Diecinueve.

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Llevamos sin vernos dos meses.

Hubiera podido jurar que te había olvidado.

A veces, mientras volvía de la universidad a casa sonaba alguna canción que me recordaba momentáneamente a ti, pero nada que no pudiera controlar.

De hecho, hasta me juré que jamás fuiste nada para mí; un amor de verano, o de otoño en este caso.

Pero, de repente, un día me llegó tu mensaje: que sentías no haberme hablado, pero que no te sentías preparado.

Recuerdo perfectamente aquella sensación tras leer tu mensaje: me temblaba todo el cuerpo, desde la cabeza a los pies; tenía miedo y solo sentía ganas de llorar. ¡Te acordabas todavía de mi!

Entonces, mi teoría de amor de otoño se rompió un poquito más.

En ese momento, me di cuenta de que, no es que ya no sintiera nada, sino que se me había olvidado lo que se siente, se habían enfriado mis sentimientos por ti.

Pero tan rápido como llegó ese mensaje... te marchaste, te volviste a alejar.

Simplemente pienso que sigues sin estar preparado. Pero no entiendo para qué me hablas. ¿Qué pretendías?, ¿qué me volviera a acordar de ti para luego seguir pasando de mi? Te lo pido por favor, que no me hables.

¡Quédate! Y ya veremos...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora