-Hoy me he mirado en el espejo y he visto a alguien nuevo. Era alguien que no se enterraba en sus dudas y que se dejaba nacer cada mañana cuando el sol le abría las pestañas de par en par. Alguien con tanta fuerza en la mirada que era capaz de soportar en sus pupilas el reflejo de mil derrotas y que no se tapaba los ojos cuando quería llorar. Era alguien valiente y no luchaba por ganar, sino por no perder aquello que más quería. Luchaba. Luchaba contra todo aquello que venía y le hacia daño, y bailaba hasta que la música le pedía tregua. Cortaba el aire con su falda al andar, sonreía antes de parar y vivía, como si no existiera la posibilidad de frenos.
Hoy he conocido a alguien, a alguien nuevo. Lo he visto en el reflejo del espejo y era yo haciéndome mayor.
He visto como aprendía a andar sobre el mar, como si no pudiese despegarme de mi tendencia al naufragio, como si ya no quisiera volver a la vida de capitán sintiendo crecer el asfalto en mis venas.