too close to you | destiel ✧

[ part 2 ]

Fue muy fácil enamorarse de Dean Winchester.

Los días en la escuela eran más gratificantes junto a él, pensaba Castiel. No obstante, el tiempo era un fiel enemigo para ambos. Los horarios de estudio ocupaban gran parte de sus horas libres y cada vez eran menos las que podían compartir como pareja.

—Hey, Cas —susurró Dean mientras estaban en medio de una clase de ciencias.

Castiel, sentado en el pupitre de al lado, fijó su mirada en Dean y se llevó el dedo índice a sus labios, haciendo una señal para que se callase. Dean, consternado, arrancó un pedazo de hoja de su cuaderno y escribió unas palabras. Castiel frunció el ceño dudoso al no saber qué pretendía su novio. Acto seguido, el papel arrugado llegó a sus manos y lo leyó.

"No me ignores, Castiel Novak."

Una pequeña sonrisa se apoderó de su rostro y volvió su mirada a Dean. Éste ahora estaba concentrado en la clase, ignorando a Castiel totalmente como parte de un juego infantil.

La clase finalizó y, como es de costumbre, se sentaron en aquella banca ubicada en el gran patio descubierto, donde renació su relación, ya que el amor siempre estuvo latente.

—No puedo creer que sólo nos faltan meses para ir a la universidad —comentó Castiel, mientras le daba un mordisco a su emparedado.

Dean no respondió.

—¿Dean? —ninguna palabra salió de la boca del Winchester— ¿En serio seguirás haciéndome la ley del silencio?

El rubio hizo el intento de no burlarse de aquel comentario, pero fue imposible, por lo que una risa cálida salió por su garganta.

—Del hielo, Cas.

—¿Qué?

—Ley del hielo, no del silencio —le corrigió, divertido.

Castiel le sonrió algo confuso por aquella referencia que le parecía incorrecta. ¿Por qué le denominaban "ley del hielo"? ¿Acaso no se trataba de guardarle silencio a una persona de manera voluntaria? ¿Qué tenía que ver el agua en estado sólido en aquella expresión?

—Olvídalo —terminó diciendo Dean al ver lo confundido que estaba Cas.

Pensándolo bien, no. No fue tan fácil enamorarse de él.

Dean era una persona difícil de comprender en su totalidad. O por lo menos eso era lo que pensaba el moreno. La mayor parte del tiempo se comportaba como alguien sociable, conquistador con los demás, pero cuando estaba con Castiel se limitaba a todos sus sentimientos, le costaba demostrarlos y era mucho más reservado. Sin embargo, a Cas esto no le afectaba, al contrario, le daba ternura y hasta le parecía un ser tan vulnerable al lado suyo, como si tuviera al pequeño Dean de hace unos años atrás.

—Hey, ¿acaso no piensas alimentar un poco a tu novio? —dijo burlón mientras miraba el emparedado del menor.

«Novio.»

Le encantaba cuando se dirigía a él con ese apodo en específico. Aún no podía creer que oficialmente lo fueran. Todavía estaba en su memoria el día en que Dean se lo pidió. Fue después de vacaciones. La lluvia no paraba de caer sobre el paraguas que sostenía Castiel, mientras el rubio se acercaba más a él para tratar de no mojarse.

''Creo que me has salvado... De nuevo.'' Una tímida sonrisa adornaba su rostro.

''No es nada, Dean.'' No podía articular ninguna otra frase más, sus nervios seguían jugándole en contra cuando estaban cerca.