Prólogo

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Abby abrió la puerta de su hogar seguida de dos policías a sus costados. Iba a entrar cuando se dió cuenta de que no la dejaban de seguir. Paró en seco y giró rodando los ojos.

-Podéis vigilarme, pero no entraréis en mi casa, no voy a pasar por ahí y menos siendo inocente-se dirigió a los policías con una mueca de desagrado en el rostro.

-Señorita, usted esta bajo custodia policial hasta que pase a disposición judicial-dijo uno de los policías con aire cansino, habían mantenido esta conversación  varias veces.

- Y le vuelvo a repetir que mi casa es propiedad privada y que si no tienen una orden de registro o algo parecido no pueden pasar, por lo cual sería allanamiento de morada-replicó con un deje de enfando.

-Estaremos vigilándola desde aq-cerró la puerta en sus caras.

Abby no lo entendía ¿Por qué no la creían?, ella no hizo nada, no asesinó a Caleb, el hijo de la vecina, aunque no le faltaban motivos, debido a que se pasaba la mayor parte de su tiempo acosándola. Toda las pruebas criminalísticas apuntaban a que fue ella la que cometió aquel crimen. Pero si algo tenía claro es que ella no había sido, es cierto que esa tarde fue a su casa, pero solo porque él le envió un mensaje alegando "Abby siento mucho haberte causado tantos problemas, si puedes podrías pasarte por mi casa para decirtelo en persona".

 Cuando fue a su casa, la puerta estaba abierta, lo cual le extrañó. Empujó la puerta con un ligero toque, el desorden presente empezó a inquietarla poniendo así sus sentidos alerta. Inconscientemente agarró su Glock 19 firmemente como su padre le había enseñado. Abrió la puerta de par en par despacio y andó por el pasillo sigilosamente hacia la habitación de la que provenian ruidos. Se encontraba en el marco de la puerta ya preparada. Entró y vio el cuerpo inmóvil de Caleb en el suelo. Rápidamente se acercó para ver si estaba vivo, es cierto que le caía mal, pero no deseaba su muerte. Le tomó el pulso y aliviada comprobó que todavía latía su corazón, pero con dificultad. Sin esperarlo, le asestaron un golpe seco en la nuca y antes de que todo se volviera negro escuchó el sonido de un disparo.

Cuando despertó, se encontraba tendida en el sillón de su casa. Aturdida se levantó pensando si todo había sido un sueño. Para comprobarlo fue hasta el cajón donde guardaba siempre su arma. Esta se encontraba allí, comprobó la munición pero faltaba una bala en su cargador. Antes de que sacara conclusiones el timbre de su casa sonó seguido de unos cuantos golpes. En ese momento comenzó su pesadilla y fue todo cuesta abajo.

Ahora se encontraba en su casa con custodia judicial pendiente de juicio, por culpa de que un gilipollas que le quitó su arma impregnadas de sus huellas y matara al inútil de Caleb. En lo único que puede pensar en estos momentos es como escapar del lío en el que la han metido y vengarse del tipo que la ha jodido.

El sonido del móvil inundó la penumbrosa estancia. Desde que el padre de Abby murió la casa no era la misma, ya no se le podía llamar hogar, solo un lugar donde pasaba las noches y se refugiaba del exterior. Se encontraba todo el día alerta, a su padre lo asesinaron en una misión que le asignaron en el FBI y vivía con las constantes amenazas de las personas que este metió en la cárcel.

No era una vida tranquila, pero era la que tenía que llevar y este era un efecto secundario que no creía que alguna vez le afectaría, pero vivía con la continua inquietud de ser acechada por alguien hasta que esto sucedió. Abby sabía que ya habían tomado, sea quien sea, cartas en el asunto y conociendo como conoce ella el mundo criminal, no pararan hasta hacer de su vida un sin sentido y la destrocen tanto física como mentalmente, por lo que debía centrarse en como escapar y seguidamente sin que nadie se enterase como encontrar a la persona que la observa.

No iba a ser fácil, pero con las instrucciones básicas que el padre de Abby le dio cuando éste estaba con vida y las que ella adquirió con la práctica individual se veía capaz de afrontar este gran percance, pero para ello necesitaba ayuda y su medio actual de escape e incio de plan se encontraba ahora mismo llamándola a su móvil.

ABBYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora