La Hija Psicópata (Editando)

Capítulo 4: ¿Maldición?

Thalía

Podía volver a sentir... podía sentir las extremidades moverse y los sentimientos golpear mi mente hasta que hago uso de toda mi indiferencia para suprimir las emociones, que cuando era una persona normal tenía, de una sola vez. Este proceso tan nuevo para mí, me deja como debe ser un fantasma frío y sin corazón, y eso me recuerda las razones por las que estoy aquí... Lo único que me queda en este lugar desagradable y poco pintoresco... Lo único que me une a esta tierra... Lo que me tenía atada a él era una maldición, empezada por su estúpida y singular familia, y sí! hablo de los desagradables parientes de mi esposo, por culpa de ellos no pude evitar volverme loca, pero eso no era razón para encerrarme en un manicomio... No después de que todo lo que me hicieran pasar fuera culpa suya.

La maldición que recaía sobre mí, ni siquiera era mía, de mí familia no provenía, sino del que fue mi marido hace unos años atrás. Para entenderla hay que empezar por lo que fue el comienzo: antes de que mi historia empezará, una mujer se había enamorado, ella era bella y frágil, pero eso no lograba engañar a todos o en realidad mantenerlos por todo el tiempo que ella quería, porque se volvía loca. Si el hombre con el que estaba coqueteando o con él que estaba en una relación hacia cualquier cosa que a ella no le parecía, los mataba... Aunque en realidad no solo a ellos... Mataba a todas las personas que quería durante la noche, inclusive a mujeres con la que la habían engañado sus novios o chicas que la superaban en belleza solo porque la hacían sentir muy celosa.
Esto sucedió hasta que se enamoro de uno y lo catálogo como el hombre persona. Nadie hubiera pensado que ellos no serían felices y nadie hubiera podido predecir lo que pasó después. Cuando se veía un final feliz inminente para la feliz pareja y, por fin, Sarah McCall había conseguido quedar embarazada, él tuvo un accidente que lo dejo en coma. La señora McCall intento de todo para que el volviera a despertar e incluso lo intento mucho más cuando tuvo a su hijo en brazos, pues sabía que ella no podría hacerlo sola, pero nada servía hasta que un día logro hacer contacto con una bruja, su peor y más fatídico error. La bruja consiguió que él despertara del coma, pero su precio fue demasiado alto... Si ella ya era una "simple" psicópata, ahora todos sus sentidos se habían incrementado mil veces más. Su esposo, un poco abrumado por su abrupto despertar y, a la vez, ansioso por conocer a su hijo fue a la habitación del pequeño, quien inmediatamente estiró sus brazos pidiendo que lo cargarán... Ese momento nunca llegó y nunca va a llegar, porque en el instante en que ella sintió que alguien tocaba a su hijo, le arrancó el corazón y ni siquiera ella se pudo explicar cómo fue que el corazón de él fue a parar a la suya, pero cuando se dió cuenta de lo que ella había hecho no dudo ni un segundo en tomar la pistola. Los vecinos alertados por el ruido de los disparos llamaron a la policía, quienes encontraron a un bebé llorando en su cuna junto a río de sangre.
El pobre niño termino en la casa de si tío Ben y su hermosa tía Amelia, y a pesar de que ellos creían ser capaces de darle todo el amor a ese niño... El horror también corrompió esa casa...

La maldición de esa bruja es infinita... Y sus tíos no sabían a qué se exponían cuando decidieron hacerse cargo de aquel niño hasta que la tía Amelia se volvió loca y asesino a Ben, pero algo en sus sentidos la ayudo a disfrazarlo muy bien... Solo diré que jamás encontraron el cuerpo del tío Ben y que ella ES una perfecta actriz, aún se pone a llorar por su marido cuando ve a los policías en la calle, pero cuando se cierra la puerta de su casa, se ríe sinicamente y va al refrigerador, dónde en una compuerta secreta aún guarda unos restos de su esposo... y dice "Hola, Ben! con una sonrisa tan grande que te da escalofríos de solo mirarla.

Nadie pudo predecir que Amelia se volvería loca, tal vez ya estaba loca cuando mi marido llegó a esa casa y la maldición la afecto solo por ser parte de su familia. Solo sé que cuando me case, me pasó lo mismo...

" - La maldición que tú has aceptado Sarah, siempre va a recaer en la mujer de tu familia - dijo la bruja.
- ¿Eso quiere decir que a mi hijo la maldición no pasará? - pregunto Sarah.
- No, a tu hijo no... Solo a las hijas que tú tengas y a la esposa de tus hijos.
Sarah era demasiado feliz, parecía un infimo precio a pagar por la vida del amor de su vida, lo único malo es que sus posibles hijas de las que hablaba la bruja, tendrían que vivir con una maldición, pero no pensó que fuera tan malo, ella ya era una psicópata por gusto.
- ¡Hazlo!
- Sarah, ¿Estás segura?
- ¡Claro que lo estoy, despiértalo ya!
- Debo advertirte una cosa más
- Nada me hará cambiar de opinión.
La bruja solo quería advertirle que era mejor esperar, que él iba a ser capaz de despertar solo en unos días más. Sin embargo, Sarah lo quería ahora, era demasiado posesiva como para detenerse ahora, su hijo necesitaba a su padre y ella a su marido.
Debió esperar... Ojalá esto no vaya a acabar con el linaje McCall..."

Aquella escena anterior, la vi con mis propios ojos cuando acabe con el espíritu de mi suegra...

Pero ya era demasiado tarde...
Y ahora que ya había conseguido vengarme de Sarah, iré por su hijo...
Y vera con sus propios ojos, mis ojos, dentro de mi mente como su hijo es torturado hasta que... Mis nuevos ojos rojos transformados a azules quieran deleitarse junto a mis oídos con sus gritos agonizantes...
Total ella ya no puede salir, está encerrada en mi, incluso peor de lo que está Sabrina...

Sabrina es un pequeño precio a sacrificar por mi venganza, ni siquiera me importa que sea mi hija, si total ya no tengo sentimientos.