Nicolás Flamel

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Dumbledore nos había convencido a Harry y a mí a no buscar de nuevo el espejo, si quería seguir viendo a mí familia, pero tampoco quiero terminar como las personas que dijo Dumbledore que se habían enloquecido viendo el espejo. 

Harry había comenzado a tener pesadillas. Una y otra vez, soñaba que sus padres desaparecían en un rayo de luz verde, mientras una voz aguda se reía

-¿Te das cuenta? Dumbledore tenía razón. Ese espejo te puede volver loco- dijo Ron, cuando Harry nos contó sus sueños 

Hermione, que volvió el día anterior al comienzo de las clases, consideró las cosas de otra manera. Estaba dividida entre el horror de la idea de Harry  y yo vagando por el colegio tres noches seguidas («¡Si Filch los hubiera atrapado!»)y desilusionada porque finalmente no habíamos descubierto quién era Nicolás Flamel.

Wood hacia a Harry trabajar más duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia constante que había reemplazado a la nieve podía doblegar su ánimo. Los Weasley se quejaban de que Wood se había convertido en un fanático, pero Harry estaba de acuerdo con Wood. Si ganaban el próximo partido contra Hufflepuff, podrían alcanzar a Slytherin en el campeonato de las casas, por primera vez en siete años. Además de que deseaba ganar; Harry descubrió que tenía menos pesadillas cuando estaba cansado por el ejercicio y estaba bien con eso 

Cuando Harry llegó después de un entrenamiento de Quidditch a la sala común encontró a Ron y a Hermione jugando ajedrez mágico y a mí leyendo. El ajedrez era la única cosa a la que Hermione había perdido, algo que Harry, Ron y yo considerábamos muy beneficioso para ella. 

-No me hables durante un momento- dijo Ron, cuando Harry se sentó al lado -Necesito concen... -vio el rostro de Harry -¿Qué te sucede? Tienes una cara terrible-   uh como siempre, Ron diciéndolo todo sin pensar...

Harry nos explicó en voz baja el súbito y siniestro deseo de Snape de ser árbitro de quidditch

-No juegues- dijo inmediatamente Hermione

-Di que estás enfermo- añadió Ron 

-Finge que se te ha roto una pierna- sugirió Hermione

-Rómpete una pierna de verdad- dije yo 

-No puedo- dijo Harry, riéndose un poco por mi sugerencia, sonreí al saber que por lo menos le divertí un poco después de una noticia tan desagradable  -No hay buscador suplente. Si no juego, Griffyndor tampoco puede jugar- 

En aquel momento Neville cayó en la sala común. Nadie se explicó cómo se las había arreglado para pasar por el agujero del retrato, porque sus piernas estaban pegadas juntas, con lo que reconocimos de inmediato el Maleficio delas Piernas Unidas. Había tenido que ir saltando todo el camino hasta la torre Gryffindor  

Todos empezaron a reírse, salvo Hermione y yo, Hermione se puso de pie e hizo el contramaleficio. Las piernas de Neville se separaron y pudo ponerse de pie, temblando  

-¿Qué ha sucedido?- pregunté yo, ayudándolo a sentarse junto a Harry y Ron.  

-Malfoy- respondió Neville temblando -Lo encontré fuera de la biblioteca. Dijo que estaba buscando a alguien para practicarlo-

-¡Ve a hablar con la profesora McGonagall! - lo instó Hermione -¡Acúsalo!- 

Neville negó con la cabeza

-No quiero tener más problemas- murmuró  

-¡Tienes que hacerle frente, Neville!- dijo Ron -Está acostumbrado a llevarse a todo el mundo por delante, pero ésa no es una razón para echarse al suelo a su paso y hacerle las cosas más fáciles- 

Mi nueva vida, Primer curso de HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora