Lord Noah Edenhall no varió en un ápice su postura relajada en el cómodo sillón de orejas marrón junto al hogar. Continuó contemplando a su amigo, su mejor amigo, por encima del borde de su copa de coñac, con las piernas extendidas, los tacones de sus botas tocando la alfombra, y la mejilla apoyada plácidamente en el dorso de los dedos flexionados, el puño de su frac azul marino rozándole los nudillos.
Pasó un momento, pasó otro momento, y continuó mirándolo.
Finalmente, con expresión de incredulidad, le dijo con los labios fruncidos:- Creo que estás más loco que el rey, Tony.
Anthony Prescott, vizconde de keighley, no se inmutó por la reacción menos que entusiasma de su amigo. Más o menos la había esperado, por lo que siguió sonriendo con una ridícula sonrisa boba, parecida a esa sonrisa sesgada que hace un cachorro cuando está junto a la mesa rogando que le tiren alguna sobra de comida. Esa expresión se le fijó en la cara a Tony en el instante mismo en que se encontraron esa tarde, continuó durante toda la cena en el White's, las partidas de cartas y el trayecto a pie hasta su casa en King Street, a la que sólo separaba la plaza de la casa de Noah en Charles Street. Iluminada solamente por el fuego del hogar, que era la única luz de la sala, la sonrisa se veía aún más tonta.
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Magia Blanca
RomanceLord Noah Edenhall descubre con horror que su mejor amigo, Anthony Prescott, vizconde de Keigkley, se ha suicidado tras recibir una carta de ruptura de la mujer con la que pretendía fugarse. La misiva sólo lleva una inicial a modo de rúbrica y esa e...