Mi respiración está entrecortada, solo llevo veinte minutos corriendo y ya noto que el cansancio inunda mi cuerpo. No estoy acostumbrada a hacer deporte, pero me tengo que poner en forma.
Paro y comienzo a andar con un ritmo fuerte. Andar por estas playas de Cádiz es lo mejor. Puedes respirar la húmeda brisa marina del océano Atlántico a la par que visualizas el amanecer. Ahora mismo apenas hay gente por las calles, y mucho menos en la playa, son las siete de la mañana de un sábado y todo el mundo está con resaca del festival de ayer. Yo no pude ir porque estoy con los exámenes finales de mayo y quiero estar bien preparada para la selectividad.
Voy bajando el ritmo poco a poco y finalmente paro. En el horizonte se pueden ver varias motos acuáticas.
- ¡Aaaaaa!- grito mientras caigo lentamente al suelo.
Alguien o algo me ha golpeado mientras estaba ensimismada mirando la nada.No sé cuanto tiempo ha pasado, pero estoy muy cansada y noto mi cuerpo muy frío. El sudor que antes cubría mi piel ha debido de secarse y mi temperatura ha bajado. Por fin abro los ojos, la luz es muy fuerte y me ciega la vista. No estoy en el mismo sitio de antes, ahora no me encuentro tan a la orilla, estoy en la parte de la arena, por lo caliente que se encuentra esta deben de haber pasado unas tres horas. Veo como un chico de pelo castaño y ojos verdes se acerca con una botella de agua. Pero no me muevo, no hago nada.
-Toma, bebe un poco, te vendrá bien- indica el chico.
Cojo la botella y la acerco a mis labios. Estos se encuentran secos y me agrada el frío del liquido que los humedece y momentos mas tarde corre por mi garganta.
-Gracias- le digo mientras le devuelvo la botella y le indico con los ojos que la coja.
Dudo si preguntarle sobre qué ha pasado, pero finalmente, tras varios minutos en silencio decido hablarle.
-¿Qué ha ocurrido?
-¿No te acuerdas?- Me responde extrañado.
Puedo notar el nerviosismo en su cara y me hace pensar que tal vez él me haya hecho algo.
-Tan sólo recuerdo que alguien me golpeó- Explico.
-Fui yo.- Admite- Estaba corriendo y no te ví. Cuando fui a parar ya era tarde porque te habías caído. Creo que te desmayaste en el momento que te rocé. A demás estabas muy pálida.
-¿Cuánto tiempo ha pasado?
- Cuatro horas, son las once.
- ¿Y no has llamado al médico?- pregunto curiosa.
-No. No es la primera vez que veo a alguien desmayarse así. ¿Estabas haciendo deporte, verdad?
Me incorporo y veo que tiene los dos brazos tatuados, su aspecto no me gusta. Jamás me juntaría con alguien así , aunque tengo que decir que es muy guapo, y parece amable.
- Sí... Estoy empezando a entrenar.- Admito
-Si estás empezando no deberías salir sola. Puede volverte a pasar algo así y es peligroso.
Tirito una y otra vez, cada momento que pasa tengo más frío. Me estoy arrepintiendo de llevar solo una camiseta de sisa y unos pantalones cortos.
-Toma, póntela- dice mientras sujeta una sudadera gris.
-No hace falta. Me debería de ir.- le respondo.
-Deberías esperar un poco a recuperar fuerzas. Toma póntela- insiste- Voy a por algo de comer, no te muevas.
Acabo poniéndomela, es muy calentita y hace que me sienta bien. Veo como se aleja e intento levantarme pero apenas tengo fuerza.Diez minutos después vuelve con una mochila negra.
De ella saca otra sudadera, la cual se pone. También saca dos bocadillos y dos Coca Colas.
-Toma- Indica acercándome una Coca Cola y uno de los bocadillos.
No sé si debería cogerlos. No lo conozco de nada y mi subconsciente me hace desconfiar.
-No tengo ganas, gracias - digo rechazando así su ofrecimiento.
-Tú te lo pierdes- responde sonriendo y giñándome un ojo.
Me hace sonreír.
-Todavía no me has dicho tu nombre.- Comenta tras beber un sorbo de la lata de Coca Cola.
-Me llamo Elena, ¿y tú?
-Yo soy Oscar.- Indica- ¿Eres de aquí? Nunca te he visto.
-Sí, bueno, nací en Madrid pero vivo aquí desde que tengo uso de razón. Puede que si nos hayamos cruzado.
-Yo creo que me acordaría de tí.- Dice sonriendo.
No sé el por qué pero hace que me ruborice. Toma mi rubor por respuesta y continúa hablando y contándome cosas a las cuales no presto atención porque estoy perdida mirándole a sus enormes ojos.
-¿Estás mejor?- Pregunta sacándome de mis pensamientos.
- Sí, gracias por todo, debería irme. -Digo contradiciendo así a mis pensamientos.
Nos incorporamos, me quito su sudadera y se la devuelvo.
-Ya nos veremos.
-Eeh... Claro. -Respondo con un falsa sonrisa.
Y no sé por qué pero a medida que nos alejamos me siento más apenada.