Especial de Navidad

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Meses habían pasado desde su matrimonio, y hoy era la primera navidad que pasarían juntos, Kagome trajo muchas cosas de su época para adornar la cabaña donde vivían, ella quiso hacer algo tranquilo solo para los dos, ya que el regalo que tenía preparado, era algo íntimo y especial, estaba nerviosa y ansiosa a la vez, esa noche era la víspera de navidad y quería darle su regalo a las doce de la noche en punto.
Por otro lado, InuYasha, que nunca se había preocupado de estas celebraciones, estaba bastante nervioso, porque no sabia que le iba a dar a su amada esposa, así que fue directo a buscar a Miroku.
- ya Miroku, necesito ayuda, dime, ¿qué rayos le puedo regalar a Kagome?
- InuYasha, no seas tonto, si no tienes que, solo dale una romántica noche de amor, tu me entiendes- le dijo el pícaro monje,con una sonrisa torcida.
- pero qué cosas doces monje pervertido- le gruño un sonrojado peliplata- además ya le he dado bastante de esas noches a Kagome- agregó.
- valla, valla quién lo diría InuYasha, en fin, podrias regalarle unas flores o ir a su época y comprar algo, pero claro allá manejan otro sistema de pago, podrías pedirle prestado a su familia y comprarle algún kimono o uno de esos animales falsos, suaves, que ella le ha traído a Shippo.
- sí, creo que eso haré, iré a su época, trabajaré unas horas con su abuelo y listo, después de todo, aun es temprano.
Y así el peliplata, viajo a la época de Kagome para poder comprarle algo.
- así que quieres trabajo por un rato, para que puedas comprarle un regalo a mi querida nieta- preguntaba curioso el anciano- la última vez que hiciste eso, destruiste casi todas mis cosas- le dijo el hombre, recordando lo que había pasado la última vez.
- ehhh... Si señor... Lo se, pero le prometo que esta vez, seré más que cuidadoso- dijo con sinceridad el muchacho.
- esta bien, ya que esto es por Kagome, puedes empezar aseando los templos conmigo, pero ten cuidado con romper las cosas delicadas.
Y de esa manera, InuYasha, empezó a trabajar, pensando en lo feliz que iba a estar su esposa, él la amaba demasiado, todavía no podía creer todo el tiempo perdido, por haber sido tan terco y obstinado.
Kagome, que no tenia ni idea, dónde se había metido su esposo, se dispuso a ordernar, a armar el árbol de navidad, poner adornos en las ventanas, en la puerta, estaba contenta, muy animada, estaba tan concentrada, que no se dio cuenta que su mejor amiga, la estaba observando desde la ventana.
-Kagome, pero que hermosa te esta quedando la casa.
Kagome, dio un salto del susto.
-¡ay Sango! No te vi, que buen susto me diste.
- disculpame, sólo venia a decirte que yo ocupe todo lo que me diste, para adornar mi casa, gracias por todo, vienen a cenar con nosotros Kohaku y su maestro Totosai, después de media noche, me gustaría que fueran a saludarnos.
- por supuesto Sango, ahí estaremos- le contestó la azabache muy emocionada.
Después de la visita de Sango, la tarde transcurrió muy rápidamente, Kagome no se percató y ya era la hora de cocinar la cena, e InuYasha, no había llegado todavía, comenzó a preocuparse, pero decidió preparar la comida, para distraerse, el menú era, pollo relleno con verduras, así que se puso manos a la obra.
En la otra época, InuYasha le pidió ayuda a su suegra, para ir a comprarle el regalo a Kagome, le compró un hermoso vestido, unos zapatos de tacón, que la mama de la azabache escogió, y él vio un hermoso corazón gigante y quiso comprarle eso, porque pensó que simbolizaría el corazón que el tiene lleno de amor para ella, al final de la tarde, el peliplata regresaba a la época antigua feliz y emocionado por todo lo que tenia para Kagome.
Cuando llego a la casa, le costo reconocerla, ya que estaba iluminada con luces de muchos colores, cuando entro, vio todo tan arreglado y hermoso, que se sintió mucho más que feliz, se sentía pleno y mas aun cuando vio salir a su mujer.
- InuYasha, al fin llegas, estaba preocupada- le dijo, al tiempo que lo abrazaba.
-keh! No seas tonta, nada me pasaría nunca, porque tengo por quien regresar- le dijo, depositando un casto beso en los labios de la azabache- estas hermosa- le susurró, notando el lindo kimono que llevaba puesto, una combinación de rojo y blanco, perfecto para la ocasión.
- gracias- contesto sonrojada- ya esta todo listo, ya es hora de que comamos.
Así empezaron su cena de víspera de navidad, InuYasha, comió lentamente, disfrutando su primera comida de Navidad, disfrutando de la comida, y de la conversación con su esposa, quería entregarle lo antes posible los regalos que le tenía preparados, así entre el ameno momento que estaban viviendo, la media noche llegó y Kagome se lo hizo saber a su esposo.
- InuYasha, feliz Navidad- le dijo y lo beso en los labios, y su marido se lo correspondió.
-feliz Navidad, Kagome.
InuYasha le entregó sus regalos a su esposa y dejo para el último el corazón.
-InuYasha, todo es hermoso, pero este corazón es el mejor de todos- dijo la chica emocionada, y con lágrimas en los ojos- pero ¿cómo conseguiste todo esto?
-busque un trabajo.
La azabache lo abrazó muy fuerte, se sentía muy agradecida.
-muy bien, ahora es mi turno, espero te guste este regalo porque es para los dos.
El peliplata quedo desconcertado pero ansioso por saber que era.
Kagome le entregó una caja grande, el la abrió y quedo sorprendido y no entendía por qué de aquel regalo.
- pero Kagome, sabes que no uso zapatos, además estos son demasiado pequeños, como para un bebe- y cuando menciono lo último, lo comprendió todo.
-Kagome- suspiro, ella tenia la cara llena de lágrimas.
-sí InuYasha, tendremos un hijo.
Al mencionar eso, InuYasha la tomo en su brazos y la levanto, la beso, sonreía, hasta unas lágrimas resbalaron por su rostro, estaba feliz.
-gracias, esto es el mejor regalo, te amo, Kagome, y cudaremos a nuestro hijo, lo amaremos, todo lo que no pude tener, se lo daré a el.
- seras el mejor padre del mundo, también te amo, y estoy feliz.
Así se besaron y rienron juntos, esta navidad, trajo el mejor de los regalos, para InuYasha y Kagome.




Feliz navidad para todos, espero disfruten, este capitulo especial :)

En lo profundo del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora