9} Captivated

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Para mi sorpresa, los últimos días había logrado dormir. Incluso me ausenté dos clases a la escuela para recuperar el sueño faltante en las semanas anteriores. Aquel descanso le había otorgado a mi mente un pacifico equilibrio. Tanto que ahora mismo me encontraba ajeno al bullicio de los malditos estudiantes ingresando al salón de clases. Mi cabeza reposaba sobre mis brazos, cruzados sobre la mesada del banco.

Oí la silla a mi lado moverse y levanté la vista intrigado, encontrándome con Michelle. Se había sentado en aquel lugar y me miraba, sorbiendo jugo desde un pequeño envase. Algo en mi pecho saltó. Me incorporé de inmediato y pasé una mano por mi cabello.

-Hola, Justin.

Saludó, en cuanto despegó sus labios de la bebida.

-Hola.

Respondí, inquieto.

-¿Cómo estás? No viniste estos días, pensé que mi propuesta de acercarte a mis amigos te había espantado o algo.

Bromeó.

Reí como un estúpido.

-Estoy bien.

Me sentí un completo idiota gracias a mi tonta actitud, así que traté de dominar esa puta sensación de torpeza que se aferraba a mí cuando esa chica estaba cerca.

-¿Cómo estás tú?

Pregunté.

Ella sonrió y estuvo a punto de contestar pero alguien más se nos acercó.

-¡Michi!

Exclamó la recién llegada.

Ésta mostró sorpresa al encontrarme al lado de su amiga, pero retomó su habla rápidamente:

-Bruce está buscándote.

Anunció.

-Bien, Ana. Ahora voy.

Chelle se levantó del asiento, pero volvió a poner su atención en mí.

-¿Quieres venir?

Me invitó con esperanzada expectación.

Negué con la cabeza de inmediato, sin detenerme a pensarlo. Ella lució decepcionada debido a mi negativa. Sonrió débilmente e hizo un gesto de despedida con la mano, dispuesta a marcharse.

 Realmente no me interesaba conocer a sus amigos, y mantenerla alejada era lo mejor. Pero cuando se giró y empezó a caminar al otro extremo del salón, un sentimiento irracional me impulsó a llamarla otra vez:

-Nos vemos en la biblioteca ¿sí?

Solté.

Me dedicó una verdadera y radiante sonrisa por sobre su hombro, para después asentir.

En los días que siguieron, la hora del almuerzo escolar concurría con nosotros en la biblioteca. Yo nunca compartía nada de mí mismo con otra persona, por lo que me resultaba difícil demostrar confianza. Pero como el contexto lo ameritaba, habíamos empezado hablando de libros y las diversidades de estos nos habían llevado ahondar otros temas, permitiendo que nuestras conversaciones ahora se desarrollaran con fluidez.

Sin embargo, cuando los dos salíamos de ese lugar, empezaba a sentir como la liviandad, la normalidad y la alegría con las que llevábamos a cabo nuestros encuentros se evaporaban. Estar con ella cerca era fácil, más que fácil, se sentía bien.

Me sentía bien por primera vez.

Pero cuando se alejaba, todas las cosas malas que su presencia opacaba, volvían mucho peor. Y es que realmente la situación es abrumante.

Debatí muchas veces en mi interior la cuestión de apartarla, como aparto a todos los demás. Después de todo, a pesar de que compartimos una amistad en nuestra niñez, ahora no lo hacemos y me tendría que importar una mierda. Entonces llega el otro día y yo no puedo evitar devolverle la sonrisa.

¿Qué me está pasando?

-¡Justin!

Ella exclamó mi nombre, mientras tomaba el asiento a mi lado.

-Hola, Chelle.

Saludé, olvidando por completo los pensamientos en los que estaba sumido y mostrando mi complacencia con su llegada.

Una vez, en un acto inconsciente, se me escapó llamarla Chelle. Ella quedó encantada con su nuevo (viejo) apodo, y mostraba una dulce sonrisa cuando lo escuchaba. No sé la razón, pero me dediqué a decirlo con mas frecuencia de la necesaria solo para verla.

-Aprovechando que estamos aquí, deberíamos buscar el libro de filosofía ¿sabes? para el próximo examen.

Sugirió.

-¿Tratas de hacerme estudiar?

Inquirí.

-¡Sí! Y a mí misma también.

-Suerte con ambas cosas.

Me burlé.

-Gracias por tu inagotable fuente de esperanza.

Se conmovió con sarcasmo, poniendo su mano sobre mi brazo.

Instantáneamente, en el lugar donde hicimos contacto, se gestó un cosquilleo que aceleró mi corazón. Me aparte bruscamente, pero fui consciente de que ella también lo hizo. La miré a los ojos y los encontré llenos de sorpresa, delatando que había sentido lo mismo que yo.

Fue cuando entendí porqué era imposible para mí simplemente ignorarla y apartarme de ella...

Me levanté y salí de la biblioteca con precipitación, controlado por las emociones mezcladas en mi interior y los pensamientos golpeando mi cabeza.

A pesar del pasado, a pesar del dolor, a pesar de cuan retorcido resultaba todo, me sentía atraído por Michelle Mileston. Jodidamente cautivado.

Y eso va a arruinarme.

Y va a arruinarla a ella.


Love is Possible (Bieber is Back #2)

Tatiana Romina


Love is Possible -《Bieber is Back 2》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora