Shower

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-"Te lo vuelvo a repetir Mitsu... Eso no fue tu culpa."

Las palabras que le había dirigido a la rubia hacía unas horas, giraban en su cabeza una y otra vez haciendo que le resultara imposible conciliar el sueño.

En la oscuridad y el silencio de aquella habitación, Shinoa se revolvió entre las mantas de aquel futón y sacudió su pelo suelto por la almohada. A pesar de que había sido un día realmente ajetreado, no podía dormir. Le gustaría pensar que el motivo de su insomnio era algo como la preocupación por los vampiros y la forma en la que estaban tratando a los humanos, el como se estaban jugando la vida fuera de las murallas o incluso el recuerdo de su difunta hermana. Pero no era así, ojalá fuera algo como eso.

Era por culpa de Mitsuba.

Por muchas veces que lo intentara negar, era culpa de esa chica. Levantando la mirada de entre las sábanas, pudo distinguir la figura de la rubia acurrucada y durmiendo plácidamente en el futón de al lado. No sabía que hora era, pero estaba segura de que era bastante tarde. Tras haber rescatado a esa niña del jinete del apocalipsis, el escuadrón pudo descansar en una de las bases del ejército dónde habían podido ducharse y dormir. Aunque los chicos durmieran en la habitación de al lado, hacía un buen rato que se podía escuchar a Yuu y Kimizuki discutiendo con un amable Yoichi intentando apartarles, pero ahora esos ruidos habían desaparecido para dejar paso al aplastante silencio de la noche, haciendo que Shinoa se hundiera más en el futón mientras pensaba.

Suspirando, cerró los ojos con la intención de dejar la mente en blanco y dormir. Le era imposible, no podía. No podía porque la imagen de Mitsuba mojada, desnuda, con el pelo suelto y hablándole mientras el agua de la ducha corría por su cuerpo se instalaba en su mente y no podía dejar de pensar en ello. Shinoa nunca se consideró verdaderamente pervertida, lo que eran unas simples bromas e insinuaciones nunca se habían paseado por su mente de manera seria y no recordaba haber sentido atracción por nadie en específico. Tal vez Yuu le parecía guapo en la medida de lo posible, teniendo en cuenta que nunca se había relacionado mucho con gente de su edad y él junto a Kimizuki y Yoichi eran los primeros hombres con los que llegaba a ser cercana realmente. Ichinose Glen no contaba. Pero nunca pensaba en "eso" seriamente, ni recordaba habérselo planteado siquiera. Sin embargo, esa noche, cuándo desplazó la cortina que había entre su ducha y la de Mitsuba, no pudo hacer más que quedarse callada durante un momento, admirándola. Su pelo dorado y resplandeciente, el cuál nunca había visto suelto, deslizándose por su espalda junto con las gotas de agua, su piel blanca y aparentemente fina y suave al tacto, su figura torneada moviéndose de forma grácil y atrayente, todo lo que vió le dejó pasmada mientras su ojos recorrían una y otra vez a su compañera, la cuál estaba de espaldas mascullando sobre las acciones del Hyakuya. Tras un breve momento de estar embelesada, no pudo evitar despertarse de su ensoñación y hacer una de las tantas bromas que ella consideraba graciosas, insinuando que en un futuro la rubia podía sentir algo más profundo por Yuu.

No supo la razón, pero le molestó.

Le molestó su propia broma y la reacción que la chica tuvo al escucharla. La forma en la que su cara se tornó roja no le pasó desapercibida y aunque en el fondo de su mente no pudo evitar pensar que era adorable, le enfadó. Porque era de Hyakuya Yuuichiro de quién estaban hablando y no solo eso, si no que detrás de esas palabras enfadadas que la chica había estado diciendo bajo la ducha, aún se podía ver la culpabilidad con la que cargaba. Shinoa lo sabía. Sabía lo que era soportar la muerte de alguien sobre sus hombros. En ese mundo casi apocalíptico en el que les había tocado vivir todo el mundo perdía a un ser querido, y estando en el ejército todos ellos eran conscientes de que podrían perder a un compañero tarde o temprano. Pero la culpa que asolaba a Mitsuba seguía allí, arraigaba su corazón haciendo que cada una de sus acciones y la de sus compañeros le preocupara, porque no quería pasar por ese dolor de nuevo. Y le enfadaba. A Shinoa le enfadaba que Mitsuba no pudiera redimirse de sus acciones del pasado.

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