando al departamento.
- ¡Tú te quedas afuera! - le grité, y automáticamente se posicionó al otro lado de la puerta.
- Ho-hola, Jaden. - tartamudeó Kam.
- Qué alivio que estés bien. Estaba preocupado, ya que ayer te fuiste antes de clases y hoy te has ausentado todo el día. Creí que, tal vez, te había sucedido algo... - dijo "Jaden" a mil por hora. Puede que haya visto mal, pero noté un color rojizo en las mejillas del pequeño.
- ¿Por qué no habría de estar bien si está conmigo? - pregunté desafiante.
- Yo... No sabía que estaba con usted, señor. - se excusó. Yo simplemente asentí con desagrado.
- Gracias por preocuparte, pero... No creo que sea bueno que sigamos viéndonos. - oí decir a Kam. Sinceramente, no tenía ni idea de qué estaban hablando, pero la curiosidad me carcomía...
- ¿Por qué no, Kami? - preguntó Jaden confundido, o al menos así se veía desde la cocina.
- Porque... Porque... - Kam estaba trabado - No me gusta que me llamen "Kami". - dijo finalmente.
- Oh... Entonces, ¿quieres que te diga "Kam"? - el pequeño asintió.
- ¡Hey, Kami! ¿Qué quieres de desayuno, pequeño? - grité desde mi posición, sólo para fastidiar al chico.
- Yo... Eh... ¡Lo que le guste, amo Oliver! - respondió.
- ¿Quién es él? - oí preguntar a Jaden.
- Él es... Es... Mi... Hermano. - terminó contestando el niño.
- ¿Tu hermano mayor? - preguntó el otro.
- Sí... Se llama Oliver. - dijo Kam. Estaba rojo de ira. No podía creer que mi pequeño no le dijera la verdad a ese muchacho... ¿Será que le gusta?
- Bueno, Kam... Se hace tarde, y debo irme. Adiós. - se despidió Jaden, y el otro respondió.
En cuanto escucho la puerta cerrarse, voy con paso pesado hasta donde se encontraba el pequeño.
- Conque ahora soy tu "hermano mayor", ¿eh? - escupí furioso.
- No... Usted es mi... Mi... - comenzó a decir él.
- Soy tu novio Kam. - dije, marcando la palabra novio.
- L-lo sé. - tartamudeó.
- Pues, ¿entonces por qué no le dices la verdad a tu "amiguito"? - las palabras salían de mi boca sin previo aviso. La ira se había apoderado de mi autocontrol.
- Porque...
- ¿Sientes algo por ese tal "Jaden"? - pregunté con desdén.
- ¿¡QUÉ PASA SI SIENTO ALGO POR ÉL!? - gritó Kam, tenía los puños cerrados con fuerza y la cara roja.
Dejé de hablar. En ese momento sentía tantas emociones... Enojo, furia, ira, tristeza, pero la mas fuerte: decepción.
Cerré los ojos, y elevé una mano hacia la puerta.
- Si realmente sientes algo por él, hazme el favor de cruzar esa puerta y no regresar. Pero si te haz dado cuenta de tu error, y decides quedarte, olvidaremos todo esto y seguiremos con nuestra vida de todos los días. - dije. No era capaz ni de mirarlo, pero podía imaginar su carita de tristeza.
- Amo Oliver... Usted me prometió que no me echaría... - susurró.
- No te estoy echando, te estoy dando dos opciones... Escoge la que más te guste. - dije, aún sin abrir los ojos.
- En ese caso... - lo oí sorber su nariz - Adiós, amo Oliver... Realmente lo amo, pero usted no se merece a alguien que no lo aprecie al 100%. - dijo el pequeño. Sentí una lágrima caer por mi mejilla, pero no me atreví a abrir los ojos mientras oía sus pasos alejarse por el pasillo. Mi corazón estaba partido en dos...
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Mi mascota (yaoi/gay)©
RomanceEncontrar un gato en la calle y adoptarlo, nada raro. La cosa se pone extraña cuando descubres que tu supuesto "gato", es un "chico-gato". Y resulta aún peor cuando caes en la cuenta de que estás enamorado de tu mascota. *** ADVERTENCIAS: - Esta e...