Relato 1: Muriendo antes de vivir/ Capítulo 3 Buscando refugio

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Capítulo 3: Buscando refugio

Danna se despertó, desubicada y asustada. Lo último que recordaba era que quería correr de su auto, y ahora estaba en el asiento trasero de uno, que no parecía ser el suyo y arriba de un montón de latas de comida.

-¿Quién eres?-preguntó Danna.

-El que te salvó la vida, por cierto casi muero por tu culpa. Aunque supongo que de no haberte salvado, no me habría dado cuenta de que el sector donde me escondía estaba por ser invadido por una gran cantidad de zombis.

-¿De cuántos hablas? -los ojos profundamente marrones y el cabello castaño llamaron la atención de Marcos, y este miró mejor por el espejo retrovisor, para darse cuenta de que la chica era hermosa.

-Te sangra la frente. Debemos curarte eso. -le sugirió Marcos.

-Eso no importa, mejor contesta ¿de cuántos zombis hablas?

-Unos cientos, miles, no sé. La verdad es que solo vi una gran masa negra sobre la calle y esta gruñía... así que supongo que todos eran zombis.

-Así mismo vi en la carretera H, pasé por ahí y debí devolverme. -Danna subió el rostro para verse la herida de la frente por el espejo retrovisor.

-¿Por qué se estarán movilizando por masas?

-No lo sé. Mi refugio es mi hogar de toda la vida -Danna se dio cuenta que estaban en la avenida universidad de la ciudad-, está por aquí cerca, en la urbanización Las Cincuentas... vamos para allá. Si me salvaste la vida lo menos que puedo hacer es darte refugio.

-Gracias, a mi no me importa compartir esa comida que acabo de conseguir -el tono amable de Marcos, le agradó a Danna. Tenía tanto tiempo sin hablar con alguien, que le parecía increíble tener a una persona viva que no quisiera comérsela frente a ella.

Al llegar a la casa Marcos quedó impresionado, tenía cercado eléctrico alrededor de la cerca y las paredes eran más altas que las de su casa. Vivir ahí le aseguraba tener momentos de sueño más tranquilo y se sentiría más seguro. Danna activó el portón eléctrico y este empezó abrirse rápidamente.

-No mires así -Danna soltó una carcajada-, teníamos dinero, bueno aún lo tengo pero ya eso no vale para nada en este momento, y papá detestaba los portones lentos así que se molestó en conseguir el más rápido del mercado.

Varios zombis lograron entrar mientras se cerraba el gran portón, pero Marcos les disparó en las piernas y luego en la cabeza, dejándolos tendidos en lo que algún día fue el jardín de la casa. Las plantas estaban secas y muertas. Pero no arruinaba la vista del gran lugar.

-¿Está aquí tu padre?

-No, el murió hace meses. Al igual que mi Eduardo.

-¿Era tu esposo? -preguntó curioso Marcos.

-No, mi hermano menor.

-Entiendo, mis familiares murieron hace meses también.

-¿Cómo? -la pregunta le tomó desprevenido a Marcos. Al mismo tiempo que lo incomodó. Tampoco es que quería contarle su cobardía.

-No hablemos de eso, mejor saquemos toda esa comida que logré conseguir. Quiero descansar. Por cierto ¿Aquí también está fallando la electricidad?

-A veces, aunque tiene una semana que se va todas las noches.

-Quiere decir que es en toda Cabimas, porque en mi casa también ocurre lo mismo.

Danna asintió.

-Antes de que te invite entrar oficialmente a mi casa ¿Podrías decirme tu nombre?

-Soy Marcos López ¿Y tú?

-Danna García. Un placer y gracias por salvarme.

-No fue nada. -mintió Marcos.

Ingresaron a la casa, que contaba con dos pisos. Por dentro el lugar era muy lujoso y estaba muy limpio, desenfocaba con la realidad sangrienta que estaba afuera de ella.

-Intento despejar la mente limpiando, de esa forma me entretengo, sin televisión, Internet o la radio... algo debía hacer ¿No crees?

-Sí te entiendo. Yo he leído mis libros hasta seis y siete veces. Y mis Cd's estaban por rallarse por completo. Mi pendrive con música lo perdí. -Marcos subió y bajó sus hombros en modo de indiferencia con cara graciosa.

Ampos empezaron a reírse.

-Esta será tu habitación -le informó Danna. La habitación más cercana a las escaleras según detalló -, la mía está al final de pasillo. Siempre fue esa, así que decidí conservarla.

-No hay problema, no debes explicarme esas cosas. -le respondió Marcos.

-Vamos a quitarnos toda esta mugre del cuerpo, te veo en la cena. Necesito descansar un poco, me siento cansada. -sugirió Danna, sonriente.

A Marcos le encantó que le diera un poco de espacio, así que entró a la que desde ahora sería su habitación. Era igual de lujosa que el resto de la casa, no se molestó en ver los detalles. Caminó hacia el cuarto de baño, se desnudó y comenzó a bañarse.

Serie Convirtiéndome en Zombi- KassfinolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora