Capítulo 23 "Pánico"

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Jamás había sentido que me faltara el aire de la manera en que lo sentí en ese momento. Las paredes parecían acercarse cada vez más a mí.

Fue un alivio cuando la familia bajo en el tercer piso. Cinco personas menos. Mi respiración mejoró.

Pero aún estaba demasiado cerca.

Su presencia era casi sólida a mi alrededor. Podía escuchar su respiración.

Lo miré por el rabillo del ojo.

Estaba perfecto. Tranquilo, guapo.

"¿Qué te pasa? ¡Basta de eso!"

El me había tratado horrible los últimos días, ¿Por qué mi cabeza seguía fijándose en esas cosas?

"Porque Él no sabe la verdad" Lo defendió una parte de mi cerebro.

"¡No me ha dado la oportunidad de explicarla!" Dijo la otra.

Suspiré.

Jos volvió la vista hacía mí. Luego reparó en que lo había hecho y regresó la vista al frente.

Se fijó en mi.

Yo me puse roja. Cielos.

Me sentía de nuevo de 17.

Además, estaba el hecho de lo que había sucedido con el periódico, con su horrible titular, y todas las mentiras agregadas.

¿Nueva Novia? ¿Ah, si? ¿De cuantas? 

A mi mente también llegaron las palabras de Alonso, ese día en el centro comercial.

"Jos ha cambiado." dijo. 

En el quinto piso bajaron los hombres con traje. Solo quedamos tres en el elevador.

La señora, al igual que yo, parecía incómoda.

-¿Están de viaje?- preguntó de pronto.

Se me cayó el alma a los pies. Jos palideció.

-No- contestamos al unísono.

Eso no me mejoró la situación. La mujer parecía muy confundida.

-Lo lamento mucho...

-No se preocupe- contesté con la mejor sonrisa que pude.

Presionó el botón del piso 6, y pronto las puertas se abrieron en ese piso. Salió lo más rápido que pudo.

Eramos solo dos. Jos y yo solos en un espacio tan pequeño.

Un piso más, tenía que aguantar un piso más...

Sentí el leve movimiento del elevador al entrar en marcha.

"Cada segundo, un segundo menos... cada segundo..."

Un estrépito llenó el lugar. Algo sobre nosotros chirrió. Dejamos de movernos.

-¿Qué... Qué sucedió?- No sabía si Jos me lo estaba preguntando a mí.

-Creo que se descompuso- contesté de todas maneras.

Miré el tablero donde estaban los números de todos los pisos y presioné el número 8. Nada sucedió. Lo intenté de nuevo.

-Pide ayuda- la voz de Jos sonaba entrecortada, dudosa.

-Eso haré.

Presioné la campanita amarilla que estaba justo debajo. Nada de nuevo.

-¡Tampoco sirve!- espeté.

Estábamos atrapados.

-No, no, no, no... No puede ser...

Su frente estaba cubierta por una capa de sudor y respiraba rápidamente mientras miraba hacía todas las paredes.

Por Él | JC | #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora