Es como si todo mi cuerpo empezara a fallar. Desde la respiración hasta el oído. Llevo caminando días, hace mucho que no como, hace mucho que no duermo por miedo a no despertar, aún viviendo una pesadilla en vida. Me cuesta tragar la poca saliva que puedo producir. Me dejo caer, caigo y caigo, pero nunca llego a sentir el impacto contra el suelo, mi cuerpo, ahora nada de mí contesta, en esta caída infinita me pregunto porqué no di al menos un paso más, un solo paso más. Toso con fuerza. Por fin toco el suelo, está frío y húmedo, puede que haya llovido y yo ni me haya dado cuenta. Quiero llorar y no puedo, porque mi cuerpo siente que aún no es el momento, aún no. Aguanto, yazco inmóvil hasta que me ve un grupo de gente, quien sabe la intención con la que de acercan, ¿me hago la muerta? Se apresuran a coger sus teléfonos para llamar a emergencias. Sigo tosiendo, es el único sonido que logro transmitirles, dándoles las gracias quizás de forma precipitada. Porque suele pasarme lo mismo, hasta que no caigo nadie me ve, ni nadie se preocupa por si podré seguir hacia delante. Quizá si hubiese dado un paso más habrían pasado de largo.
Sigo tosiendo, acalorada pero con frío y muerta de sed. No pueden hacer nada más que esperar, y ahí llegan, las ruidosas luces roja y azul. Cierro los ojos despacio esperando no dormirme, no quiero desaparecer ahora, aún me queda mucho por hacer, aún no he conocido a ese alguien especial, no he sido ese especial de nadie, no he logrado un record guiness ni he hecho nada memorable. Duele tanto el estómago, supongo que será de hambre, adoro la comida que me preparaba mi madre, hasta la que no me gustaba nada la terminé echando de menos cuando se fue.
Noto como me giran despacio y todos mis músculos empiezan a tensarse, todo vuelve a dolerme, y comprendo que levantarse duele más que la propia caída. Una chica se tapa la boca con asombro al ver mi camisa blanca teñida de rojo, no recuerdo de dónde es esa sangre, intento taparme con mi chaleco de cuero negro, por supuesto que falso, soy una defensora de los animales, pero no lo logro, ni mis manos me oyen y vuelvo a toser, esta vez mi boca adquiere un desagradable sabor a metal. Vuelvo mi cabeza lo más deprisa que puedo, pero sólo logro dirigir mi vista hacia las personas que me llevan hacia el interior del vehículo. Parecen alterados, como si nunca hubiesen hecho esto, me pregunto si creerán que he matado a alguien por la sangre de mi camisa.Quizás me tienen miedo, como en el colegio, yo era la mala malísima, la que perseguía y pegaba a todos, no conocía otra forma de socializarme, uno hace lo que ve en casa, y más cuando es niño. Niño, empieza a recorrerme un frío de los pies a la cabeza, a pesar de que me hayan tapado y ya hayan cerrado la puerta de la furgoneta, el frío llega acompañado de un vago recuerdo. No consigo concentrarme con las voces de mis acompañantes, una mujer me acaricia la cabeza mientras me da oxígeno, y ahora echo mucho de menos a mi madre, no logro aguantarme las lágrimas. Sus palabras me calman, aún siendo simples trivialidades, palabras que siempre escuchas pero no te alivian, ahora me aliviaban más que nunca, no quería que callara, no quería que me dejara en el silencio de mis pensamientos. Mientras, otro muchacho hace presión sobre mi costado, me duele bastante y el dolor aumenta con cada presión que ejerce sobre él.
El grupo de chicos se ha quedado lejos, y ni he podido darles las gracias, lo único que recibieron de mi parte fue una tos la mar de desagradable. Les estaré eternamente agradecida.
ESTÁS LEYENDO
Sueño En Tonos Azul Y Gris.
Mystery / ThrillerAquí dejaré mis pesadillas, para que así, no se cumplan.