1980 – Noviembre.
Cuando todo marchaba bien en mi vida, un gran cambio pudo arrasar con todo lo que había creado; mis poemas, mis estudios. Quizás el pilar que conformaba mi vida se había roto en más de un pedazo, al parecer ya no había más que fragmentos de lo que solía ser.
Quizás vuelva próximamente a California pero no podré llamarla mi hogar, podré llamarla otra de las rutas que podríamos tomar, aquellas rutas que están llenos de recuerdos.
Mi madre se había separado de mi padre por asuntos personales al parecer solo podía oír sus gritos, pero la curiosidad era más grande que mi actitud solo quería oír la conversación que le daría un gran giro a mi vida quizás para siempre.
-¡George! –Estaba gritando mi madre, cuya voz estaba más exaltada que nunca, solía pasar esto cuando lloraba, y realmente podía escuchar los sollozos- ¡Me has engañado!, Realmente pensaba que podríamos vivir como una familia normal.
Y así fue todo por ese día, mi hermana sostenía mi mano sobre la cama mientras solo nos mirábamos del uno al otro esperando a que uno rompiera el más íntimo silencio que se había procreado ahí esa noche. Mi hermana me repetía una y otra vez que todo estaría bien, pero no le podía creer ya era lo suficientemente mayor como para saber lo que era un engaño, mi única pregunta era que pasaría con nosotros.
El reloj había logrado oponerse ante las 11:00 de la mañana, cuando sonó, por una rara curiosidad la pelea había terminado junto a los sollozos de mi madre, el insomnio había acabado conmigo, pero al oír el reloj me había sobresaltado como si tal sonido fuera el disparo de una escopeta.
Había despertado cuando sentí los rayos del sol sobre mi rostro, mi madre estaba junto a mi hermana al otro costado de la habitación, susurrándole cosas que yo no era capaz de oír, pero que podría hacer un chico de catorce años demasiado curioso aparte de cerrar los ojos y fingirse haberse dormido, pero no era así quizás solo quería oír más de la conversación. Pero estaba distraído sentía que mi mente estaba en otro lugar, mientras que mi cuerpo estaba acostado en la cama. Lo que podría oír eran pequeños murmullos, fragmentos de murmullos que se desvanecían bajo mi almohada donde innecesariamente estaba mi cabeza.
-¿No podemos quedarnos?
-Definitivamente no, Kit
Subimos al auto no quise mirar hacia atrás, ya que mirar hacia atrás significaba recordar y recordar significa bajarme del auto y cometer un tipo de locura, que responsabilizaría a mi madre, así que siempre miré hacia adelante, observando mi nuevo futuro que estaría rodeado por mi hermana y mi madre. No tenía idea a donde iríamos pero habían distintas posibilidades quizás iríamos a Sant Louis en busca de la hermana perdida de mi madre, cuyo parentesco familiar no es nada oportuno al de mi madre, ya que nunca se había agradado; La tía Marie.
Pero quizás no iríamos, quizás nos quedaríamos aquí, ya que California está muy lejos de Sant-Louis, mis pensamientos se vieron interrumpidos por la voz de mi hermana que le había preguntado algo a mi madre, algo que me había llamado mucho la atención, no solo por mí, sino solo por los tres que estábamos viajando en el carro.
-¿Cuánto dinero te dio mi padre? –Había preguntado mi hermana Helen con un tono demasiado preocupado, aquella preocupación qué habría de saber no para sí mismo sino para nosotros.
-No tengo idea, ¿por qué miraría o contaría el dinero.
Sabía lo difícil que le había sido a mi madre aceptarle el dinero, ya que es una señora orgullosa y a final de cuentas la quería realmente la amaba, esperando que en sí este viaje mejorara de cierto modo, quizás lo hiciera o quizás no.
Así empezó todo.
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1980
RomanceEn el año 1980 Kit es separado de su padre por una discusión entre la familia. Kit empieza a viajar por todo estados unidos para tan solo encontrar su rumbo ideal con su madre que desesperada lleva a su hermana y él a una aventura sin rumbo fijo. Lo...