Capítulo XLL

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        Me desperté de repente. Vi el reloj y ya eran las tres de la mañana. El viento soplaba y mis vellos se erizaban con el frio del ambiente. Me levanté de la cama, tenía sed, así que fui a buscar agua. Cuando me dirigía hacia la cocina, noté que había algo raro. Veo la cortina que estaba a dirección de la ventana, me pareció ver la silueta de una sombra, parpadeo y desaparece.

       Abro la ventana y me asomo. Noto que no está estacionado el auto de G. ¿Será que no ha llegado? A este chico si le gusta estar en la calle a estas horas de la noche...

     Dejando la imperceptible preocupación de G a un lado, me dirijo hacia el gabinete,  tomo un vaso y vierto agua en él, de pronto siento un leve escalofrió, luego de escuchar un pequeño ruido que colocó mis nervios de punta.

-¿Me extrañabas?-Me sorprende G de repente mientras tomaba agua. Casi le escupo el agua en la cara.

-Oye, ¡No me asustes así! Idiota...- Balbuceé quejándome. Que haya sido G me tranquilizó un poco, pero había sentido la presencia de otro ser en la casa.

-Ven.-dijo.

-¿A dónde?-pregunté.

-Solo ven.- G me tomó del brazo, luego su mano bajó hasta la mía lentamente. Noté me llevaba hacia el sótano. Me fijé que se veía muy cómodo y tranquilo, traía puesto un par de Jeans combinado con una camisa blanca y una chaqueta estilo futbol americano. Además, estaba fumándose un cigarrillo mientras tarareaba una canción, despreocupado.

     Llegamos a un cuarto oscuro bajo el sótano. Luego, prendió la luz. Era una vista impresionante. Era un lugar grande con máquinas y armería de entrenamiento.

-Tenemos que empezar a entrenar.-dijo mientras se dirigía hacia un armario grande y grotesco que destacaba en la habitación. Tenía muchas gavetas de distintos tamaños y formas que destacaban en él. G se dirigió a una gaveta triangular, pronunció un extraño nombre lo que hizo que se abriera rápidamente ante él. Luego sacó una pequeña pistola, apuntó a lo que parecía un muñeco de prueba y disparó.

-Solo una pregunta ¿Tengo que matar personas?- dije aparentando estar tranquila, la verdad era que la pregunta me la he estado planteando desde hace mucho.

-Solo si te quieren matar. Tienes que estar preparada, de lo contrario serías un estorbo-.

-¡Son las tres de la mañana! ¿No vamos a entrenar a esta hora verdad?-pregunté.

-No, la verdad también quería hacerte una propuesta.-respondió dando una bocanada a su cigarro.

-¿Una propuesta?-volví a preguntar.

-¿Sabes acerca del chip Crosh?

-Algo así...-dije. No sabía un coño.

-Debemos recuperar ese chip cueste lo que cueste.-prosiguió con indiferencia.

-¿Por qué?- A que se refiere con "cueste lo que cueste" ¿Es que este chico es capaz de cualquier cosa por obtener ese chip?

-Solo no preguntes. Mañana hay una fiesta, el rumor dice que los creadores pueden ser parte de la pandilla de His, así que hay que colarnos encubiertos.

-¿Quiénes?- Claro, como siempre tengo que aceptar así como así, ni sé para qué pregunta.

-Todos nosotros.-respondió. Ahora sí que esto es raro, una fiesta. ¿Ahora qué? ¿Va a pedir que sea su pareja?

-Oye, no lo tomes personal pero, vas a ser mi pareja para la fiesta.-dijo desviando la mirada hacia otro lado.

   Tenía que ser una puta adivina. ¿Por qué tuve que adivinar?

En un viaje a París...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora