Las tontas pláticas que debes llevar a cabo con tu prospecto de alianza se me hacen de lo más ridículo en mi caso. Daba igual si congeniamos o no, al final me unirán a ella quiera o no, a menos que ella decida no... después de todo era una princesa de verdad. Con aquella reluciente y nueva idea, fui hacia la iglesia de la academia con una sonrisa en el rostro. Haría que me odiara, sería un patán con Zen para alejarla y con mi carácter mezquino estaba seguro de lograrlo.
Cuando llego, ella está sentada en una ventana con un hermoso vitral de la virgen María, los colores que reflejaban por la luz de la luna caían sobre ella. Seguía sin creerme lo hermosa que era, gira su cabeza para verme y sus ojos rojos relucen por un segundo. Tiemblo al pensar que es mi sangre lo que la hace reaccionar de esa manera pero ella se levanta con parsimonia.
—Te he estado esperando, Kyungie — declara acercándose.
— ¿Kyungie? — sonríe ligeramente mostrando sus dientes blancos.
—Así te he puesto, es que eres muy lindo — acaricia mi mejilla con cuidado. Por unos segundos soy hipnotizado por sus ojos azules. Su belleza es de otro mundo, sin embargo debo resistirme.
—No me llames así, es ridículo — digo de la manera más dura y quito su mano de un manotazo. Alza una ceja sorprendida y mira su mano.
—Es en serio lo que dicen, los golpes humanos no duelen — dice sorprendida, sonríe ligeramente y luego me ve — mira, Kyungie — recalca la palabra acercándose a mí, deposita de nuevo su mano sobre mi rostro sólo que esta vez oprime un poco de fuerza — no quieras pelear conmigo porque perderás.
—No te tengo miedo Zen, no es como que los vampiros me den miedo — aseguro. Miento un poco para intentar intimidarla, realmente ella no me da miedo y menos con aquella apariencia tan frágil y pequeña sin embargo su especie sí me lo ocasiona.
—Los vampiros corrientes no deben darte miedo Kyungie, es mi raza la que sí debe dártelo — hay una gran incógnita detrás de ella que me gustaría saber pero no quiero que piense que me intereso en ella así que no le digo nada aunque sus palabras me lo quieren responder. — Mira, yo también creo que estas pláticas son tonterías, dentro de unos días estaremos unidos para conocernos todo lo que queramos — se aleja de mí un poco y se sienta en donde estaba, su vestido blanco se arrastra a cada paso que da, me quedo observando cómo se mueve hasta que se queda quieto indicando que se ha sentado—. aun así puedes preguntar lo que quieras.
— ¿Y si no quiero saber nada de ti? ¿Y si te digo que te odio? Créeme que si pudiera matarte lo haría — no me ve, observa hacia el jardín que tiene de vista el vitral pero suelta una carcajada cargada de ironía.
—No podrías aunque quisieras de verdad Kyungie, además no me odias, no puedes odiar a alguien que no te ha hecho nada — su lógica tiene sentido, voltea ligeramente a verme de lado — aunque digas que odias a toda mi especie por matar a tu hermana, no creo que seas tan irracional, fue un individuo el que lo hizo no una urbe de vampiros
Gruño un poco, era obvio que sepa todo de mí así como yo sé muchas cosas sobre ella. Me volteo a ver la silla de madera que está en la habitación y me siento para ponerme cómodo, algo me dice que será una noche larga.
—Ya me has hecho una pregunta o intento de, así que te haré una yo — dice de repente — ¿Cuál es tu color favorito? — Al principio pienso que juega conmigo ante semejante pregunta tan trivial pero agrega — no es trivial mi pregunta Kyungsoo, yo realmente quiero conocerte — trago duro. Sus ojos están clavados en mí esperando mi respuesta, con resignación respondo.
—El negro, siempre me ha gustado el negro — muestra una pequeña sonrisa de victoria.
—Yo prefiero el blanco
—Vaya ironía — resoplo con sorna.
—Lo es Kyungie pero, a veces la vida es mejor así — comenta. Se acerca a mí con rapidez y se sienta en mi regazo — ¿Sabes? Creo que podría enamorarme de ti — murmura en mi oído.
—Pues yo no, Zen — confieso levantando la mirada. La veo directamente a los ojos—. No me enamoraré de ti, jamás.
—Nunca debes decir nunca, Kyungie.
Acerca más su rostro y antes de que reniegue sus palabras, me besa. Sus labios son fríos, pequeños y nada hábiles pero aceleran a mi corazón.
Odio que logre aquello conmigo y odio más que le termine correspondiendo.
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Royal Blood / (Kyungsoo)
Hayran KurguLa familia Do guarda una misión. Kyungsoo odia el destino que le ha tocado vivir sin embargo ha visto a cierta princesa bailar en la noche, ella es hermosa pero también es una de ellos...esos seres que él tanto odia. Su destino está unido a ella por...