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Me enamore de ella desde lo más profundo de mi ser, sin darme cuenta que tal vez estaba entregando todo sin recibir nada a cambio. Pero mi corazón la quería, no, la amaba.

Pero nuestro amor no era lo que aparecía en la definición del diccionario.

Creía que conocía su corazón, pero con cada día que pasaba la tonta ilusión de que ella no quería hacerme daño, se desvanecía, como el amor que ella fingía por mi.

"Sus ojos y palabras son tan frías,oh, pero ella quema como el ron en el fuego"

¿Que paso? ¿De donde vino todo esto?¿En que nos convertimos?

Antes esto no sucedía, pero ahora era parte de nuestra rutina. Como si necesitáramos hacer esto cada vez que nos veíamos, aparecías frente a mi solías decir "No quiero pelear" pero era justamente lo que hacíamos.

Yo era tu pequeña torre de cartas, tan frágil e inestable, disfrutabas lazar tus frías palabras al aire,eran como dagas en mi corazón.

Recargabas la culpa en mi sobre tus errores, tus trazos mal hechos eran culpa mía según tu.

Y trate de entenderlo, realmente lo intente una y otra vez, hasta que finalmente me convenciste, yo era el culpable de todo.

Girabas tu cara, como si en verdad estuvieses harta de todo, como si me odiaras, ¿En verdad lo hacías?

¿Realmente era mi culpa?



"Oh, mamá no te quejes de mi"

Recuerdo cuando mi madre solía decirme que no eras la chica indicada para mi, quizás si la hubiera escuchado no estaría sintiéndome de esta forma.

En estos momentos solo quería que ella me abrace entre sus brazos, como cuando era niño y lloraba por lastimaduras pequeñas, no por una tan grande como ahora.

Sentirme cálido y querido por ella,explicarles mis problemas, tal vez eso empeoraría la cosas y el resultado sería que te odie un poco más que antes.

Sentía lastima por mi mismo, estaba solo, porque al conocerte renuncie a todo por ti.

No servía de nada estar de rodillas frente a ti, porque nunca tomarías en cuenta todos los sacrificios que hice para llegar a tenerte.



"La forma que ella me dice que soy de ella, y ella es mía. La mano abierta o el puño cerrado esta bien"

Discutimos y dejabas marcas en mi piel,pero eso estaba bien, yo podía entenderlo.

Las marcas de tus dedos sobre mi mejilla, podía sentir el cosquilleo todavía, y en mi mente tu cara que reflejaba la lastima que me tenías

Eras cruel, pero me hacia recordar que era tuyo, no importaban las marcas de diferentes colores sobre mi cuerpo, si tu mano abierta se estampaba fugazmente en mis mejillas o si era a mano cerrada justo en mis ojos, que supuestamente tanto te gustaban su color.

Porque esto no sucedía mucho, era como el vino de cereza que pocas veces usábamos en una cena romántica.









Cherry Wine |Hes|One ShootDonde viven las historias. Descúbrelo ahora